Archivo de la categoría: Granátula

Cultura Granatuleña

Gracias, por fomentar la cultura y hacer valer el patrimonio artístico, y preservar el medio ambiente.

 

Gracias por rescatar del olvido edificios, libros y documentos.

 

Gracias por inculcar a los niños el amor al arte y a la naturaleza.

 

Gracias por promover la lectura del Quijote y hacer posible que el ingenioso hidalgo y su escudero cabalguen de nuevo por la imaginación de los lectores.

 

Gracias por mantener vivas las tradiciones al tiempo que abrís las puertas del futuro a través de las páginas de Internet.

 

Gracias, en definitiva, por hacer cultura y difundirla y por mantener viva la memoria y arrancar de los brazos polvorientos del olvido los restos de la grandeza que en la antigüedad tuvo este pueblo.

 

Un pueblo situado en “un maar de culturas”. Vivís, como sabéis, en un cráter explosivo volcánico de 2 kilómetros de diámetro, afortunadamente dormido desde hace muchos siglos, que en su día produjo violentas explosiones por la interacción del magma en ebullición con la existencia de acuíferos.

 

Y este volcán terrible, como otros en la zona, resultó ser, pasado el tiempo, providencial y benéfico porque de él surgió una tierra fértil, junto al río Jabalón y en torno a grandes lagunas: las lagunas de Valdeleón.

 

Ese contexto geográfico, hizo que desde siempre Granátula, que significa granero, por la abundancia de los cereales, fuera asentamiento elegido por múltiples culturas que se disputaron este lugar.

 

Desde el Neolítico, hombres y mujeres vivieron, amaron, trabajaron la tierra y apacentaron sus ganados en los verdes pastos de esta tierra.

 

Generaciones y generaciones, con culturas distintas y lenguas diferentes y de procedencias lejanas y creencias variopintas hicieron de este lugar su casa, su hogar.

 

Aquí también nacieron sus hijos y enterraron sus muertos. Y celebraron sus fiestas.

 

Unas fiestas que están en el alba de los tiempos.

 

Dice el filósofo José Antonio Marina, que cuando los humanos quisieron sacralizar el espacio construyeron templos y cuando quisieron sacralizar el tiempo, instituyeron fiestas.

 

Por eso, sobre las festividades paganas, se instituyeron las festividades religiosas y sobre las religiosas, las laicas.

 

Y en Granátula, esas fiestas paganas y luego religiosas han ido sucediéndose desde siempre, porque Granátula es una encrucijada de culturas que han ido superponiéndose a lo largo del tiempo.

 

En el Cerro de la Encantada, o de los Castillejos, a 3 kilómetros al norte de Granátula, hay yacimientos de la Edad del Bronce que datan de 2.000 años antes de Cristo. Allí, hubo una gran acrópolis, una ciudad que tuvo también su necrópolis, en la que  se enterraba a los muertos junto a sus ajuares funerarios, lo que evidencia la creencia de vida después de la muerte y ritos funerarios de contenido religioso.

 

Pero será sobre todo en época romana cuando estas tierras alcancen una extraordinaria importancia. Y es que, ya sabéis, en el Cerro de los Obispos y sus alrededores se levantó, imponente y altiva, la capital de la Oretaria, llamada Oretum. Oreto fue una pujante y activa ciudad, situada en un estratégico cruce de caminos, donde se juntaban dos de las más importantes calzadas romanas:

 

La primera en dirección norte-sur, pasaba por Toledo, Consuegra, Ciudad Real, Oretum, Calzada y llegaba hasta Andalucía.

 

La segunda, en dirección este-oeste enlazaba Almadén, que los romanos llamaron Sísapo, con Albacete a través de Oretum.

 

Y ambas calzadas, para atravesar el Jabalón, utilizaron un gran puente edificado por Publio Venusto a finales del siglo I y compuesto de 3 ojos en el cauce central y otros siete en los cauces secundarios.

 

Gracias a su privilegiada situación, a la fertilidad de su vega y a sus abundantes pastos, Oretum tuvo una gran importancia económica, militar y comercial.

 

Tuvo importantes edificios públicos. Como un circo, lo que evidencia la existencia de una población muy numerosa. Una gran necrópolis y un templo dedicado a Proserpina, la diosa de la Agricultura, hija de Júpiter y Ceres y esposa de Plutón, el dios de los Infiernos.

