Archivo de la categoría: Economía de las personas

Atlas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2023

¿En qué punto se encuentran nuestros esfuerzos para poner fin a la pobreza extrema en el mundo? ¿Cómo podemos responder a los costos humanos y económicos del cambio climático? En el Atlas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) del Banco Mundial se presentan historias interactivas y visualizaciones de datos para describir los avances respecto a cada uno de los 17 ODS.

El Atlas aprovecha la información de la base de datos de los Indicadores del Desarrollo Mundial del Banco Mundial, así como de diversas fuentes de datos pertinentes, incluidas organizaciones internacionales y entidades científicas y de investigación de todo el mundo.

Informe mundial de desastres (CICR)

Los desastres inciden en las vidas, la salud y el bienestar social y económico de las poblaciones. La pandemia provocada por el COVID-19, con efectos no inmediatos y en cadena han generado un escenario de crisis en el que se han agudizado problemáticas previas como el desempleo, la pobreza, la inseguridad alimentaria, la vulnerabilidad ante la violencia, además de las pérdidas causadas en materia de educación, la atención a la salud en todas sus facetas, etc. A pesar de que se trataba de un virus nuevo con las graves incertidumbres que ello representaba, puede afirmarse que hubiera sido posible evitar gran parte de sus efectos planteando y financiado por parte de los gobiernos, un esquema de preparación para emergencias a nivel comunitario. La experiencia de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, trabajando desde esta perspectiva hace más de un siglo en escenarios como el VIH/SIDA, el zika, el ébola, el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS), el sarampión o el cólera, así lo demuestra. Como afirma su Secretario General, el SeñorJagan Chapagain, en materia de salud pública, la solidaridad y no la competencia, es la medida más acertada…..

Informe sobre la pobreza (FOESSA)

FOESSA. Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada / CARITAS ESPAÑOLA

Un nuevo informe de Cáritas y la Fundación Foessa indica que el 16% de la población en alquiler experimenta un nivel extremo de estrés financiero, es decir, destinan más del 60% de sus ingresos a ese pago La vivienda asfixia a más de tres millones de personas: 6 de cada 10 euros los dedican a casa, comida y suministros.

La vivienda se ha convertido en un quebradero de cabeza para numerosas familias en España, sobre todo para aquellas con menos ingresos. Los gastos relacionados con el pago de la casa y sus suministros son los que más se han incrementado en los presupuestos familiares, desequilibrando así las cuentas de millones de personas, indica la Fundación Foessa y Cáritas en su nuevo informe: del informe Análisis y Perspectivas 2023. Ingresos y gastos: una ecuación que condiciona nuestra calidad de vida, donde aseguran que tres millones de hogares (16,8%) se sitúan por debajo del umbral de la pobreza severa.

En los últimos años, señala el informe, las familias con menos ingresos han invertido más de seis de cada 10 euros (63%) en gastos de vivienda, suministros y alimentación frente a los menos de cuatro de cada 10 euros que gastan las familias con mayor nivel de ingresos.

Si bien es una buena noticia que los ingresos en España hayan experimentado un incremento del 11% desde 2008, añade el estudio, también advierte de que “el contexto inflacionario de los últimos meses ha provocado que los gastos familiares hayan aumentado en un 30%”. Esa disparidad es aún más acusada entre los hogares más humildes, ya que “el incremento de ingresos en estas familias ha sido prácticamente inexistente (0,5%)”.

“Sirve de muy poco ese aumento de los ingresos si las condiciones de vida no mejoran”, indica Daniel Rodríguez, miembro del equipo de estudios de la Fundación Foessa, que ha destacado la importancia de que se amplíe la vivienda social para que sea asequible para la población más vulnerable.

Asimismo, ambas organizaciones han señalado que un total de 2,5 millones de personas “son pobres a pesar de que trabajan”. “Se trata de personas que madrugan, que cumplen con su trabajo, pero los ingresos que obtienen no les permiten salir de situaciones de pobreza”.

En las últimas crisis, indica Cáritas Española, ha habido una constante y es que son las familias más vulnerables las más afectadas. Así ha ocurrido desde la crisis económica de 2008, cuando aumentó la exclusión social, y después, en 2015, indican ambas organizaciones, la recuperación “no llegó para todos”. En 2020, la pandemia también “se cebó con las personas con empleos precarios y con las familias con hijos a cargo”, así como con las personas migrantes.

Familias que recurren al subarriendo de habitaciones. El precio de la vivienda no deja de subir, la casa que en 2015 valía 100.000 euros ahora cuesta 150.000 euros, un incremento que para muchas familias es imposible de asumir y deja como única opción habitacional el alquiler, si bien también se ha incrementado notablemente, un 44% según el portal Idealista.

Además, indica el informe, en un intento por encontrar soluciones económicas y sostenibles, cada vez más familias se ven obligadas a recurrir a fórmulas como el subarriendo de habitaciones. En apenas cinco años, el porcentaje de familias con esta casuística ha experimentado un notorio aumento, llegando al 6,6% en 2022 (más de 1,2 millones de hogares).

También se está registrando un incremento en el número de familias que residen en viviendas inseguras, llegando al 23,2% en 2021, lo que implica que más de 4,2 millones de hogares viven en pisos compartidos o cedidos sin contrato en vigor o en situación de desahucio.

De manera paralela, la cifra de familias que habitan viviendas inadecuadas, aquellas que no cumplen con las condiciones mínimas dignas para la vida cotidiana, “también ha experimentado un preocupante aumento, pasando del 25% en 2018 al 30% en 2021 (5,6 millones de familias)”.

Posibles soluciones. El estudio propone algunas consideraciones tanto en la esfera de los ingresos como en la de los gastos para mejorar el equilibrio financiero de los hogares. Por ello, considera fundamental que se pongan en marcha acciones concretas y efectivas de intervención para garantizar el acceso a una vivienda digna y adecuada, como es la ampliación del número de viviendas sociales en alquiler, así como el de viviendas de emergencia, “lo que garantizaría un refugio a familias en situaciones de extrema necesidad”.

El informe también destaca la necesidad decoordinar políticas de empleo centradas en los colectivos con un acceso más complicado al mercado laboral, así como abordar la precariedad laboral desde una perspectiva integral, lo que implica reducir la temporalidad en los contratos y la parcialidad en las jornadas.

Asimismo, consideran fundamental realizar los cambios legislativos para que las trabajadoras del hogar alcancen una equiparación plena de derechos laborales y de seguridad social y establecer un sistema de garantía de ingresos mínimos con cobertura suficiente, alcanzando al conjunto de la población en situación de pobreza severa, incluidas las personas en situación administrativa irregular.

En conclusión, a lo largo de este informe se ha explorado detenidamente las complejas dinámicas que determinan las condiciones de vida en la sociedad española, demostrando de manera concluyen­te que, para mejorarlas, no basta con enfocarse únicamente en uno de los dos elementos de la ecua­ción: ingresos o gastos. La mejora integral de la calidad de vida requiere abordar ambos aspectos de manera paralela y coordinada. Una integralidad que debe estar conceptualizada como tal en el centro de cualquier intervención que pretenda mejorar las condiciones de vida de las familias más vulnera­bles, ya sea de los servicios sociales públicos o de las entidades del tercer sector.

Es necesario abordar ambas variables de manera simultánea, probablemente el déficit más pronunciado se encuentra en la actualidad en la esfera de los gastos. Así, a pesar de un creci­miento moderado pero constante en los ingresos, los gastos, mención especial a la vivienda, se han elevado de manera notable, lo que ha generado desafíos significativos en términos de asequibilidad y sostenibilidad financiera para numerosos hogares.

Y si bien es esta una afirmación válida para el conjunto de la población, se hace especialmente manifies­ta para aquellas familias con menores ingresos. En cada crisis que ha atravesado nuestra sociedad, una realidad persistente se hace patente: son los más vulnerables quienes sufren de manera desproporcio­nada las consecuencias más graves. Ya sea en tiempos de recesión económica, crisis sanitarias o desafíos socioeconómicos, los grupos más frágiles de nuestra población enfrentan una carga mayor que termina derivando en un deterioro de sus condiciones de vida superiores al del conjunto de la población.

El informe señala una serie de retos que, como sociedad tenemos sobre la mesa y que tendrían que tenerse en cuenta si queremos aliviar el sufrimiento a tantas familias:

Planificar y coordinar políticas de empleo focalizadas en los colectivos con un acceso más complicado al mercado laboral y que tenga en cuenta la situación personal y familiar de la perso­na trabajadora, facilitando la conciliación; un acceso a la formación que no sea exclusivamente on line para evitar la brecha digital; programas formativos acompañados de acciones socioeducativas para las personas que constituyen colectivos prioritarios.

Abordar la precariedad laboral desde una perspectiva integral. Para lograrlo, debemos trazar un camino que continúe en la senda de la reducción de la temporalidad en los contratos laborales, brindando a los trabajadores y trabajadoras la seguridad y estabilidad que merecen. Asimismo, es esencial abogar por la reducción de la parcialidad en las jornadas de trabajo, permitiendo que más personas accedan a empleos a tiempo completo con todos los beneficios que ello conlleva. Y, por último, en esta lucha contra la precariedad, también se deben mejorar los ingresos, garantizando que estos sean justos y reflejen adecuadamente su contribución a la sociedad. Mejorar estos ele­mentos no solo beneficiaría a la clase trabajadora, sino que fortalecería la base económica y social, promoviendo una sociedad más equitativa y próspera.

Realizar los cambios legislativos necesarios para que las trabajadoras del hogar, en su gran mayo­ría mujeres, alcancen una equiparación plena de derechos laborales y de seguridad social.

