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Tres platos manchegos del Quijote


  1. Duelos y quebrantos: tradicionalmente servido los sábados, este plato es un desayuno robusto que preparaba Sancho, el fiel escudero de Don Quijote. Los ingredientes fundamentales son huevos y tocino, a menudo complementados con chorizo, todo ello revuelto y cocinado en una sartén hasta alcanzar una textura suave y apetecible. Es un plato energético, ideal para empezar el día con fuerzas renovadas.
  2. Gazpacho: antes de que el tomate se convirtiera en su ingrediente estrella, el gazpacho en tiempos de Cervantes era más bien un aliño humilde pero sustancioso de pan, agua, aceite de oliva, vinagre y ajo. Se solía preparar en un mortero, moliendo los ingredientes hasta crear una sopa espesa y refrescante, perfecta para las jornadas calurosas de la Mancha.
  3. Olla podrida: este plato, mencionado con respeto en la novela, es un estofado reconfortante que combina carnes diversas como cerdo, ternera, y ave, con legumbres como garbanzos y una selección de verduras. La olla podrida es un reflejo de la cocina de aprovechamiento de la época, donde todos los ingredientes se cocían lentamente en una sola olla, creando un caldo concentrado y lleno de matices.

El Quijote, capítulo V

Último capítulo de la serie de RTVE.

Don Quijote decide ayudar a Dorotea a recuperar su reino y lucha contra los pellejos de vino creyendo que son gigantes. La Santa Hermandad detiene a Don Quijote y, con la complicidad del cura y el barbero, le mandan engañado a su pueblo.

El Quijote, capítulo III

Continuamos con la serie del Quijote.

Don Quijote lucha contra las ovejas pensando que son ejércitos, tambien detiene un cortejo funerario de un noble pensando que son endemoniados. Sancho Panza se atemoriza en el episodio de la rueda de batanes y encuentran una cuerda de cautivos a los que Don Quijote libera.

 

El Quijote, capítulo II

Os dejo la serie que hizo RTVE sobre el Quijote.

Capítulo 2: Rocinante tiene una aventura amorosa de la que sale apaleado al igual que su dueño. D. Quijote y Sancho llegan a una venta en donde vuelven a ser apaleados y Sancho es Manteado.

El Quijote, capítulo I

Os dejo la serie que hizo RTVE sobre el Quijote.

Capítulo 1 de la serie dirigida por Manuel Gutiérrez Aragón y protagonizada por Fernando Rey y Alfredo Landa.

Mi pequeño homenaje a Cervantes y al Quijote

Quien me conoce sabe que siempre llevo a mi pueblo y a La Mancha en el corazón. Hace unos días que leyendo sobre el Quijote y la música, y me encontré con este magnífico video elaborado por el Museo de las Bellas Artes de Valencia. Y no pude resistirme a incluirlo en mi página, y compartirlo con todo el que me visita.

En homenaje a Cervantes. En mi opinión el más grande escritor. Y es que el 23 de abril se conmemora tanto la muerte de Cervantes como de otro genial escritor Shakespeare.

Cuatro enseñanzas extraídas del Quijote

1. Determinar la realidad a partir de la forma en que se ve al mundo

En el mundo de Don Quijote, nada es lo que aparenta ser. Los molinos son gigantes, las posadas son castillos, las plebeyas son princesas, y los títeres son moros. Aunque su peculiar forma de observar las cosas le trajo problemas y desventuras, el ingenioso hidalgo creó para él una realidad distinta, un mundo diferente en el que triunfaría la virtud sobre el mal y estaría libre de esclavitud.

Si bien no pudo cambiar al mundo, sí logró cambiar su vida a partir de encontrar un propósito y un noble ideal

2. Ser fiel a un ideal

A pesar de las adversidades, Don Quijote deja como enseñanza la importancia de tener sueños aunque parezcan imposibles.

Don Quijote tenía un lema: «Defender la virtud».

3. Observar la virtud en los otros

El singular personaje antepone al hombre como persona por encima de sus errores. Un ejemplo es la manera en que observaba a Dulcinea, como una dama, una señora, cuando en realidad se trataba de una cortesana.

