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La economía española ante el reto demográfico

Papeles de Economía Española, Revista trimestral, que se edita desde 1979 por la Fundación FUNCAS, analiza temas económicos relevantes y de actualidad a partir de planteamientos teóricos, pero esencialmente, de contrastaciones empíricas con un especial interés en las implicaciones de política económica. Su rigor teórico no es óbice para que sea accesible al amplio conjunto de agentes sociales que participan en el debate político.

El último número publicado de Papeles de Economía Española, N.º 176, junio de 2023, se centra en la España despoblada: LA ECONOMÍA ESPAÑOLA ANTE EL RETO DEMOGRÁFICO. Por su interés, se adjunta enlace a la revista y así como una recensión sobre los artículos publicados en el citado número. 

LA ECONOMÍA ESPAÑOLA ANTE EL RETO DEMOGRÁFICO

Sumario 

LA TRANSICIÓN DEMOGRÁFICA GLOBAL Y ALGUNOS DE SUS DETERMINANTES EN ESPAÑA

  • Transiciones demográficas: pasado y presente
  • Natalidad e instituciones
  • Inestabilidad laboral y calidad en el empleo. Relaciones con la mortalidad, la fertilidad y la salud
  • La inmigración en España

LAS CONSECUENCIAS ECONÓMICAS DE LOS CAMBIOS DEMOGRÁFICOS

  • El envejecimiento de la población trabajadora: tendencias y consecuencias
  • El futuro del sistema de pensiones: demografía, mercado de trabajo y reformas
  • Los retos del sistema sanitario a la luz de la transición demográfica
  • Efectos económicos de la demografía política

EL DESAFÍO DEMOGRÁFICO DESDE LA ÓPTICA RURAL-URBANA

  • El reto demográfico: políticas frente a la despoblación rural en España
  • Acceso a los servicios: la dicotomía rural-urbano
  • Nuevas autopistas y autovías y desarrollo rural 

Economía de las Personas

portada_economia_personasDe la Economía de Mercado a la Economía de las Personas

Con la noticia de que Amartya Sen va a recibir el premio Príncipe de Asturias, y dado que fue fuente de Inspiración, he rescatado el libro que en su momento escribí.

Introducción

Decir en descargo de este texto que está fluyendo que surge en un tren de vuelta de Lleida, después de impartir un curso de ocho horas en materia económica y de justificación de subvenciones, y que a raíz de escucharme a mi mismo en voz alta, y de las reflexiones que me hicieron algunos de los participantes, sobre la justicia o la injusticia, la bondad o no de realizar determinadas acciones restrictivas derivadas de la crisis económica, me hicieron pensar sobre el capitalismo y la economía de mercado.

Mientras tomaba un zumo de cebada fermentado buscaba en mi bolsa, esa mochila que siempre me acompaña, unas notas que había tomado hace algún tiempo cuando leía el libro «La inteligencia fracasada». De esas notas me permito entresacar este texto (cuasi literal):

El triunfo de la inteligencia personal es la felicidad. El triunfo de la inteligencia social es la justicia. Ambas están unidas por parentescos casi olvidados. Hans Kelsen, uno de los grandes juristas del pasado siglo, los describió con claridad: «La búsqueda de la justicia es la eterna búsqueda de la felicidad humana. Es una felicidad que el hombre no puede encontrar por sí mismo, y por ello la busca en la sociedad. La justicia es la felicidad social, garantizada por el orden social.» La felicidad política es una condición imprescindible para la felicidad personal. Hemos de realizar nuestros proyectos más íntimos, como el de ser feliz, integrándolos con los proyectos compartidos. Sólo los eremitas de todos los tiempos y confesiones han pretendido vivir su intimidad con total autosuficiencia. De todo esto se desprende un colorario:

Son inteligentes las sociedades justas. Y estúpidas las injustas. Puesto que la inteligencia tiene como meta la felicidad -privada o pública-, todo fracaso de la inteligencia entraña la desdicha. La desdicha privada es el dolor. La desdicha pública es el mal, es decir, la injusticia.

En estos momentos en los que estamos tanto a nivel mundial, como en España, el sistema actual de economía de mercado, de capitalismo, está produciendo fracaso público y privado. ¿Somos estúpidos? ¿Creemos en un sistema que no cree en las personas?