Establecer un sistema de garantía de ingresos mínimos con cobertura suficiente, alcanzando al conjunto de la población en situación de pobreza severa, sin excepciones. Con el propósito de que nadie se quede atrás en el horizonte, es necesario que el sistema de garantía de ingresos mire a colectivos hasta ahora excluidos del mismo como pueden ser las personas en situación administra­tiva irregular. Pero también se hacen necesarios ajustes administrativos tales como la simplificación normativa o la posibilidad de que las prestaciones se asignen automáticamente a las personas que cumplan los requisitos sin necesidad de que estas tengan que ser quienes las soliciten.

El mencionado sistema de garantía de ingresos mínimos también debe ofrecer suficiencia en los montos para asegurar que quien percibe la prestación tenga la oportunidad de vivir con un mínimo de bienestar. Para esto es necesario el compromiso tanto del Estado central como de las autonomías ofreciendo complementariedad entre las prestaciones brindadas por cada uno de los niveles de la Administración Pública. Unos montos que, en última instancia, deben ajustarse tanto a los precios reales y al coste de la vida, como a la composición familiar.

El acceso a una vivienda digna y adecuada es sin duda un desafío presente y futuro para nuestra sociedad, y para abordarlo con la valentía y determinación que requiere es fundamental una im­plicación sin reservas en el diseño y aplicación de políticas públicas. El hecho de contar con una vivienda digna, junto con el acceso al agua, energía e internet, es el derecho que abre la puerta y hace posible o no el acceso a otros derechos. Se trata sin duda de la piedra angular del bienestar de las personas, convirtiéndose en un auténtico catalizador de bienestar y acceso a derechos.

Algunas posibles acciones concretas y efectivas de intervención en vivienda serían las siguien­tes. Por un lado, ampliar el número de viviendas sociales en alquiler, lo que brindaría a las familias una opción accesible y segura para obtener viviendas de calidad a precios asequibles. Por otro, incrementar el número de viviendas de emergencia, lo que garantizaría un refugio a familias en situaciones de extrema necesidad y, en última instancia, que nadie se quedase sin techo por adver­sidades económicas.

Acceso al texto completo del INFORME FOESSA: Análisis y Perspectivas 2023. Ingresos y gastos: una ecuación que condiciona nuestra calidad de vida>>>

https://www.caritas.es/main-files/uploads/2023/11/CA%CC%81RITAS-analisis-y-persectivas-2023-digital-.pdf

Disfruta de cada momento

Os comparto este video, un trocito de Mr. Bean.

¿Os preguntáis que tiene que ver con la Economía? ¿Y con las personas?

  • La vida está hecha de momentos.
  • Está llena de oportunidades.
  • A veces se alcanza al pelotón otras no.
  • A veces se le supera, otras no.
  • No importa que se le supere, se alcance o no. Importa el camino.
  • Siempre hay que disfrutarlo.
  • Hay personas que te ayudarán en el camino.
  • La persona que más te ayudará serás tú mismo.
  • Hay otras que por actitud, mala leche, envida, te pondrán palos… pobres espíritus.
  • Disfruta del momento.

Informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2023

A medio camino de la fecha límite para la Agenda 2030, el Informe de Progreso de los ODS, Edición especial, muestra que más de la mitad del mundo está quedando atrás. Los avances para más del 50 % de las metas
de los ODS son endebles e insuficientes, y el 30 % están estancados o han retrocedido. Estos incluyen metas esenciales sobre la pobreza, el hambre y el clima. Si no actuamos ahora, la Agenda 2030 podría convertirse en el epitafio del mundo que podría haber sido.

La pandemia de la COVID-19 y la triple crisis del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación están teniendo repercusiones devastadoras y duraderas. Esto se ha visto amplificado por la invasión rusa de Ucrania, que ha provocado el aumento de los precios de los alimentos y la energía, así como del costo de la financiación, creando una crisis mundial del costo de vida que afecta a miles de millones de personas. Los países en desarrollo se llevan la peor parte de nuestra incapacidad colectiva para invertir en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Muchos se enfrentan a un enorme déficit de financiación y están enterrados bajo una montaña de deuda. Uno de cada tres países corre un alto riesgo de no poder afrontar el servicio de su deuda. Los países desarrollados adoptaron políticas fiscales y monetarias expansivas durante la pandemia y en gran parte han retomado la trayectoria de crecimiento anterior. Pero los países en desarrollo no pudieron hacer lo mismo, en parte por el riesgo de que sus monedas colapsaran. Las corrientes de asistencia oficial para el desarrollo están muy por debajo del histórico compromiso del 0,7 % del INB. Los mercados financieros en general cobran a los países en desarrollo tasas de interés hasta ocho veces superiores a los de los países desarrollados.

La financiación para detener el cambio climático también está muy por debajo de los compromisos y los países desarrollados no han aportado los 100.000 millones de dólares anuales prometidos a partir del 2020.
Mientras tanto, a los países vulnerables de ingresos medios se les niega el alivio de la deuda y una financiación en condiciones favorables, y el Marco Común para el tratamiento de la deuda del G20 sencillamente no funciona.

Los ODS son la hoja de ruta universalmente acordada para superar las divisiones económicas y geopolíticas, restablecer la confianza y reconstruir la solidaridad. La falta de progreso significa que las desigualdades seguirán profundizándose y aumentará el riesgo de un mundo fragmentado que funcione en dos velocidades. Ningún país puede permitirse el fracaso de la Agenda 2030.

Puedes leer el informe:

The-Sustainable-Development-Goals-Report-2023_Spanish.pdf (un.org)

 

La economía española ante el reto demográfico

Papeles de Economía Española, Revista trimestral, que se edita desde 1979 por la Fundación FUNCAS, analiza temas económicos relevantes y de actualidad a partir de planteamientos teóricos, pero esencialmente, de contrastaciones empíricas con un especial interés en las implicaciones de política económica. Su rigor teórico no es óbice para que sea accesible al amplio conjunto de agentes sociales que participan en el debate político.

El último número publicado de Papeles de Economía Española, N.º 176, junio de 2023, se centra en la España despoblada: LA ECONOMÍA ESPAÑOLA ANTE EL RETO DEMOGRÁFICO. Por su interés, se adjunta enlace a la revista y así como una recensión sobre los artículos publicados en el citado número. 

LA ECONOMÍA ESPAÑOLA ANTE EL RETO DEMOGRÁFICO

Sumario 

LA TRANSICIÓN DEMOGRÁFICA GLOBAL Y ALGUNOS DE SUS DETERMINANTES EN ESPAÑA

  • Transiciones demográficas: pasado y presente
  • Natalidad e instituciones
  • Inestabilidad laboral y calidad en el empleo. Relaciones con la mortalidad, la fertilidad y la salud
  • La inmigración en España

LAS CONSECUENCIAS ECONÓMICAS DE LOS CAMBIOS DEMOGRÁFICOS

  • El envejecimiento de la población trabajadora: tendencias y consecuencias
  • El futuro del sistema de pensiones: demografía, mercado de trabajo y reformas
  • Los retos del sistema sanitario a la luz de la transición demográfica
  • Efectos económicos de la demografía política

EL DESAFÍO DEMOGRÁFICO DESDE LA ÓPTICA RURAL-URBANA

  • El reto demográfico: políticas frente a la despoblación rural en España
  • Acceso a los servicios: la dicotomía rural-urbano
  • Nuevas autopistas y autovías y desarrollo rural 

Memoria sobre la situación socioeconómica y laboral

Entre mis documentos está esta memoria que hace un recorrido sobre la situación socioeconómica y laboral en España. Os dejo su resumen y al final el enlace al documento.

La Ley de Creación del Consejo Económico y Social establece que esta institución debe elaborar y presentar anualmente al Gobierno antes del final de mayo de cada año una Memoria en la que se expongan sus consideraciones sobre la situación socioeconómica y laboral de España. Cumpliendo con este mandato, el Pleno del CES aprobó el pasado 31 de mayo esta Memoria correspondiente al año 2022.
Esta Memoria tiene, a mi juicio, un valor añadido diferencial en relación con otros informes similares sobre la economía, el trabajo y la sociedad española: a su reconocida calidad técnica, se añade el hecho de que sus análisis y valoraciones son el resultado del diálogo y el consenso entre los sesenta consejeros y consejeras que
forman el Pleno del CES. Su composición es una radiografía del PIB de España; en él están representadas las principales organizaciones sindicales y empresariales, las organizaciones agrarias, pesqueras, de consumidores y de economía social, además de expertos independientes en el ámbito socioeconómico y laboral. El contenido de la Memoria es el resultado del diálogo social institucionalizado permanente que se
lleva a cabo entre todos estos agentes en el seno del CES.
La finalidad última de este documento es ofrecer al Gobierno, a los poderes públicos y a la sociedad un diagnóstico consensuado sobre la evolución de la realidad socioeconómica y laboral de España, un diagnóstico compartido que contribuya a mejorar la calidad del debate público y político en nuestro país sobre los principales logros alcanzados y sobre los retos de futuro.
A lo largo de sus tres capítulos, la Memoria 2022 ofrece, además de una rica información, algunas enseñanzas útiles sobre el comportamiento de la economía, del trabajo y de la sociedad española bajo los efectos de la concatenación de calamidades que estamos sufriendo desde 2020, así como de los efectos de las políticas económicas y sociales que se han aplicado para aliviar sus consecuencias.

Aquí está el acceso al documento completo:
Memoria_CES_2022-RESUMEN_EJECUTIVO.pdf» target=»_new»

Dar peces o enseñar a pescar

Una imagen vale más que mil palabras.
Y palabras y dichos como “Quien se viste de prestado en la calle le desnudan”,  “dame pan y llámame tonto”, “el pan del beso” y “no hay mas libertad que la independencia económica y tener un trabajo”.

Para pensar en aquellas situaciones en las que oigas que algo es regalado, gratis, que no tiene coste (en particular si el mensaje viene desde la política)

Celebración del día del Tercer Sector

El día 9 de octubre se celebra el día del Tercer Sector. Un sector definido por «exclusión», no es empresa y tampoco es Administración Pública. ¿Es otra cosa?