 

Después de la dominación romana, Granátula siguió teniendo importancia. En la época visigoda, Oreto fue sede episcopal. En el llamado “Cerro de los Obispos” muy cerca de la ermita de Zuqueca, se han localizado los yacimientos correspondientes a aquella época, entre ellos, lo que parecen ser restos de una basílica.

 

Y después del esplendor llegó la destrucción. Muchos autores creen que Oreto fue arrasada por la invasión musulmana en el 711. Y sobre la devastación volvió a surgir otra población musulmana llamada Urit, que fue ocupada entre los siglos VIII y X. Una población que debió también tener su importancia, puesto que contó con una fortaleza y baños. Eran baños públicos que tenían una finalidad no sólo higiénica y terapéutica sino también social y religiosa.

 

Tras al victoria de las Navas de Tolosa, las tropas cristianas ocuparon este lugar y habitaron una población llamada Zuqueca que significa “lugar de ruinas”. De este periodo, finales del S. XIII nos queda la preciosa talla gótica de la Virgen de Zuqueca.

 

La ciudad de Zuqueca, tuvo una corta duración y quedó despoblada en el S. XV. Sus habitantes pasaron a Granátula que quedó incluida en las vastas posesiones de la Orden de Calatrava. Tras la incorporación a la Corona quedó unida a Almagro como una aldea, hasta que el 3 de marzo de 1712, obtiene el privilegio de Villa tras el pago de 4.000 ducados, 1.250 fanegas de cebada y 30 caballos que el pueblo de Granátula hizo a Felipe V.

 

Amigos y amigas esto esta resultando ser una lección de historia. Pero permitidme la licencia, porque creo que es muy importante que conozcamos nuestras raíces.

 

“El futuro depende del pasado y el presente no se hará a partir de la nada”, escribe Pierre Villar.

 

En gran medida, somos lo que otros fueron y otros serán lo que nosotros seamos.

 

Por eso es importante que en fiestas y a lo largo del año pongamos en valor nuestra historia, nuestras tradiciones.

 

Pisamos una tierra mágica, fértil y volcánica, donde Proserpina volcó sus dones.

 

Una tierra que ha dado grandes hombres y mujeres. Como el General Baldomero Espartero. El hijo de un humilde carretero que pudo haber sido Rey de España. El, que acumuló honores y títulos como el de duque de la Victoria, fue reclamado por el pueblo para ceñir la corona, frente a otros candidatos.

 

Decía una copla popular:

 

                             “Dichosa sería España

                             bajo demócrata mando,

                             altiva no tolerando

                             la corona en sien extraña;

                             de los Borbones la saña

                             olvidar nunca sabemos

                             Montpensier no lo queremos,

                             Espartero es popular,

                             Rey lo queremos alzar

                             o sin Rey nos quedaremos”.

 

Pero Baldomero Espartero renunció y la prensa de la época dejo escrito:

 

“Don Baldomero Espartero ha renunciado al honor de ceñirse la corona de cien reyes. Por algo se ha dicho que este general era una persona decente, un español honrado y un político consecuente”.

 

Salud y alegría para todos y todas.

 

 

 

 

 

Canciones marismeñas y salve a la Virgen en la Romería del año 2009

Desempolvando el cajón de los vídeos, en esta ocasión ha salido las canciones marismeñas de la romería del año 2009. Enlazadas tres canciones, o mejor dicho, dos canciones: Boda marismeña, Salve Oretana, Salve Rociera.

Empezando por:

Vamos todos jubilosos,
vamos todos jubilosos junto al hijo de María.

Inmolado…
inmolado por nosotros en la misa cada día.
Que se da por alimento,
que se da por alimento en la Santa Eucaristía.

Comeremos de tu carne,
comeremos de tu carne y de tu sangre beberemos.

De tu gracia…
de tu gracia infinita nosotros no te veremos.
Dando vida a nuestras almas,
dando vida a nuestras almas, digno rey de los cielos.

Pastorcillo marismeño,
pastorcillo marismeño, el mas visto rociero.

Etc

y continuando por la Salve oretana.

Los hijos de Eva

Claman ahora

 a vos señora

con gran fervor…

Siempre tu pueblo, joya de Oreto

Con fe y respeto recurre a vos.

Etc.