Unos días después, ya en Valladolid, en el master, hablaba con David, un compañero y amigo gallego, sobre el triunfo del sistema capitalista. Hablaba con él y defendía mi tesis, y afirmaba que cuando todo el mundo sostiene que el sistema capitalista está en crisis, es justo lo contrario: nunca el sistema capitalista había demostrado su salud como ahora. Y explico el razonamiento: En el momento actual el objetivo del sistema capitalista no son las personas, éstas no dejan de ser un mero recurso productivo, el factor mano de obra; el objetivo es el mantenimiento del capital. Y así, para preservar el capital y mantener la rentabilidad de éste, se habían tomado una serie de medidas tendentes a ese objetivo. Poco importaba si para ello la cuarta parte de la población tenía que pasar al paro, si los recursos económicos debían destinarse no a las personas, sino al mantenimiento y protección del capital. ¿Dónde está la crisis del sistema? ¿Defiende a ultranza su fin último: el capital? ¿El paro, crecimiento negativo, etc. no dejaban de ser más que unas externalidades del sistema? ¿Y para cubrir esas externalidades y hacerlas más compatibles con las personas, sobre todo de cara al mantenimiento de una relativa paz social, no estarían las entidades no lucrativas contribuyendo a la defensa del sistema? ¿Las políticas sociales persiguen que las personas en capas «excluidas» salgan de las mismas o buscan mantener el equilibrio del sistema y por ende la paz social?

¡Cuántas preguntas, y sin muchas respuestas en mi mente!

Para abundar más en la situación en el desarrollo de la jornada de puesta en común recordaba las palabras de D. José Herrador Alonso[2] de «Queremos hacer la revolución en las organizaciones, eso es Desarrollo Organizativo», por supuesto sin perder los valores ya que estos orientan la conducta de la organización y de las personas. Y así el desarrollo organizativo era el aprendizaje organizativo que al final se convierte en el conocimiento tácito, en el aprendizaje tácito. Y a mí me apetecía escribir, es más desearía «hacer la revolución en la economía con el enfoque de Desarrollo Organizativo».

Sí el desarrollo organizativo es el «arte de lo posible» y es aprendizaje ¿por qué no aplicarlo a la economía? Y aunque había presentado un trabajo sobre desarrollo organizativo en los centros sociosanitarios, no por ello pensé que merecía la pena ligar el desarrollo organizacional. Y así, con independencia de que complete o no ese trabajo, decidí  que otro tipo de sistema económico es posible y que debía escribir sobre ello.

Y sin saber muy bien si llegaría a despejar alguna incógnita, ni si sería capaz de dar solución al problema, llegué al convencimiento de que el planteamiento era una nueva economía basada en el conocimiento y la libertad (que no el libertinaje) como alternativa a una economía basada en el consumismo y el capitalismo, era la aplicación del desarrollo organizacional puro basado en las personas y en el aprendizaje, todo ello en busca de la gestión del cambio; considerando las sociedades como sistemas y como habría que abordar la relación entre las relaciones de los distintos procesos (no sólo económicos, sino políticos, medioambientales, etc.). Una economía basada en las personas.

Una última reflexión para esta introducción. Viendo las noticias ahora y a los políticos, y no sólo españoles sino de todos los países, y las declaraciones que hacen, no salgo de mi asombro. Pretenden con las mismas recetas que han llevado a las personas al borde del abismo, que no al sistema capitalista, encontrar un mundo nuevo. Me pregunto ¿es posible seguir manteniendo un sistema que no esté basado en las personas? Es necesario un cambio de enfoque, de la forma de ver las cosas, en él.

Y recordando lo aprendido sobre Desarrollo Organizacional comprendí que este cambio sólo podía ser abordado con la existencia de un líder, o mejor dicho de un grupo de liderazgo que empujase e hiciera visible una nueva forma de hacer las cosas. Aquí tuve un momento de desaliento pensando en los políticos actuales, si bien este momento pasó ya que también comprendí que la sociedad civil, y precisamente en este máster realizado donde el alumnado pertenece a ONG, también puede impulsar ese cambio e incluso hacer que los políticos escuchen las necesidades de las personas. Y así que el primer paso es crear, compartir, comunicar, difundir ese pensamiento, ese aprendizaje «social».

Llegados a este punto decidí que merecía la pena seguir adelante. Y así dar respuesta al título y sobre todo al objetivo último: El sistema capitalista está gastado y debe dar paso a un sistema económico donde las personas sean el centro. En este momento además es buena época para proponerlo ya que las épocas de crisis son las adecuadas para plantear el cambio.

O bien en la fotografía o en este enlace para descargar el documento pdf http://donoso.es/wp-content/uploads/personas/Economia_de_las_personas.pdf

Economía de las personas: Liderazgo. ¿Es posible concebir una forma diferente de convivencia?

Nos guste o no, y con independencia de lo críticos que podamos ser en un momento determinado, el liderazgo en las sociedades actuales está siendo dirigido desde el mundo de la política.

¿Es posible concebir una forma diferente de convivencia?

Bajo esta premisa voy a realizar dos reflexiones, que dejaré en dos post en mi página.

Primera reflexión sobre el “sistema político” y “el estado”.