Os animo a leer mi artículo https://donoso.es/?p=3339 donde comento las características que definen al sector, en lugar de definirlo por lo que no es.

¿Y esto por qué? Porque cuando la respuesta es que es un sector no lucrativo, otra vez lo definimos por exclusión, y atendiendo a la definición de lucro «que produce utilidad», ¿cómo que el Tercer Sector no produce utilidad? La respuesta es clara, produce utilidad y además sirve de contención en el mundo capitalista entre los extremos mas pudientes y privilegiados con las capas excluidas.

Por cierto me encantó el catedrático Antón Costas. Como Economista, y ahí están mis artículos, defiendo que en la sociedad capitalista las empresas que tienen un mejor desempeño económico y por ende un mayor valor para el accionista son también las que tienen el mejor desempeño social, integrada en la sociedad, cuidado de los trabajadores, en fin, haciendo lo que ahora llamamos ESG, porque siempre importamos cosas del inglés en lugar de utilizar el castellano.

Os dejo el video del encuentro.

Zygmunt Bauman, cuando el conocimiento es una mercancía

Os dejo este artículo de Zygmunt Bauman

La imagen del conocimiento reflejaba que el compromiso y la visión de la educación eran una réplica de las tareas que ese compromiso fijó en la agenda moderna. El conocimiento tenía valor puesto que se esperaba que durara, así como la educación tenía valor en la medida en que ofreciera conocimiento de valor duradero. Ya fuera que se la juzgara como un episodio aislado, o bien que se la considerara una empresa de toda una vida, la educación debía encararse como la adquisición de un producto que, como todas las demás posesiones, podía y debía atesorarse y conservarse para siempre.

Así llegamos al primero de los múltiples retos que la educación contemporánea debe afrontar y soportar. En nuestra «modernidad líquida», las posesiones duraderas, los productos que supuestamente uno compraba una vez y ya no reemplazaba nunca más —y que obviamente no se concebían para ser consumidos una única vez—, han perdido su antiguo encanto. Considerados alguna vez como activos ventajosos, hoy tienden a verse como pasivos. Los que alguna vez fueron objetos de deseo se transformaron en objetos de resquemor. ¿Por qué? Porque el «mundo vital» de la juventud contemporánea, compuesto desmañadamente con porciones de sus experiencias vitales, ya no se parece a los pasadizos ordenados, sólidos y «aprendibles» de los laberintos «de ratones de laboratorio» que hace medio siglo se utilizaban para explorar los misterios de la buena adaptación a través del aprendizaje. John Kotter , profesor de la Harvard Business School, aconseja a sus lectores que eviten quedar atrapados en empleos de larga duración del tipo «puesto permanente» y, en realidad, desaconseja desarrollar una lealtad institucional o dejarse absorber demasiado en cualquier empleo durante un tiempo prolongado. No debe sorprendernos, pues, que el panadero Rico se lamentara ante Sennett de lo dificultoso que le resultaba explicar qué podía significar un compromiso .

La historia de la educación está plagada de períodos críticos en los cuales se hizo evidente que las premisas y estrategias probadas y aparentemente confiables habían perdido contacto con la realidad y exigían ajustes o una reforma. Con todo, aparentemente la crisis actual es diferente de las del pasado. Los retos actuales están golpeando duramente la esencia misma de la idea de educación tal como se la concibió en el umbral de la larga historia de la civilización: hoy está en tela de juicio lo invariable de la idea, las características constitutivas de la educación que hasta ahora habían soportado todos los retos del pasado y habían emergido ilesas de todas las crisis. Me refiero a los supuestos nunca antes cuestionados y mucho menos sospechosos de haber perdido vigencia, con lo cual, necesariamente, deberían reexaminarse y reemplazarse.

En el mundo de la modernidad líquida, la solidez de las cosas, como ocurre con la solidez de los vínculos humanos, se interpreta como una amenaza. Cualquier juramento de lealtad, cualquier compromiso a largo plazo (y mucho más un compromiso eterno) auguran un futuro cargado de obligaciones que (inevitablemente) restringiría la libertad de movimiento y reduciría la capacidad de aprovechar las nuevas y todavía desconocidas oportunidades en el momento en que (inevitablemente) se presenten. La perspectiva de cargar con una responsabilidad de por vida se desdeña como algo repulsivo y alarmante.

Hoy se sabe que las cosas más preciadas envejecen rápido, que pierden su brillo en un instante y que súbitamente y casi sin que medie advertencia alguna, se transforman de emblema de honor en estigma de vergüenza. Los editores de las lustrosas revistas de moda saben tomar bien el pulso de la época: junto con la información sobre las nuevas tendencias acerca de «lo que hay que hacer» y «lo que hay que tener», proporcionan regularmente a sus lectores consejo sobre lo que «ya no se usa» y debe descartarse. Además, hoy se espera que ni siquiera los hábitos que supuestamente habrían de durar un poco más permanezcan inalterables. Un anuncio reciente de oferta de teléfonos móviles atrae a los curtidos usuarios de teléfonos con esta exhortación: «Usted ya no puede presentarse en público con ese móvil que tiene ahora… vea los nuevos modelos». Nuestro mundo recuerda cada vez más la «ciudad invisible» de Leonia de Italo Calvino, donde «la opulencia puede medirse, no tanto por las cosas que se fabrican, se venden y se compran cada día; [… ] sino, antes bien, por las cosas que se tiran diariamente para dejar lugar a las nuevas». La alegría de «deshacerse» de las cosas, de descartarlas, de arrojarlas al cubo de la basura, es la verdadera pasión de nuestro mundo.

La capacidad de durar mucho tiempo y servir indefinidamente a su propietario ya no juega a favor de un producto. Se espera que las cosas, como los vínculos, sirvan sólo durante un «lapso determinado» y luego se hagan pedazos; que, cuando —tarde o temprano, pero mejor temprano— hayan agotado su vida útil, sean desechadas. Por lo tanto hay que evitar las posesiones, y particularmente las posesiones de larga duración de las que no es fácil librarse. El consumismo de hoy no se define por la acumulación de cosas, sino por el breve goce de esas cosas. Por lo tanto, ¿por qué el «caudal de conocimientos» adquiridos durante los años pasados en el colegio o en la universidad habría de ser la excepción a esa regla universal? En el torbellino de cambios, el conocimiento se ajusta al uso instantáneo y se concibe para que se utilice una sola vez. Los conocimientos listos para el uso instantáneo e instantáneamente desechables de ese estilo que prometen los programas de software —que aparecen y desaparecen de las estanterías de las tiendas en una sucesión cada vez más acelerada —, resultan mucho más atractivos.

Todo este encogimiento del lapso de vida del saber, provocado por un «contagio» completo —por el impacto de degradar la durabilidad de la posición, alguna vez venerable, que ocupaba en la jerarquía de valores—, está exacerbado por la mercantilización del conocimiento y del acceso al conocimiento.

Hoy el conocimiento es una mercancía; al menos se ha fundido en el molde de la mercancía y se incita a seguir formándose en concordancia con el modelo de la mercancía. Hoy es posible patentar pequeñas porciones de conocimiento con el propósito de impedir las réplicas, al tiempo que otras porciones —que no entran en el marco de las leyes de la patente— constituyen secretos cuidadosamente guardados mientras están aún en el proceso de desarrollo (como un nuevo modelo de automóvil antes de que se exhiba en el salón del año siguiente), siguiendo la bien fundada creencia de que, como en el caso de cualquier otra mercancía, el valor comercial refleja lo que diferencia al producto de los ya existentes antes que la calidad del producto en su conjunto. Lo que diferencia al producto, por regla general, es de corta vida, pues el impacto de la novedad se desgasta rápidamente. Por lo tanto, el destino de la mercancía es perder valor de mercado velozmente y ser reemplazada por otras versiones «nuevas y mejoradas» que pretenden tener nuevas características diferenciales, tan transitorias como las de los productos que acaban de ser desechados porque ya perdieron su momentáneo poder de seducción. Concentrar el valor en lo diferencial es una manera de devaluar, oblicuamente, el resto del conjunto, el resto que no ha sido afectado por el cambio, el resto que «sigue siendo igual».

Así es como se desalienta la idea de que la educación puede ser un «producto» que uno gana y conserva, atesora y protege y, ciertamente, ya son pocos los que hablan a favor de la educación institucionalizada. Antes, para convencer a sus hijos de los beneficios del aprendizaje, los padres y madres solían decirles: «Nadie podrá nunca quitarte lo que has aprendido». Semejante consejo puede haber sido una promesa alentadora para aquellos niños a los que se les enseñaba a construir sus vidas como casas —desde los cimientos hasta el techo, mientras en ese proceso iban acumulando el mobiliario—, pero lo más probable es que la juventud contemporánea lo considere una perspectiva aterradora. Hoy los compromisos tienden a ser muy mal vistos, salvo que contengan una cláusula de «hasta nuevo aviso». En una cantidad cada vez mayor de ciudades de Estados Unidos, los permisos para construir sólo se entregan junto con su correspondiente permiso de demolición…

 

Informe sobre el voluntariado


Informe gráfico de la encuesta realizada a personas voluntarias de toda España, con representatividad por CCAA. En el informe se pueden ver los datos sociodemográficos del voluntariado, cómo se desarrolla la acción voluntaria, la implantación de diferentes herramientas de gestión así como los aspectos de motivación y satisfacción del voluntariado. El formato de presentación permite acceder a los datos en su conjunto o bien filtrarlos por distintas variables.

Ref .  Plataforma del Voluntariado de España​​​​​​​ . Podéis ver el documento en:

https://tesigandia.shinyapps.io/PVE-APP/

Proyecto Transforma España

Hace tiempo que leo las publicaciones sobre Transforma España. En esta ocasión os dejo el documento para la lectura de «Transforma España: Un proyecto para España» de la Fundación del mismo nombre.