Y finalizando por la Salve Rociera:

Dios te salve María

todo el pueblo te adora

como tú no hay otra igual

Olé, Oléeee, Olé ole ole, olé olé olé…

A cantarle a la Virgen con Fe,

Etc.

 

El pregón de Sancho

En un lugar de la Mancha cuyo nombre siempre llevamos en la memoria, hace mucho tiempo que moraban visigodos, romanos, árabes… manchegos. Desde la edad de piedra, donde los encantadores transformaban en la noche de San Juan a una “bicha” en una doncella instruida en las artes amatorias, hasta el día que rededor de la laguna de Valdeleón los manchegos fueron construyendo su morada con la venida de almas de Oreto – Zuqueca y de Añavete, distintos pueblos han forjado su historia. Entre lomas y cerros, valles y cráteres, fumarolas y simas convivían los granatuleños viendo pasar camino de Andalucía al inspector de abastos de la real marina que proveía de trigo y cereales a la Invencible en su lucha contra la armada inglesa. Y así fue cuando nuestro señor imaginario Don Quijote con su amado escudero nació en la mente de Cervantes cabalgando por tierras granatuleñas, por el Camino Real, en el entorno de Añavete, donde vino a sucederle la batalla con los Galeotes. Después de esta guisa, ya en el año 2008, pasando nuevamente por Granátula iban platicando nuestro querido caballero andante y nuestro malandante escudero.

 

– Válgame señor don Quijote que ese pueblo que vemos allí es Granátula de Calatrava. Sepa mi señor que habiendo conocido que en su entorno tuvo lugar la batalla de los galeotes, han tenido a bien enviarme un recado de la Hermandad del Cristo en el que me incitan a hacer un pregón en las fiestas de su querido Santo Cristo de la Resurrección, un Santo que se encarga de proteger a esta Villa desde hace tiempo, antes de que viniera aquí vuesa merced con Rocinante y yo a lomos de mi rucio.

 

En esta plática estaban Don Quijote y Sancho cabalgando por la vereda camino de Granátula, recitando el escudero:

  

– Aflojando ya el sermón

que sin querer voy echando

se me olvida que es pregón

y que no estoy predicando.

La fiesta está preparada

que no falte la cordura

la amistad y la mesura

que nos sea bien cumplida

y con la salud encomiada.

– Mi buen Sancho has de saber que esta patria cuyo nombre llevo grabado en el pecho es nuestra tierra. Procura en tu pregón predicarles de las bondades de su región y si al mandado no hacen caso, tendrían mucha razón: Mensajero sois amigo, no merecéis culpa, non. No  confiéis en eso, Sancho, que en la manchega región tan colérica es la gente, como honrada y con honor, y no consiente cosquillas de nadie, ni la traición, que siempre será vengada. Si os huelen –vive Dios- que os mando mala ventura qué el diablo me ha metido en esto y yo no. Ahora bien todas las cosas tienen siempre algún remedio, excepto la muerte segura, como siempre estoy oyendo.

– Mi señor Don Quijote no tenga duda que así lo haré. Sepa que como casi todo lo que se puede decir en literatura, ya lo dejó dicho Cervantes en algún lugar de la segunda parte de la novela que cuenta sus aventuras cuando afirmaba: “La mentira es mejor cuanto más parece verdadera y tanto más agrada cuanto tiene más de dudoso y posible”. Así es que las fábulas deben ser escritas cuidando que “admiren, suspendan, alborocen y entretengan, de modo que anden a un mismo paso la admiración y la alegría juntas”. Es como si quisieran contar a la vida mesma, donde la verdad y la mentira, la ilusión y la desilusión, la pasión y el odio, la alegría y el lloro, mezclan como en el gazpacho manchego y forman un unto amasado por la convivencia y mal amalgamado por la envida y la avaricia. Que ya lo dicen los refranes, que siempre mi hidalgo me recrimina que use “quién bien te quiere te hará sufrir”, “mas vale buena esperanza que ruin posesión”, “aunque la traición se aplace, el traidor se aborrece” o “quien te cubre, te descubre” aunque a veces “pagan justos por pecadores”. Es como si fueran los duelos y los quebrantos.