4. Elegir a un buen escudero

Tal como Don Quijote eligió a Sancho Panza como su compañero y fiel escudero, se puede y se debe elegir a aquellas personas que  acompañen a lo largo del camino y apoyen en el logro de los sueños y objetivos.

Un excelente ejercicio es  responder las siguientes preguntas:

1. ¿Qué se quiere?  2. ¿Cuál es el camino? 3. ¿Qué atributos debe tener el compañero que se debe elegir?

Una de las grandes enseñanzas del Quijote, es la manera en que honró sus sueños e ideales hasta el fin de sus días. Muchas veces se enfrentó al rechazo y sin importarle el ridículo y la aprobación de los demás, siguió su camino para vencer al invicto rival. Se debe tener en cuenta, que muchas veces el invicto rival se trata de uno mismo.

La Libertad

Elogio de la libertad

La libertad Sancho es el mayor bien que puede venir a los hombres. Con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar. Por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida. Por el contraío, el cautiverio es el mayor mal que puede venirnos.

Absolutamente nada merece la pena si con ello perdemos nuestra libertad. Me parece demasiado duro hacer exclavos a quien Dios y la naturaleza hizo libres. No está bien que los hombres honrados sean verdugos de otros hombres.

El pregón de Sancho

En un lugar de la Mancha cuyo nombre siempre llevamos en la memoria, hace mucho tiempo que moraban visigodos, romanos, árabes… manchegos. Desde la edad de piedra, donde los encantadores transformaban en la noche de San Juan a una “bicha” en una doncella instruida en las artes amatorias, hasta el día que rededor de la laguna de Valdeleón los manchegos fueron construyendo su morada con la venida de almas de Oreto – Zuqueca y de Añavete, distintos pueblos han forjado su historia. Entre lomas y cerros, valles y cráteres, fumarolas y simas convivían los granatuleños viendo pasar camino de Andalucía al inspector de abastos de la real marina que proveía de trigo y cereales a la Invencible en su lucha contra la armada inglesa. Y así fue cuando nuestro señor imaginario Don Quijote con su amado escudero nació en la mente de Cervantes cabalgando por tierras granatuleñas, por el Camino Real, en el entorno de Añavete, donde vino a sucederle la batalla con los Galeotes. Después de esta guisa, ya en el año 2008, pasando nuevamente por Granátula iban platicando nuestro querido caballero andante y nuestro malandante escudero.

 

– Válgame señor don Quijote que ese pueblo que vemos allí es Granátula de Calatrava. Sepa mi señor que habiendo conocido que en su entorno tuvo lugar la batalla de los galeotes, han tenido a bien enviarme un recado de la Hermandad del Cristo en el que me incitan a hacer un pregón en las fiestas de su querido Santo Cristo de la Resurrección, un Santo que se encarga de proteger a esta Villa desde hace tiempo, antes de que viniera aquí vuesa merced con Rocinante y yo a lomos de mi rucio.

 

En esta plática estaban Don Quijote y Sancho cabalgando por la vereda camino de Granátula, recitando el escudero:

  

– Aflojando ya el sermón

que sin querer voy echando

se me olvida que es pregón

y que no estoy predicando.

La fiesta está preparada

que no falte la cordura

la amistad y la mesura

que nos sea bien cumplida

y con la salud encomiada.

– Mi buen Sancho has de saber que esta patria cuyo nombre llevo grabado en el pecho es nuestra tierra. Procura en tu pregón predicarles de las bondades de su región y si al mandado no hacen caso, tendrían mucha razón: Mensajero sois amigo, no merecéis culpa, non. No  confiéis en eso, Sancho, que en la manchega región tan colérica es la gente, como honrada y con honor, y no consiente cosquillas de nadie, ni la traición, que siempre será vengada. Si os huelen –vive Dios- que os mando mala ventura qué el diablo me ha metido en esto y yo no. Ahora bien todas las cosas tienen siempre algún remedio, excepto la muerte segura, como siempre estoy oyendo.