Ya en el inicio podréis encontrar porqué era necesario un proyecto común, partiendo del principio de que se puede conseguir. En un apartado posterior se incide en los hábitos nocivos que impiden el progreso, tales como la corrupción, ocultar la realidad a la ciudadanía, la visión cortoplacista de los dirigentes y también la autocensura que se está imponiendo para ser políticamente correcto.

El objetivo, y por eso lo incluyo dentro de mi canal de Economía para las personas, es poner al ciudadano en el eje de la vida política haciendo incidencia en el proyecto de los jóvenes.

El documento lo podéis encontrar aquí Transforma-España_un-proyecto-para-espana

Economía de las Personas

portada_economia_personasDe la Economía de Mercado a la Economía de las Personas

Con la noticia de que Amartya Sen va a recibir el premio Príncipe de Asturias, y dado que fue fuente de Inspiración, he rescatado el libro que en su momento escribí.

Introducción

Decir en descargo de este texto que está fluyendo que surge en un tren de vuelta de Lleida, después de impartir un curso de ocho horas en materia económica y de justificación de subvenciones, y que a raíz de escucharme a mi mismo en voz alta, y de las reflexiones que me hicieron algunos de los participantes, sobre la justicia o la injusticia, la bondad o no de realizar determinadas acciones restrictivas derivadas de la crisis económica, me hicieron pensar sobre el capitalismo y la economía de mercado.

Mientras tomaba un zumo de cebada fermentado buscaba en mi bolsa, esa mochila que siempre me acompaña, unas notas que había tomado hace algún tiempo cuando leía el libro «La inteligencia fracasada». De esas notas me permito entresacar este texto (cuasi literal):

El triunfo de la inteligencia personal es la felicidad. El triunfo de la inteligencia social es la justicia. Ambas están unidas por parentescos casi olvidados. Hans Kelsen, uno de los grandes juristas del pasado siglo, los describió con claridad: «La búsqueda de la justicia es la eterna búsqueda de la felicidad humana. Es una felicidad que el hombre no puede encontrar por sí mismo, y por ello la busca en la sociedad. La justicia es la felicidad social, garantizada por el orden social.» La felicidad política es una condición imprescindible para la felicidad personal. Hemos de realizar nuestros proyectos más íntimos, como el de ser feliz, integrándolos con los proyectos compartidos. Sólo los eremitas de todos los tiempos y confesiones han pretendido vivir su intimidad con total autosuficiencia. De todo esto se desprende un colorario:

Son inteligentes las sociedades justas. Y estúpidas las injustas. Puesto que la inteligencia tiene como meta la felicidad -privada o pública-, todo fracaso de la inteligencia entraña la desdicha. La desdicha privada es el dolor. La desdicha pública es el mal, es decir, la injusticia.

En estos momentos en los que estamos tanto a nivel mundial, como en España, el sistema actual de economía de mercado, de capitalismo, está produciendo fracaso público y privado. ¿Somos estúpidos? ¿Creemos en un sistema que no cree en las personas?

Unos días después, ya en Valladolid, en el master, hablaba con David, un compañero y amigo gallego, sobre el triunfo del sistema capitalista. Hablaba con él y defendía mi tesis, y afirmaba que cuando todo el mundo sostiene que el sistema capitalista está en crisis, es justo lo contrario: nunca el sistema capitalista había demostrado su salud como ahora. Y explico el razonamiento: En el momento actual el objetivo del sistema capitalista no son las personas, éstas no dejan de ser un mero recurso productivo, el factor mano de obra; el objetivo es el mantenimiento del capital. Y así, para preservar el capital y mantener la rentabilidad de éste, se habían tomado una serie de medidas tendentes a ese objetivo. Poco importaba si para ello la cuarta parte de la población tenía que pasar al paro, si los recursos económicos debían destinarse no a las personas, sino al mantenimiento y protección del capital. ¿Dónde está la crisis del sistema? ¿Defiende a ultranza su fin último: el capital? ¿El paro, crecimiento negativo, etc. no dejaban de ser más que unas externalidades del sistema? ¿Y para cubrir esas externalidades y hacerlas más compatibles con las personas, sobre todo de cara al mantenimiento de una relativa paz social, no estarían las entidades no lucrativas contribuyendo a la defensa del sistema? ¿Las políticas sociales persiguen que las personas en capas «excluidas» salgan de las mismas o buscan mantener el equilibrio del sistema y por ende la paz social?

¡Cuántas preguntas, y sin muchas respuestas en mi mente!

Para abundar más en la situación en el desarrollo de la jornada de puesta en común recordaba las palabras de D. José Herrador Alonso[2] de «Queremos hacer la revolución en las organizaciones, eso es Desarrollo Organizativo», por supuesto sin perder los valores ya que estos orientan la conducta de la organización y de las personas. Y así el desarrollo organizativo era el aprendizaje organizativo que al final se convierte en el conocimiento tácito, en el aprendizaje tácito. Y a mí me apetecía escribir, es más desearía «hacer la revolución en la economía con el enfoque de Desarrollo Organizativo».

Sí el desarrollo organizativo es el «arte de lo posible» y es aprendizaje ¿por qué no aplicarlo a la economía? Y aunque había presentado un trabajo sobre desarrollo organizativo en los centros sociosanitarios, no por ello pensé que merecía la pena ligar el desarrollo organizacional. Y así, con independencia de que complete o no ese trabajo, decidí  que otro tipo de sistema económico es posible y que debía escribir sobre ello.

Y sin saber muy bien si llegaría a despejar alguna incógnita, ni si sería capaz de dar solución al problema, llegué al convencimiento de que el planteamiento era una nueva economía basada en el conocimiento y la libertad (que no el libertinaje) como alternativa a una economía basada en el consumismo y el capitalismo, era la aplicación del desarrollo organizacional puro basado en las personas y en el aprendizaje, todo ello en busca de la gestión del cambio; considerando las sociedades como sistemas y como habría que abordar la relación entre las relaciones de los distintos procesos (no sólo económicos, sino políticos, medioambientales, etc.). Una economía basada en las personas.

Una última reflexión para esta introducción. Viendo las noticias ahora y a los políticos, y no sólo españoles sino de todos los países, y las declaraciones que hacen, no salgo de mi asombro. Pretenden con las mismas recetas que han llevado a las personas al borde del abismo, que no al sistema capitalista, encontrar un mundo nuevo. Me pregunto ¿es posible seguir manteniendo un sistema que no esté basado en las personas? Es necesario un cambio de enfoque, de la forma de ver las cosas, en él.

Y recordando lo aprendido sobre Desarrollo Organizacional comprendí que este cambio sólo podía ser abordado con la existencia de un líder, o mejor dicho de un grupo de liderazgo que empujase e hiciera visible una nueva forma de hacer las cosas. Aquí tuve un momento de desaliento pensando en los políticos actuales, si bien este momento pasó ya que también comprendí que la sociedad civil, y precisamente en este máster realizado donde el alumnado pertenece a ONG, también puede impulsar ese cambio e incluso hacer que los políticos escuchen las necesidades de las personas. Y así que el primer paso es crear, compartir, comunicar, difundir ese pensamiento, ese aprendizaje «social».

Llegados a este punto decidí que merecía la pena seguir adelante. Y así dar respuesta al título y sobre todo al objetivo último: El sistema capitalista está gastado y debe dar paso a un sistema económico donde las personas sean el centro. En este momento además es buena época para proponerlo ya que las épocas de crisis son las adecuadas para plantear el cambio.

O bien en la fotografía o en este enlace para descargar el documento pdf http://donoso.es/wp-content/uploads/personas/Economia_de_las_personas.pdf

Economía de las Personas: Liderazgo. Participación de una sociedad civil organizada

El papel de las entidades sin fines de lucro (ESFL)

Debemos salir del aletargamiento en el que está la sociedad y estar dispuesta a participar activamente. Sólo nos organizamos para ver el fútbol o alienarnos con programas “gran hermano”. Debe existir un liderazgo social capaz de compensar el liderazgo político.

En este punto me gustaría hacer referencia a una de esas estructuras sociales, no la única ni mucho menos, como es la del tercer sector, especialmente el de acción social (si bien serán unas breves pinceladas puesto que para abordarlo más profundamente se necesitarían más folios que los escritos en este trabajo).

Son unas organizaciones de la sociedad civil que sin pertenecer al sector público persiguen unos objetivos que pretenden incidir en este estado del bienestar. La aparición de las Instituciones sin fines de lucro se debe tanto
a fallos del mercado como al fallo del Estado en su función de asegurar una provisión de recursos eficiente. Las Entidades sin fines lucrativos (ESFL) deben desarrollar un papel de cobertura allí donde las necesidades no
están cubiertas bien sea por el Estado o por el sector Privado, actuando de forma complementaria e independiente de los mismos, especializándose; pero también deben desenvolverse en otros ámbitos de actuación llevando
sus características y manera particular de “saber hacer”.

Estas instituciones tienen funciones propias:

a. Contribuyen a una sociedad más pujante capaz de defender sus derechos.
b. Son fuentes de innovación y dinamización social.
c. Son capaces de prestar servicios que no quedan cubiertos por ninguno de los otros dos sectores, enfrentándose con fallos del mercado y tratando de corregir sus deficiencias.
d. Son un puente de comunicación entre el tejido social y las estructuras sociales.

Así podemos definir el Tercer Sector como aquel formado por una serie de Instituciones, altruistas, solidarias y voluntarias, que surgidas de la propia sociedad, pretenden conseguir mediante su actuación sobre el medio social, unos Objetivos múltiples difíciles de medir, dirigidos a la obtención de mejorías en la calidad de vida y reconocimiento de derechos.

¿Y para cubrir esas externalidades y hacerlas más compatibles con las personas, sobre todo de cara al mantenimiento de una relativa paz social, no estarían las entidades no lucrativas contribuyendo a la defensa del sistema?