– No más refranes, Sancho -dijo Don Quijote-, pues cualquiera de los que has dicho basta para dar a entender tu pensamiento; y muchas veces te he aconsejado que no seas tan pródigo de refranes y que te vayas a la mano en decirlos. Si no me acuerdo mal, otra vez te he dicho que los refranes son sentencias breves, sacadas de la experiencia y especulación de nuestros antiguos sabios; y el refrán que no viene a propósito antes es disparate que sentencia. Y hablando de disparates que es eso de los duelos y quebrantos, ¿no será que tu barriga está rezongando y sale a la luz el tragaldabas que llevas dentro?

 

– Mire que a estas horas la gazuza va acechando. Pero no es eso sino que ha de saber que algunos autores mencionan que algunos labradores, al sufrir la muerte repentina de un animal de labor, como las vacas, el burro o el caballo, aprovechaban su carne preparando un guiso con ella, y el nombre procede de los «Duelos y Quebrantos» que el labrador sufría durante su cocinado. Otros dicen que el nombre hace alusión al «quebranto» del ayuno impuesto sobre las carnes de cerdo tanto en las religiones Judía como Islámica y su posterior «duelo» tras haber violado los preceptos del ayuno. Y por eso digo que la vida es como este manjar, mezclando diversos tipos de carne con la unión del huevo hacen que quede un plato preciado y apetitoso, lo mesmo que en la existencia mortal cuando se mezclan las personas, el hombre y la mujer, los amigos, etc., y se unen por el cariño, la, amor, respeto y la amistad. Más cuando el huevo está en mal estado y el uso o el abuso o simplemente la traición quiebran esos sentimientos hacen que la confianza de repugnancia y quede rasgada. Y aunque le de motivos para que vuelva a reprenderme vienen a mi boca más refranes como “váyase el muerto a la sepultura y el vivo a la hogaza”, “a rey muerto rey puesto” y “érase que se era, el bien que viniere para todos sea, y el mal, para quien lo fuere a buscar….”

 

– Bien Sancho déjate ya de refranes y dichos, que ha debido pasar por aquí el encantador Frestón y parece que nos han trocado los unos en los otros y tu Sancho fueras un erudito escritor que desea con los refranes desfacer entuertos. Haz gala Sancho, de la humildad de tu linaje: no te avergüences de que sean labradores tus padres, de baja estirpe nacidos hay casos innumerables que han llegado a ser pontífices, o emperadores muy grandes. Si te precias de virtud, no tengas envidia a nadie, sean príncipes o señores con quien puedas compararte; pues la virtud se conquista, pero se hereda la sangre, y la virtud por sí sola vale más que los linajes. Más la iglesia de Granátula ya queda a la vista y aún no me has contado que dimes y diretes trovarás en el pregón de fiestas.

 

Esta discusión traían Don Quijote y Sancho entrando por el camino Moro, por lo que ahora es la ruta que lleva su nombre. De esta guisa Sancho empezó a recitar las estrofas de su pregón:

 

“Cuando la oliva está en sabia

y el almendro pleno de flor”,

cuentan los viejos romances

que es el tiempo del amor.

Amor del campo en verano,

fruto del trabajador

que recoge las espigas

que con su sudor regó,

en una tierra madrastra

que hoy en madre se tornó.

 

Lejos ya duros trabajos,

que es tiempo de festejar

con canciones y alegría

las fiestas de aqueste lar.

Dejad por estos tres días

las labores de los campos

que bueno es que descansen

alguna vez los humanos

y se entreguen a la fiesta,

a la comida y los tragos

pues triste sería la vida

si sólo hubiera trabajos.

 

Tomad pendones y cruces,

andas, imágenes y bandos

y mostrad esta hermosísima tierra

a propios y extraños

 

Bailad al son de la música,

llenad de viandas los platos,

disfrutad de tal jarana

que se asombren hasta los prados.  

 

 

No deis tregua a la tristeza

que no hay que andar cabizbajos,

que las fiestas no hacen migas

con caras y rostros largos.  

 

Dianas, bailes y verbenas,

gallofa y comidas ansiamos

todo está ya dispuesto

sólo falta el disfrutarlo.  

 

Que niños y adultos se alleguen

de este y otros pueblos cercanos

que generosidad nos sobra

para contentar a invitados.  

 

Y es prudente que ya calle

pues no quisiera cansaros

y que otros sean los que digan

discursos más prolongados.  