– Mi señor Don Quijote no tenga duda que así lo haré. Sepa que como casi todo lo que se puede decir en literatura, ya lo dejó dicho Cervantes en algún lugar de la segunda parte de la novela que cuenta sus aventuras cuando afirmaba: “La mentira es mejor cuanto más parece verdadera y tanto más agrada cuanto tiene más de dudoso y posible”. Así es que las fábulas deben ser escritas cuidando que “admiren, suspendan, alborocen y entretengan, de modo que anden a un mismo paso la admiración y la alegría juntas”. Es como si quisieran contar a la vida mesma, donde la verdad y la mentira, la ilusión y la desilusión, la pasión y el odio, la alegría y el lloro, mezclan como en el gazpacho manchego y forman un unto amasado por la convivencia y mal amalgamado por la envida y la avaricia. Que ya lo dicen los refranes, que siempre mi hidalgo me recrimina que use “quién bien te quiere te hará sufrir”, “mas vale buena esperanza que ruin posesión”, “aunque la traición se aplace, el traidor se aborrece” o “quien te cubre, te descubre” aunque a veces “pagan justos por pecadores”. Es como si fueran los duelos y los quebrantos.

– No más refranes, Sancho -dijo Don Quijote-, pues cualquiera de los que has dicho basta para dar a entender tu pensamiento; y muchas veces te he aconsejado que no seas tan pródigo de refranes y que te vayas a la mano en decirlos. Si no me acuerdo mal, otra vez te he dicho que los refranes son sentencias breves, sacadas de la experiencia y especulación de nuestros antiguos sabios; y el refrán que no viene a propósito antes es disparate que sentencia. Y hablando de disparates que es eso de los duelos y quebrantos, ¿no será que tu barriga está rezongando y sale a la luz el tragaldabas que llevas dentro?

 

– Mire que a estas horas la gazuza va acechando. Pero no es eso sino que ha de saber que algunos autores mencionan que algunos labradores, al sufrir la muerte repentina de un animal de labor, como las vacas, el burro o el caballo, aprovechaban su carne preparando un guiso con ella, y el nombre procede de los «Duelos y Quebrantos» que el labrador sufría durante su cocinado. Otros dicen que el nombre hace alusión al «quebranto» del ayuno impuesto sobre las carnes de cerdo tanto en las religiones Judía como Islámica y su posterior «duelo» tras haber violado los preceptos del ayuno. Y por eso digo que la vida es como este manjar, mezclando diversos tipos de carne con la unión del huevo hacen que quede un plato preciado y apetitoso, lo mesmo que en la existencia mortal cuando se mezclan las personas, el hombre y la mujer, los amigos, etc., y se unen por el cariño, la, amor, respeto y la amistad. Más cuando el huevo está en mal estado y el uso o el abuso o simplemente la traición quiebran esos sentimientos hacen que la confianza de repugnancia y quede rasgada. Y aunque le de motivos para que vuelva a reprenderme vienen a mi boca más refranes como “váyase el muerto a la sepultura y el vivo a la hogaza”, “a rey muerto rey puesto” y “érase que se era, el bien que viniere para todos sea, y el mal, para quien lo fuere a buscar….”

 

– Bien Sancho déjate ya de refranes y dichos, que ha debido pasar por aquí el encantador Frestón y parece que nos han trocado los unos en los otros y tu Sancho fueras un erudito escritor que desea con los refranes desfacer entuertos. Haz gala Sancho, de la humildad de tu linaje: no te avergüences de que sean labradores tus padres, de baja estirpe nacidos hay casos innumerables que han llegado a ser pontífices, o emperadores muy grandes. Si te precias de virtud, no tengas envidia a nadie, sean príncipes o señores con quien puedas compararte; pues la virtud se conquista, pero se hereda la sangre, y la virtud por sí sola vale más que los linajes. Más la iglesia de Granátula ya queda a la vista y aún no me has contado que dimes y diretes trovarás en el pregón de fiestas.