¿Las políticas sociales persiguen que las personas en capas “excluidas” salgan de las mismas o buscan mantener el equilibrio del sistema y por ende la paz social?

Una crítica al funcionamiento de estas entidades, que como movimiento social organizado, debe aspirar a algo más que a prestar un servicio o a servir de cura paliativa a las personas excluidas socialmente. En mi opinión se han olvidado de parte funciones descritas anteriormente, centrándose en la c), función que ha sido fomentada desde los servicios públicos y desde la responsabilidad corporativa, contribuyendo a que sean meras entidades instrumentales de prestación y cobertura (eso sí con una manera de hacer propia).

Tampoco las entidades de tipo expresivo61, y con función reivindicativa cumplen porque su aportación se centra en la reivindicativa coercitiva con el empleo de la fuerza en mayor o menor grado (eso sí hay que reconocer que de forma imaginativa). No hay aprendizaje colectivo ni alternativa distinta a la propuesta por estas ESFL dejando de ser un puente entre las propias personas que conforman la sociedad (ya que hay quienes opinan de otra forma y pueden tener alternativas distintas), el tejido y las estructuras sociales.

El papel de las ESFL es fundamental. Y así deben seguir prestando y cubriendo las necesidades de las personas vulnerables y también el reivindicativo. Pero sin olvidar que sí es importante dar de comer es aún más importante enseñarle a pescar. Que el objetivo debe ser emancipador lo que supondría que una ESFL exitosa es aquella que
desaparece en el plano de prestadora de ese servicio concreto ya que la necesidad como tal desaparece o ha sido cubierta, pasando a un plano superior intercalado entre el tejido social y la estructura social; llegando a ser, por qué no, la voz de la sociedad civil organizada (incluyendo el papel de auditoría, entendida como vigilancia, como señala Amartya Sen).

Referencias:

Juan Jesús Donoso Azañón. Extraído del artículo “Entidades Sin Fines Lucrativos”. Diario Lanza. 18
de diciembre de 2008.
López de Aguileta Díaz: “Estado Sociedad Civil y Procesos de Participación”, en Voluntariado en la
Animación Sociocultural. Editorial Popular, 1990.

Y si te apetece leer el primer artículo sobre esta reflexión del liderazgo de la economía de las personas, el papel de la política y el estado pulsa aquí

Economía de las personas: Liderazgo. ¿Es posible concebir una forma diferente de convivencia?

Nos guste o no, y con independencia de lo críticos que podamos ser en un momento determinado, el liderazgo en las sociedades actuales está siendo dirigido desde el mundo de la política.

¿Es posible concebir una forma diferente de convivencia?

Bajo esta premisa voy a realizar dos reflexiones, que dejaré en dos post en mi página.

Primera reflexión sobre el “sistema político” y “el estado”.

Creamos instituciones y políticas basadas en suposiciones sobre nosotros, sin ver el sistema en su conjunto y sin estrategia para el futuro. Y así configuramos un primer mundo y un tercero, y aceptamos el hecho que siempre habrá pobres entre nosotros. Por eso los tenemos. Si hubiéramos creído que la pobreza es inaceptable para nosotros, y que no debe pertenecer a un mundo civilizado, habríamos creado instituciones y políticas apropiadas para crear un mundo sin pobreza. Queríamos ir a la Luna ‐ y fuimos a ella. Queríamos comunicarnos unos con otros muy rápidamente ‐ por lo que hicimos los cambios necesarios en la tecnología de las comunicaciones. Logramos lo que queremos lograr.

Si no estamos logrando algo, mi primera sospecha recae sobre la intensidad de nuestro deseo de lograrlo. Grameen me ha enseñado dos cosas: primero, nuestra base de conocimientos sobre las personas y cómo actúan todavía es inadecuada; segundo, cada persona es uy importante. Cada persona tiene gran potencial. Ella sola puede influir en las vidas de otros en comunidades, y naciones ‐ dentro y más allá de su propio tiempo. Cada uno de nosotros tenemos en nuestro interior mucho más de lo que hemos tenido oportunidad de explorar hasta ahora. A menos que creemos un ambiente favorable para descubrir los límites de nuestro potencial, nunca sabremos lo que tenemos dentro.

Y lo cierto es que no se puede tratar de restaurar un sistema caducado. La mayoría de los planes de rescate puestos en marcha tratan de recuperar la confianza en el sistema financiero, aportar liquidez a las entidades bancarias. Pero tiene sentido tiene el empeño desde todos los gobiernos en poner fondos para ayudar al sector inmobiliario o financiero a relanzarse? ¿Se trata de volver a poner en marcha una rueda de consumismo salvaje que nos ha dejado en la actual situación? ¿O más bien de crear un nuevo modelo que nos confraternice con el planeta y con los recursos reales?

En última instancia sólo se puede definir el Estado moderno, sociológicamente, partiendo de su medio específico, propio de él así como de toda federación política: me refiero a la violencia física. “Todo estado se basa en la fuerza”, dijo Troski en Brest‐Litovsk. Así es, en efecto. Si sólo existieran estructuras políticas que no aplicasen la fuerza como medio, entonces habría desaparecido el concepto de “Estado”, dando lugar a lo que solemos llamar “anarquía” en el sentido estricto de la palabra.

Por supuesto, la fuerza no es el único medio del Estado ni su único recursos, no cabe duda, pero sí su medio más específico. En nuestra época, precisamente, el Estado tiene una estrecha relación con la violencia. Las diversas instituciones del pasado –empezando por la familia– consideraban la violencia como un medio absolutamente normal. Hoy, en cambio, deberíamos formularlo así: el Estado es aquella comunidad humana que ejerce (con éxito) el monopolio de la violencia física legítima dentro de un determinado territorio.

Tal y como afirma Mintzberg ninguna de las estructuras: simple, Burocracia mecánica, Burocracia profesional y Forma divisional vienen bien para las industrias de nuestra época ya que por encima de todo estas organizaciones necesitan innovar siguiendo vías complejas. Lo mismo sucede con la configuración política y del estado. La estructura burocrática es demasiado inflexible y la configuración simple excesivamente centralizada.

Debería evolucionar la política hacia la adhocracia, al menos en la parte de búsqueda de soluciones a los problemas de las personas, donde los expertos preparados enlazados con el sistema (con las organizaciones de la sociedad civil), trabajan juntos a fin de crear cosas nuevas, mediante la adaptación mutua, el empleo de medios de enlace como grupos de trabajo y estructura matricial económica con políticos, expertos y estructura social entrelazados. La estructura vertical actual con jefe de gobierno, etc. quedará diluida, quedando concentrada únicamente en las garantías coercitivas que ejerce el estado, y que lo son básicamente mediante la justicia, y el resto de cosas ordinarias. En estos casos el modelo adhocrático no es el más eficiente ya que no es capaz de hacer bien las cosas ordinarias sino que le corresponderán modelos burocráticos.

Referencias:

Muhammad Yunus. Discurso en Oslo (Noruega) en el acto de entrega del premio Ayuda a la Autoayuda. 26 de septiembre de 1997. Website:
www.networkers.org/userfiles/Muhammad%20Yunus%20A%20Herp.doc

Máx Weber. “Economía y sociedad”. Ed. Fondo de cultura económica de España, S.L., 1993.

Henry Mintzberg. “La necesidad de coherencia en el diseño de la organización”. Ed. Havard Deusto
Business Review, 1982, 3er trimestre.

Os espero en la segunda parte de esta reflexión con el papel de la Participación de una sociedad civil organizada y el papel de las Entidades Sin Fines de Lucro (ESFL) <pulsa aqui>.

 

Impacto del tipo de interés compuesto. Hipotecas: ¿cadenas perpétuas?

Copio este artículo para celebrar el Día de la Educación Financiera mundial, que escribí originalmente el 25 de junio de 2013. Ya vendrán tiempos mejores en los que pueda escribir los artículos de forma fluida, mientras mejor recuperar lo ya escrito.

En España, la cadena perpetua no es perpetua. La Justicia española llama cadena perpetua a la pena máxima. Olvidemos que después esos treinta años se puedan quedar en la mitad o en un tercio o en menos, merced a las bondades del sistema. Lo mismo sucede con las bodas, merced al invento del divorcio, que rompe aquello de hasta que la muerte nos separe, en la salud o en la enfermedad, y eso sí… sin un duro en el bolsillo y con el salario con retención judicial de por vida, pero oye soltero de nuevo.

En España no existen las hipotecas perpetuas ni hay ley alguna que amenace con ellas. Pero el caso es que, como las meigas, haberlas «haylas». Una entidad financiera, de cuyo nombre no quiero acordarme (me salió la vena manchega), que tiene un producto al respecto llamado no se qué “joven” y que  tiene el bondadoso objetivo de permitir que también los jóvenes puedan, hombre, ¡faltaría más!, comprarse una casita, (avalando tu familia, la de tu mujer y los amigos –si no salen huyendo antes-) aunque sea de las de andar de perfil porque de frente no cabes. Esa hipoteca tiene un plazo de amortización de cincuenta y dos años. No sé si es el récord pero me temo que no.