 

No quiero que me deis dineros,

ni aplausos, ni grandes halagos,

con saber que disfrutáis de la fiesta

ya me doy por bien pagado.  

 

Y lo que decía al principio,

lo repito de buen grado

ahora que este pregón

ya está finalizando:  

disculpad que sea yo,

sin duda el menos indicado,

el que os invite a la fiesta

en honor de vuestro Santo. 

-Perdóname, amigo, de la ocasión que te he dado de parecer loco como yo, haciéndote caer en el error en que yo he caído, de que hubo y hay caballeros andantes en el mundo. Tu pregón confirma tu cordura y mi locura, así como el conocimiento que tienes de la realidad y de Granátula. Aquí me siento fatigado, quedaré descansando por los restos en aquel campo santo, que allí se divisa donde volver rodaron.

-¡Ay! -respondió Sancho, llorando-: no se abandone vuestra merced, señor mío, sino tome mi consejo y viva muchos años, porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben que las de la melancolía. Mire no sea perezoso y vámonos al campo vestidos de pastores, como tenemos concertado: quizá tras de alguna mata hallaremos a la señora doña Dulcinea desencantada, que no haya más que ver. Si es que se muere de pesar de verse vencido, écheme a mí la culpa, diciendo que por haber yo cinchado mal a Rocinante le derribaron, y véngase conmigo a pregonar las aventuras y la verdad del corazón libre, que no son simples chifladuras de un loco que perdió el seso y acabó creyéndose caballero andante, sino que Don Quijote dijo “no” a muchas cosas y se enfrentó por ello a la lógica y al sentido común de sus bienpensantes vecinos; de quién se negó a adaptar la “inmensidad de sus deseos” de hacer el bien, a la “pequeñez que la realidad le ofrecía”. Déjese el cementerio y de abandonarse a su canto, sigamos hacia la plaza y veamos aquel zapato, que conmemora la ruta de aquel director de cinematógrafo.

– Mi querido Sancho después de escucharte la cordura ahora vive en mí.

Hasta aquí la aventura de nuestro inmortal manchego y Sancho. Solo quien echa un vistazo rápido y superficial a la inmortal obra de Cervantes puede pensar que don Quijote fue un perdedor. Venció a todos los que intentaron cambiar los ideales por la injusta realidad.

Hasta aquí la narración de este pobre cuentista, fin de la imaginación de quien dejándose llevar por la inventiva trajo de nuevo por veredas y caminos a Granátula a los personajes inmortales del idealismo, a dos manchegos ilustres un ingenioso hidalgo y un escudero labrador.

Vale.

Yo soy Baebio. Iniciativa para poner en valor y recuperar el valor histórico patrimonial de Granátula. Oretum Germanorum

Yo soy Baebio’… Este sencillo lema está cargado de ilusión y simbolismo. Es Baebio personaje ilustre en el devenir histórico de nuestro entorno. Oreto, nuestro pueblo, era para Baebio una tierra fértil, cruce de caminos, culturas, grandes historias y sucesos del día a día que le hacían sentir orgulloso de su origen. Por eso creyó en un futuro mejor para su pueblo y sus 85 mil sestercios (una fortuna para la época) dieron lugar a uno de los grandes símbolos del por aquel entonces Oretvm Germanorvm. Este no es otro que el puente que cruzaba de orilla a orilla los márgenes del río Jabalón. Sus más de 10 ojos han visto como el paso del río de la vida, su historia, ha ido dando cabida en Oreto a íberos, romanos, visigodos y árabes. Por eso, todos somos Baebio, orgullosos e ilusionados por un futuro mejor. Deseamos que nuestro proyecto de historia sea nuestro particular puente y que este nos lleve hacia nuevos horizontes para los que nos sentimos ciudadanos de este pueblo, Oreto… #Granátula

Súmate a a nuestro proyecto con un video en el que digas ‘Yo soy Baebio’, súbelo con el hashtag #YosoyBaebio #Granátula y únete a nosotros, vengas de donde vengas.

 

Atentado 11 M

Desgraciadamente el atentado salvaje del 11M también impactó en Granátula. Encarnación Mora perdió la vida en los trenes que fueron objeto de los atentados. Trenes llenos de trabajadores donde la peor calaña puso sus ojos, como si estas personas humildes fueran los chivos expiatorios de no se qué.