 

Esta discusión traían Don Quijote y Sancho entrando por el camino Moro, por lo que ahora es la ruta que lleva su nombre. De esta guisa Sancho empezó a recitar las estrofas de su pregón:

 

“Cuando la oliva está en sabia

y el almendro pleno de flor”,

cuentan los viejos romances

que es el tiempo del amor.

Amor del campo en verano,

fruto del trabajador

que recoge las espigas

que con su sudor regó,

en una tierra madrastra

que hoy en madre se tornó.

 

Lejos ya duros trabajos,

que es tiempo de festejar

con canciones y alegría

las fiestas de aqueste lar.

Dejad por estos tres días

las labores de los campos

que bueno es que descansen

alguna vez los humanos

y se entreguen a la fiesta,

a la comida y los tragos

pues triste sería la vida

si sólo hubiera trabajos.

 

Tomad pendones y cruces,

andas, imágenes y bandos

y mostrad esta hermosísima tierra

a propios y extraños

 

Bailad al son de la música,

llenad de viandas los platos,

disfrutad de tal jarana

que se asombren hasta los prados.  

 

 

No deis tregua a la tristeza

que no hay que andar cabizbajos,

que las fiestas no hacen migas

con caras y rostros largos.  

 

Dianas, bailes y verbenas,

gallofa y comidas ansiamos

todo está ya dispuesto

sólo falta el disfrutarlo.  

 

Que niños y adultos se alleguen

de este y otros pueblos cercanos

que generosidad nos sobra

para contentar a invitados.  

 

Y es prudente que ya calle

pues no quisiera cansaros

y que otros sean los que digan

discursos más prolongados.  

 

No quiero que me deis dineros,

ni aplausos, ni grandes halagos,

con saber que disfrutáis de la fiesta

ya me doy por bien pagado.  

 

Y lo que decía al principio,

lo repito de buen grado

ahora que este pregón

ya está finalizando:  

disculpad que sea yo,

sin duda el menos indicado,

el que os invite a la fiesta

en honor de vuestro Santo. 

-Perdóname, amigo, de la ocasión que te he dado de parecer loco como yo, haciéndote caer en el error en que yo he caído, de que hubo y hay caballeros andantes en el mundo. Tu pregón confirma tu cordura y mi locura, así como el conocimiento que tienes de la realidad y de Granátula. Aquí me siento fatigado, quedaré descansando por los restos en aquel campo santo, que allí se divisa donde volver rodaron.

-¡Ay! -respondió Sancho, llorando-: no se abandone vuestra merced, señor mío, sino tome mi consejo y viva muchos años, porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben que las de la melancolía. Mire no sea perezoso y vámonos al campo vestidos de pastores, como tenemos concertado: quizá tras de alguna mata hallaremos a la señora doña Dulcinea desencantada, que no haya más que ver. Si es que se muere de pesar de verse vencido, écheme a mí la culpa, diciendo que por haber yo cinchado mal a Rocinante le derribaron, y véngase conmigo a pregonar las aventuras y la verdad del corazón libre, que no son simples chifladuras de un loco que perdió el seso y acabó creyéndose caballero andante, sino que Don Quijote dijo “no” a muchas cosas y se enfrentó por ello a la lógica y al sentido común de sus bienpensantes vecinos; de quién se negó a adaptar la “inmensidad de sus deseos” de hacer el bien, a la “pequeñez que la realidad le ofrecía”. Déjese el cementerio y de abandonarse a su canto, sigamos hacia la plaza y veamos aquel zapato, que conmemora la ruta de aquel director de cinematógrafo.

– Mi querido Sancho después de escucharte la cordura ahora vive en mí.

Hasta aquí la aventura de nuestro inmortal manchego y Sancho. Solo quien echa un vistazo rápido y superficial a la inmortal obra de Cervantes puede pensar que don Quijote fue un perdedor. Venció a todos los que intentaron cambiar los ideales por la injusta realidad.

Hasta aquí la narración de este pobre cuentista, fin de la imaginación de quien dejándose llevar por la inventiva trajo de nuevo por veredas y caminos a Granátula a los personajes inmortales del idealismo, a dos manchegos ilustres un ingenioso hidalgo y un escudero labrador.

Vale.