La cuestión es: ¿Eso no es una condena y además desmesurada, dado el “delito” por que el que pagas? Tú firmas esa hipoteca y cumplirás durante cincuenta y dos años el castigo de entregar, mes tras mes, la mayor parte de tu sueldo a una entidad financiera. Y ahí, ojo, no hay redenciones de pena que valgan. Tendrás que pagar hasta el último céntimo, tanto de lo que te prestan como de los intereses que en tanto tiempo se vayan acumulando. Cosas que pasan con los intereses y que analizaremos en el siguiente punto. Puedes asesinar a quien quieras, a cuantos quieras, y no te caerán nunca más de treinta años, la cadena “perpetua”. Compra un pisito cutre en los extrarradios a tus veinte años cumplidos y firmarás una condena llamada hipoteca de la que no te podrás liberar hasta que cumplas 72, si es que hay suerte y los cumples. Y si tienes 40 años, como este que escribe, pues resulta que a los 90 sí no te has muerto pues a lo mejor tienes un piso en propiedad sobre el que constituir una hipoteca inversa (para que el negocio bancario no decaiga) para intentar tener una pensión digna. Y de soltería nada, ¡eh!, lo máximo que puedes aspirar es a cambiar de entidad financiera, pero siguiendo en el estado casado bajo el mismo contrato, eso sí pagando los gastos de la nueva boda mediante las comisiones de subrogación, gastos de notario, registro…

Pero llegados a este punto la cuestión no es si la boda con el banco es “perpetúa” sino que normalmente, y de esto ya se encarga el sistema educativo que no tiene en la formación obligatoria la asignatura de economía, no se tienen en cuenta las variables que influyen en este tipo de contratos financieros como son principalmente el importe, el plazo y las condiciones del tipo de interés.

El plazo de amortización no es neutro. Podría parecer que si  pido un préstamo a 5 años y otro a 10 por el de 10 debería pagar el doble de intereses puesto que el tiempo es eso, el doble, ¡nada más alejado de la realidad! Veamos una serie de conceptos económicos. Si suponemos que nos permitieran que el capital pendiente de amortización aumentase debemos tener en cuenta que existe un mínimo de cuota sea cual sea el plazo. Para hacer un cálculo rápido sólo tenemos que dividir el capital del préstamo por 1.200 y hallaremos la cuota mínima por cada punto de interés. Por ejemplo si solicitamos 300.000€ la cuota mínima al 1% sería 300.000 / 1.200 = 250€, 500€ al 2%, 750€ al 3% y 1.000€ al 4%. Este mínimo supone la inelasticidad de la cuota a la ampliación de plazo o lo que es lo mismo que cuanto más se alargue el plazo la reducción de la cuota por cada unidad de tiempo es menor. Continuemos con nuestro ejemplo y veamos en la tabla siguiente como varía la cuota desde los 10 años hasta los 50 años para un tipo de interés del 4 por ciento (tomando como año base los 10)

 

Años Cuota mes Intereses pagados totales Reducción  cuota media Media de reducción

cuota

Incremento intereses

10

3.037,35

64.482,50

20

1.817,94

136.305,84

40,15%

4,01%

111,38%

25

1.583,51

175.053,16

47,87%

3,19%

171,47%

30

1.432,25

207.433,38

52,85%

2,64%

221,69%

40

1.253,82

245.650,62

58,72%

1,96%

280,96%

50

1.157,12

266.255,75

61,90%

1,55%

312,91%

Como puede observarse la reducción de la cuota pasando de 10 a 20 años es del 40.15%, es decir para esos 10 años la media sería por cada uno de ellos del 4.01% (por tanto la reducción no es del 50% como cabría pensar, doble de tiempo pagando supone que pague la mitad mes a mes). Si se incrementa al plazo otros 10 años, es decir a 30 años, la reducción marginal por esos 10 años es de 12,70%, pasando la reducción por cada año del préstamo a 3,19%. Cada vez cuesta más reducir la cuota, y sobre todo cuanto más se acerca al mínimo que habíamos calculado en 1.000€, y que llegaría al máximo exponente en el supuesto de que aumentar el plazo de amortización de  nuestra hipoteca a 100 años que la cuota solo bajase por esos 50 años adicionales a los 1.018,78€, es decir 138,34€, y que si hiciéramos el supuesto de pasar una hipoteca de 200 a 300 años la cuota mensual sólo disminuiría en apenas 33 céntimos de euro al mes.

Tipo Interés

Años

1%

69

2%

35

3%

23

4%

17

5%

14

Podemos analizar este efecto más ampliamente comparando el punto a partir del cual se obtiene el equilibrio entre el pago de intereses y la amortización de principal o capital pendiente. Y así podemos ver cómo afectan los tipos de interés sobre este punto de equilibrio. En la tabla de la izquierda se puede observar como si el tipo es de un 2% a partir de los 35 años de plazo supone empezar la hipoteca pagando más intereses que capital. Y que si el tipo es del 5% esto sucede a partir de un préstamo con plazo superior a los 14 años.

 

No opinan ustedes como este que escribe, ¿no es necesario enseñar a los niños en el colegio sobre economía y sobre el significado de deuda, endeudamiento, tipos de interés, hipotecas, etc? ¿Por qué no se exige una formación económica a todas las personas dado que va a influir en su vida?

Por qué el COVID se extiende por España. Spain is different?

Hace unos días la Organización Mundial para la Salud dijo que no sabía porque Covid 19 explota en algunos sitios como en España.

No estoy en mi mejor momento de escribir, me cuesta mucho, pero al leerlo me vinieron a mi mente algunas ideas que voy a intentar plasmar. Gracias a mi amigo Fernando que ha hecho de editor corrigiendo el artículo y dejándolo tal y como sigue.

En España se están produciendo brotes con mayor crudeza en lugares donde las condiciones de vida de las personas son peores. En barrios de Madrid y poblaciones “dormitorio” con un menor nivel de vida ocupados por personas que trabajan en la construcción, sector servicios y otros trabajos con mucha carga manual. También en zonas agrícolas como la huerta de Navarra, de Lleida o de La Mancha.. Estos trabajos requieren la presencia física de las personas, y no pueden ser realizados en modalidad de teletrabajo.

En España la economía sumergida es del 24,6%. Eso supone que la cuarta parte si no trabaja no come. Estas personas no pueden “permitirse el lujo” de no trabajar, con o sin COVID. En Vallecas estos días se convocaban a 1.600 personas para hacer las pruebas serológicas y solo se presentaban a las mismas en torno a 300 o 400 personas. ¿Se han preguntado por qué no asisten a las pruebas?

Ademas de la economía sumergida en muchos trabajos de menor cualificación que tienen un contrato con un bajo salario que para poder ganar un salario suficiente tienen objetivos de producción, más horas, etc. Como en el caso anterior estás personas para poder tener un salario decente no pueden permitirse el “lujo” de no ir al trabajo.

Las zonas rurales que han sido confinadas, como Bolaños de Calatrava, necesitan gran cantidad de mano de obra para la recogida de los productos  agrícolas. Las personas que realizan ese trabajo son contratadas los días que la campaña, y vuelve a darse la situación de que si no trabajan no comen. Estas personas suelen vivir en condiciones malas de espacio y salubridad.

Los barrios más castigados son los más pobres, con peores condiciones de vida. Los pisos de esos barrios son los más baratos dentro de la ciudad, pisos pequeños de 40 metros cuadrados o menos, donde viven seis o más personas. En esas condiciones no hay espacio para aislamientos, teletrabajo. Estos barrios con alta densidad de población tienen unos servicios sanitarios normalmente saturados. No hay desarrollo de políticas públicas que atajen estas deficiencias.

La Economía española está basada en el sector servicios, habiendo desmantelado en buena parte el sector industrial (merced a la entrada en la Unión Europea donde a cambio de los fondos estructurales se desmanteló buena parte —ya lo fabrica Alemania para todos —). Los Servicios que más producimos son los de poco valor añadido por unidad producida, es decir sector servicios de baja cualificación, atención a las personas, etc., y en menor medida Asesoramiento y consultoría. Para producir esos servicios mayoritarios es necesaria la presencia física de las personas en el puesto de trabajo.

En resumen:

  • Si no se invierte en corregir el origen que lo provoca no es de extrañar que no se sepan los motivos por los que España es diferente y el COVID campa a sus anchas. Y es que el origen son las desigualdades, los salarios bajos y la pobreza.
  • Si no se comprende que un altísimo porcentaje de la población si no trabaja no come, y que por mucho que los Erte hayan podido paliar alguna situaciones, hay trabajos donde no les alcanzan sus beneficios, no se podrá atacar la transmisión comunitaria.
  • Si no se igualan los servicios públicos accesibles por los ciudadanos per capita,  incrementando la sanidad y servicios sociales en las poblaciones su barrios más deprimidos no se detendrá la transmisión comunitaria, de las personas que mantienen los trabajos que los españoles «señoritos» no quieren.
  • Si las políticas de ayuda se centran en los barrios y pueblos más deprimidos, en lugar de mover la población mezclando las zonas ricas y pobres, el movimiento de personas de un lado a otro es necesario y no se darán las condiciones para que no se corte la transmisión comunitaria. Y me explico, a que no han visto edificios de alquiler social público en El Barrio de Salamanca, ahora si lo encontrarán en Vallecas donde más de 1800 viviendas van a entrar en funcionamiento , es decir unas 6000 personas entrarán a vivir con condiciones bajas económicas y sociales, y por supuesto sin reforzar los servicios públicos para su atención, con los mismos centros de salud, hospitales y sociales.
  • Si no hay políticas de desarrollo en los barrios y poblaciones tendentes a atajar las diferencias económicas entre el norte y el sur, las desigualdades harán de transmisor del COVID cual pólvora. Y eso tiene que suponer reequilibrios entre los barrios ricos y pobres (ídem para ciudades).
  • Si no se cambia la economía no avanzaremos. El desarrollo de la economía hacia productos de mayor valor añadido y tecnológico es imprescindible, mientras tengamos una economía basada en el sol y la pandereta seguiremos en aquello de Spain is different.

Si a todo esto le sumamos el desconcierto político, la falta de iniciativas para incrementar la medicina más cercana al ciudadano, que la atención primaria “no se sabe si está o si se la espera”, que los rastreadores no están, pero que si estuvieran la gente tampoco va a decir amablemente con quien estuvo, y que en lugar de remar conjuntamente desde la política se esgrimen argumentos contrarios cuál espada desnuda al viento si eso puede dar un puñado de votos o quitárselos al contrario, por fin lograremos ser de los países mejores en algo: en enfermos y fallecidos por el COVID y eso que el número oficial es inferior al real, y en una crisis económica en España sin paragón.

Quizás lo único diferente son estas ideas.

¿Qué es la Economía?

La Economía es una ciencia social que se ocupa de las personas, de sus decisiones y acciones. La clave de la Economía es la persona. Claro que dicho esto alguien podría decir ¿pero no se ocupaba del dinero, del capital? La respuesta no puede ser más clara: ¡no! Su terreno es el de las acciones y decisiones que buscan la satisfacción de necesidades materiales; es decir, se ocupa del bienestar de las personas. De todas las posibles acciones humanas, la Economía coloca su énfasis en aquellas que buscan mejorar el bienestar material.

Estudia las decisiones y acciones de vendedores y compradores. Y no se entienden como grupos separados sino que están relacionados. Así un comprador puede ser vendedor y viceversa.Las definiciones antiguas decían que la Economía es la ciencia que se ocupa de los recursos escasos ante unas necesidades infinitas.

Vamos a analizar una serie de conceptos que pueden ser de utilidad:

  • Escasez de recursos, lo que supone la toma de decisiones sobre en que se utilizan los mismos.
  • Necesidades ilimitadas de los humanos.

Por tanto podríamos decir que la economía trataría sobre la identificación de aquellas necesidades a las que se les van a aplicar recursos, siendo esa aplicación eficaz y eficiente. Pero dicho esto entonces reducimos a la economía a un simple problema matemático, a un cálculo más o menos complejo, llegando a la conclusión de que la Economía no es una Ciencia Social sino una Ciencia Matemática. Y quizás es eso lo que ha pasado en estos tiempos planteando simplemente un problema matemático (cálculo de reducción de un porcentaje determinado del déficit, control esclavo sobre el ipc, etc.). Pero si esto fuera así ya se hubiera encontrado la alternativa con un programa informático.

Me temo que no ha llegado ese momento y las personas no son dueñas de la economía. Solo unos cuantos que cada vez más ricos. Sólo unos políticos tomando decisiones que al no contemplar estas variables destruyen a la economía  eso si de dos formas diferentes: unos yendo contra el crecimiento y generando crisis que se traducen en más paro, y otros que generan crisis porque aun teniendo trabajo las personas siguen siendo pobres

No hay solución matemática para una ecuación de recursos escasos con necesidades infinitas. ¿Quién puede tener el poder de decisión sobre lo que son necesidades?, además para una persona pueden ser unas concretas y para otra justo las contrarias.

El conjunto de todas esas decisiones individuales es el campo de estudio de la Economía: decisiones y acciones personales e individuales que las personas realizan para mejorar su bienestar, el que sólo ellas conocen en cada momento.

Pero hay que definir que entendemos por bienestar personal ya que, sin saber por qué, se asocian ideas negativas de acciones que pueden realizarse para beneficio de uno y daño de otro. Este tipo de acciones, que sí existen, no son el objeto de estudio de la Economía. Pero sí lo son las acciones basadas en la mejora mutua de las personas, a las que se denominamos intercambios.

Es decir podemos definir la Economía como la Ciencia Social que estudia las decisiones y acciones de intercambio voluntario de bienes para la satisfacción de necesidades. Estudia, por tanto, los intercambios voluntarios de bienes y servicios que persiguen una mejora mutua del bienestar personal. Y el intercambio es el que deciden las personas y no los políticos de turno.

Amartya Sen en su publicación “Primero la gente” introduce la disciplina de la ética del desarrollo. “Intentamos demostrar que el mundo puede ser diferente”, “que la economía se puede manejar con otros criterios, mostramos muchos ejemplos concretos de cómo se está haciendo en diversos lugares del planeta y que es posible tener esperanzas, pero reclamamos que para ello hay que ¡actuar!”.

Las políticas públicas deben asumir plenamente sus responsabilidades y que cuando mejor funciona la productividad es cuando los trabajadores tienen una participación mayor en los ingresos. También es necesario alcanzar concertaciones sociales entre las política públicas, la responsabilidad social de la empresa privada y la movilización solidaria de la sociedad civil.

Korten afirma que el sistema actual se basa en una ilusión, la de que el dinero es  riqueza. Pero lo más preocupante es la ilusión que crea en la gente, quienes piensan que son parte de esta riqueza, que son ricos. No nos es extraño ver que  en cuanto más desarrollado es un país, hay más personas que viven en la pobreza y todo se reduce a que todas las decisiones se toman en base a la utilidad  marginal y a la maximización de los beneficios, del dinero, que benefician a quien ya lo tiene mientras que las que no lo poseen cada vez están mas fuera del sistema.

La diferencia entre Economía y Política quedará en las relaciones que se establecen entre las personas. El enfoque económico es el que pone atención en las relaciones entre las personas cuando ellas con libertad intercambian, siendo relaciones entre iguales. En el enfoque de la política las relaciones son diferentes porque implican el uso del poder, de la fuerza por una de las partes.

La economía debe dedicarse a propiciar la igualdad de todas las personas en la cobertura de las necesidades básicas y en el acceso a la formación y el conocimiento. Y el poder político debe ser el garante de todo lo que sucede en el mercado, aplicando las reglas de juego que permitan el emparejamiento en igualdad de condiciones y aplicando el principio del bien común en aquellas parcelas en las que los individuos se las delegen.

¿Cuál es la propuesta?

  1. El dinero es simplemente una contabilidad sin valor intrínseco, es una herramienta inútil hasta que se pueda cambiar por algo de valor real. La verdadera riqueza se encuentra, en primer lugar, en las cosas materiales que sustentan la vida, el alimento, vivienda, la ropa, entre otros. Pero por encima de las necesidades básicas del día a día hay otras formas de riqueza también necesarias en la sociedad, son las que están fuera de precio: el amor, estar sano, una hija; un trabajo que proporciona un sentido de propia valía y contribución, la pertenencia a un entorno y el cuidado de una comunidad; un mundo saludable y en paz, todas formas de riqueza real que hoy se buscan más que nunca.
  2. Disponer de un nuevo sistema monetario y financiero, que no requiera elevado crecimiento de la producción y del consumo para sostenerse. Ello supone que el dinero deja de crearse como crédito, y que recupere credibilidad y sus cinco importantes funciones. El dinero se crea partiendo del valor (claramente se crea a partir del invertido en infraestructuras para la economía).
  3. Disponer de una nueva matriz energética, ambientalmente sostenible.
  4. Una gran reforma intelectual y moral, que sustente un nuevo modo de vida, una nueva economía, una nueva cultura, orientadas hacia el levantamiento de una nueva civilización, más justa y solidaria.
  5. La creación de un nuevo orden institucional, jurídico y político, que de estabilidad y garantice la permanencia de las condiciones anteriores.
  6. Vigilancia de los procesos y relaciones en el mercado con el objetivo de transparencia e información perfecta para todos los participantes, garantizado mediante el empleo de regulaciones activas, organismos del control y auditoría de la sociedad civil organizada.
  7. Obligación de compartir la información real de que disponen sobre los productos y servicios que se venden a las compañías productoras y las que lo comercializan, y más a las que son como las «GAFA», Google, Amazon, Facebook y Apple. Pongamos un ejemplo: Cuando voy a comprar un frigorífico marca X, el fabricante y el comercializador debe informarme además de las características del mismo me facilitarán la vida media de los mismos, numero de equipos en funcionamiento por años de antigüedad, averías sufridas y reparadas en período de garantía y después, los mismos datos de los competidores, etc.
  8. Restringir el poder de los bancos y de la política para que  en ningún caso el crecimiento de la masa monetaria sea superior a la producción y el incremento de la masa monetaria en manos del público a nivel individual sea superior al incremento de la productividad. La evolución sostenible debe basarse no sólo en serlo medioambientalmente sino también en que el aumento del bienestar es directamente proporcional al incremento del valor, no precio, de los bienes y servicios producidos.
  9. En el caso Español debe realizarse además una rotación del trabajo, de sociedad de trabajadores, a sociedad de valor añadido; el modelo de crecimiento basado en el ladrillo, de turismo masificado y en el incremento de producto interior añadiendo más masa laboral pero con un diferencial de productividad por cada unidad añadida inferior se ha mostrado como un modelo incompleto y tremendamente vulnerable. El incremento del producto interior bruto en los próximos años debe realizarse mediante el aumento del valor añadido en cada unidad producida. Por poner un ejemplo en el sector de automoción, no puede permitirse España lo que hizo en tiempos pasados: Un motor brillante desarrollado en España, si el valor añadido Español de la ingeniería y desarrollo, Barreiros, se evapora y en cambio se montan fábricas dónde la ingeniería y el desarrollo viene de terceros países y en España nos dedicamos a, permítaseme la expresión, “apretar tornillos”.
  10. Paso del consumismo al consumo. La exaltación del consumo como única alternativa al crecimiento en el capitalismo, de consumir más y más sin que los productos sean necesarios para el consumidor (no basta con tener 10 cosas para la misma función sino además que deben ser de una determinada marca para evidenciar el nivel social en el que está o le gustaría estar al consumidor) y sin ser sostenible desde el punto de vista medioambiental y sustento financiero ha sido la principal patología de la economía.

¿Utopía?

Capitalismo y marxismo, ¿dos caras de la misma moneda?

Nadie combate la libertad; a lo sumo combate la libertad de los demás. La libertad ha existido siempre, pero unas veces como privilegio de algunos, otras veces como derecho de todos.[1]

Sí llegamos a la consecuencia de que el keynesianismo no sirve como salida y que la política monetarista y neoliberal está fracasando, a todas luces, desde el punto de vista de las personas y está produciendo efectos todavía más perniciosos; basar el crecimiento y la salida de la crisis aumentando los pobres, los excluidos y el tercer mundo y en la sobreexplotación de los trabajadores –principalmente de la clase media, quienes trabajarán más por menor precio y con menos derechos- , la creación de necesidades superfluas capaces de mantener el consumismo, el empobrecimiento de la sociedad, el desmantelamiento de una serie de logros sociales con la flexibilización del mercado laboral, la  congelación sino disminución de los servicios sociales (sanidad, educación, subsidio de desempleo, etc.), y el paro masivo, quizás evite al crisis  de capital pero no social.

Joseph Stiglitz[2], premio Nobel de Economía, acuñó en uno de sus artículos la siguiente frase: “Una economía en la que, año tras año, la mayoría de los ciudadanos viven peor NO es un éxito”.

Quizás la alternativa esté planteada desde hace tiempo, el marxismo y el socialismo, como alternativa al sistema capitalista. Pero ¿servirán estas ideas para encontrar un modelo alternativo, una salida? ¿O es lo mismo al final en cuanto a las consecuencias reales de ambos sistemas: capitalismo y marxismo?

Karl Marx desarrollo unas doctrinas políticas y filosóficas en colaboración con  Engels. Ambos estuvieron influenciados en la filosofía alemana de Hegel y de Feuerbach, la economía política inglesa de Adam Smith y de David Ricardo, y el socialismo y comunismo francés de Saint-Simon.

Los marxistas consideran que la sociedad capitalista se divide en clases sociales, de las que toman en consideración especialmente dos:

La clase trabajadora o proletariado: “Individuos que venden su mano de obra y no poseen los medios de producción”, a quienes consideraba responsables de crear la riqueza de una sociedad (edificios, carreteras, puentes, por ejemplo son construidos físicamente por miembros de esta clase; también los servicios son prestados por asalariados). El proletariado puede dividirse, a su vez, en proletariado ordinario y lumpenproletariado, los que viven en pobreza extrema y no pueden hallar trabajo lícito con regularidad: prostitutas, mendigos o indigentes, etc.

La burguesía: Posee los medios de producción y emplea al proletariado. La burguesía puede dividirse, a su vez, en la burguesía muy rica y la pequeña burguesía (emplean la mano de obra y también trabajan). Éstos pueden ser pequeños propietarios, campesinos, terratenientes o comerciantes.

Para Marx, el comunismo sería una forma social en la que la división en clases habría terminado y la estructura económica sería producto de la asociación de los productores libres, y el producto social se distribuiría según el criterio de cada cual de acuerdo a su capacidad y según las necesidades.

Determinada corriente socialista opinaba que la clase trabajadora debía apropiarse del Estado capitalista[3]y convertirlo en un Estado revolucionario obrero que implantaría las estructuras democráticas necesarias para luego marchitarse. Esta división frente al Estado marcó la división separación entre marxistas y anarquistas.

El marxista proyecta la formación de un individuo superior, emancipado y desarrollado en todos los aspectos: espiritual, ética, físico y estéticamente. El hombre es a la vez que creador y resultado de la sociedad en que vive.

El hombre transforma la naturaleza y crea objetos mediante el trabajo. Es, por tanto, una obra humana. Por medio del trabajo el hombre pone la naturaleza a su servicio. Si el trabajo es de este modo, la autoexpresión del hombre y el proceso de su autodesarrollo, debería ser pues, fuente de satisfacción para éste, pero pierde esta condición en el proceso de su enajenación, en la conversión del trabajador en mercancía, por la división social del trabajo, que en las condiciones de la propiedad privada, lo reduce a una fracción.

Marx analiza la relación existente entre propiedad privada y trabajo enajenado. Éste se vincula con la naturaleza esencial de la propiedad privada y con su desarrollo, por lo que la eliminación de la propiedad privada en una etapa del desarrollo social -la revolución social del proletariado- implica simultáneamente la eliminación del trabajo enajenado.

Para Marx las actividades espirituales y materiales, el disfrute y el trabajo, la producción y el consumo, se asigna a diferentes individuos, y la posibilidad de que no caigan en contradicción reside solamente en que vuelva a abandonarse la división del trabajo», «… división del trabajo y propiedad privada -escribió Marx- son términos idénticos: uno de ellos dice, referido a la actividad, lo mismo que el otro, referido al producto de ésta».

En el capitalismo la división del trabajo se desarrolla de modo espontáneo. La división del trabajo implica un carácter cada vez más social, mientras que la apropiación de los resultados del trabajo sigue siendo cada vez más privada. Sólo al cambiar el carácter de esa división se crean las condiciones para el completo desarrollo del hombre.

La solución es que la sociedad se adueñe de todos los medios de producción y los emplee de forma social y planificada, de esta forma acaba con la sumisión del hombre bajo el dominio de sus propios medios de producción, y como condición, debe desaparecer la división del trabajo.

Su lugar debe ocuparlo una organización de la producción en que, de un lado, ningún individuo pueda desatenderse de su parte de trabajo productivo, que es condición natural de toda existencia humana, cargándola sobre otros y en la que, de otra parte, el trabajo productivo se convierta, de medio de esclavización, en medio de emancipación del hombre, que brinde a todo individuo la posibilidad de desarrollar y ejercitar en todos los sentidos todas sus capacidades, tanto físicas como espirituales, y se transforme de una carga en un goce.

«Sustituir al individuo parcial, simple instrumento de una función social de detalle, por el individuo desarrollado en su totalidad, para quien las diversas funciones sociales no son más que otras tantas manifestaciones de actividad que se turnan y revelan». Para ello deben surgir los productores dueños de sus condiciones de producción, formados y capacitados, con conocimientos científicos de toda la producción industrial y de todas las ramas de la producción de principio a fin.

¿Pero qué fue lo que hizo que el sistema socialista no funcionase y al final se implantase dentro de éste nódulos del sistema capitalista?

La concepción de lucha obrera, de lucha de clases está desfasada. Los propietarios de las empresas y de los medios productivos son los mismos que trabajan para ellas. Quizás sin saberlo. Sí porque cuando ahorramos en un plan de pensiones éste invierte en empresas, en capital, en fondos que a su vez sirven para financiar capital. También cuando depositamos los fondos en un banco, los mayores compradores de acciones de empresas. Y cómo no cuando compramos directamente fondos de inversión, acciones, etc.

Esto ha supuesto, en el capitalismo, el nacimiento de una clase “dirigente”, clase con salarios astronómicos que gobiernan y toman decisiones sobre empresas que no son suyas, sobre las cuales poseen el cero coma algo del capital. Esto recuerda al planteamiento socialista donde los propios trabajadores no eran dueños de su trabajo porque las empresas socializadas eran dirigidas también por esa clase “cabecilla”.

No se consiguió el objetivo de crear unas personas que piensen diferente, pero sin menospreciar los valores morales creados por las sociedades que le antecedieron, dominando la cultura; y concebir que el hombre se realiza en su trabajo. Pero esto es cierto solo a medias, ya que el hombre también puede realizarse por el no trabajo. Y entonces entramos en una diatriba ya que si no se realiza trabajo y sólo consume el sistema no funciona.

Podemos decir que la teoría marxista concibe al hombre nuevo, como aquel hombre capaz de transformarse a sí mismo, de apropiarse de forma dialéctica de valores nuevos, de interpretar y transformar la realidad, al tiempo que se enriquece su propia esencia. Para ello deben desaparecer todas las formas de enajenación social, en primer lugar las económicas.

Y dicho esto lo que no podemos olvidar es que el hombre y la mujer deben cubrir sus necesidades “con el sudor de su frente” y no “con el sudor del de enfrente”. Y es aquí donde los sistemas basados en el marximo, los socialistas, etc. fracasaron, ya que no consideraron que las personas también tienen la capacidad de ser parásitos del sistema sin intención de producir ni en el sistema capitalista ni en el socialista. Más allá de los motivos personales no existe motivación para entregar al sistema lo mejor de cada persona si no se obtiene algo a cambio, o si lo que se obtiene es lo mismo que puede obtener otro que no lo entregue todo. Así impera la ley del mínimo esfuerzo[4].

La clase política no maximiza sus acciones políticas en función de las personas sino en función de los acuerdos políticos necesarios para obtener los votos suficientes y de realizar aquellas acciones que políticamente sean rentables de cara la permanencia en el poder.Ya hemos citado como otros pensadores socialistas afirmaron que el estado o cualquier forma de autoridad y centralización de poder era el problema y que destruirlo debía ser el objetivo de toda actividad revolucionaria.

El marxismo y el capitalismo son dos caras de una misma moneda astutamente utilizada por un poder mundial que está en manos de dirigentes y presidentes de empresas y de políticos desnacionalizados.[5]Friedrich August von Hayek[6]ha sido también uno de los mayores críticos de la economía planificada y socialista ya “que conducen al totalitarismo y a la ausencia de la libertad para el desarrollo individual”.

[1]Karl Marx y Friederich Engels. “El manifiesto comunista”. Ed. Librería Universitaria de Barcelona. 1997

[2]Joseph Stiglitz, en el website http://www.josephstiglitz.com/

[3]Lenin en su obra “El Estado y la Revolución” explica que el estado burgués debe ser destruido para luego instaurar un estado revolucionario y que sería este estado quien se extinguiría conforme desaparezcan las contradicciones de clase (El Estado y la Revolución). Por otro lado, otros pensadores socialistas como Bakunin afirmaron que el estado o cualquier forma de autoridad y centralización de poder era el problema y que destruirlo debía ser el objetivo de toda actividad revolucionaria.

[4]La ley del mínimo esfuerzo reina en la empresa.Un estudio revela que sólo un 21% de los empleados se esfuerzan para garantizar el éxito de la compañía. Publicado en el periódico El País el 22/10/2007.

[5]Idea tomada y reformulada del blog http://boards5.melodysoft.com/FORO-DE-GNOSIS-HIPERBOREA/marxismo-vs-capitalismo-5.html.

[6]Friedrich August von Hayek, filósofo y economista de la Escuela Austríaca mantiene esta teoría en su libro “Camino de servidumbre: Obras completas”. Ed. Unión Editorial, S.A., 2008.