Creamos instituciones y políticas basadas en suposiciones sobre nosotros, sin ver el sistema en su conjunto y sin estrategia para el futuro. Y así configuramos un primer mundo y un tercero, y aceptamos el hecho que siempre habrá pobres entre nosotros. Por eso los tenemos. Si hubiéramos creído que la pobreza es inaceptable para nosotros, y que no debe pertenecer a un mundo civilizado, habríamos creado instituciones y políticas apropiadas para crear un mundo sin pobreza. Queríamos ir a la Luna ‐ y fuimos a ella. Queríamos comunicarnos unos con otros muy rápidamente ‐ por lo que hicimos los cambios necesarios en la tecnología de las comunicaciones. Logramos lo que queremos lograr.

Si no estamos logrando algo, mi primera sospecha recae sobre la intensidad de nuestro deseo de lograrlo. Grameen me ha enseñado dos cosas: primero, nuestra base de conocimientos sobre las personas y cómo actúan todavía es inadecuada; segundo, cada persona es uy importante. Cada persona tiene gran potencial. Ella sola puede influir en las vidas de otros en comunidades, y naciones ‐ dentro y más allá de su propio tiempo. Cada uno de nosotros tenemos en nuestro interior mucho más de lo que hemos tenido oportunidad de explorar hasta ahora. A menos que creemos un ambiente favorable para descubrir los límites de nuestro potencial, nunca sabremos lo que tenemos dentro.

Y lo cierto es que no se puede tratar de restaurar un sistema caducado. La mayoría de los planes de rescate puestos en marcha tratan de recuperar la confianza en el sistema financiero, aportar liquidez a las entidades bancarias. Pero tiene sentido tiene el empeño desde todos los gobiernos en poner fondos para ayudar al sector inmobiliario o financiero a relanzarse? ¿Se trata de volver a poner en marcha una rueda de consumismo salvaje que nos ha dejado en la actual situación? ¿O más bien de crear un nuevo modelo que nos confraternice con el planeta y con los recursos reales?

En última instancia sólo se puede definir el Estado moderno, sociológicamente, partiendo de su medio específico, propio de él así como de toda federación política: me refiero a la violencia física. “Todo estado se basa en la fuerza”, dijo Troski en Brest‐Litovsk. Así es, en efecto. Si sólo existieran estructuras políticas que no aplicasen la fuerza como medio, entonces habría desaparecido el concepto de “Estado”, dando lugar a lo que solemos llamar “anarquía” en el sentido estricto de la palabra.

Por supuesto, la fuerza no es el único medio del Estado ni su único recursos, no cabe duda, pero sí su medio más específico. En nuestra época, precisamente, el Estado tiene una estrecha relación con la violencia. Las diversas instituciones del pasado –empezando por la familia– consideraban la violencia como un medio absolutamente normal. Hoy, en cambio, deberíamos formularlo así: el Estado es aquella comunidad humana que ejerce (con éxito) el monopolio de la violencia física legítima dentro de un determinado territorio.

Tal y como afirma Mintzberg ninguna de las estructuras: simple, Burocracia mecánica, Burocracia profesional y Forma divisional vienen bien para las industrias de nuestra época ya que por encima de todo estas organizaciones necesitan innovar siguiendo vías complejas. Lo mismo sucede con la configuración política y del estado. La estructura burocrática es demasiado inflexible y la configuración simple excesivamente centralizada.

Debería evolucionar la política hacia la adhocracia, al menos en la parte de búsqueda de soluciones a los problemas de las personas, donde los expertos preparados enlazados con el sistema (con las organizaciones de la sociedad civil), trabajan juntos a fin de crear cosas nuevas, mediante la adaptación mutua, el empleo de medios de enlace como grupos de trabajo y estructura matricial económica con políticos, expertos y estructura social entrelazados. La estructura vertical actual con jefe de gobierno, etc. quedará diluida, quedando concentrada únicamente en las garantías coercitivas que ejerce el estado, y que lo son básicamente mediante la justicia, y el resto de cosas ordinarias. En estos casos el modelo adhocrático no es el más eficiente ya que no es capaz de hacer bien las cosas ordinarias sino que le corresponderán modelos burocráticos.

Referencias:

Muhammad Yunus. Discurso en Oslo (Noruega) en el acto de entrega del premio Ayuda a la Autoayuda. 26 de septiembre de 1997. Website:
www.networkers.org/userfiles/Muhammad%20Yunus%20A%20Herp.doc

Máx Weber. “Economía y sociedad”. Ed. Fondo de cultura económica de España, S.L., 1993.

Henry Mintzberg. “La necesidad de coherencia en el diseño de la organización”. Ed. Havard Deusto
Business Review, 1982, 3er trimestre.

Os espero en la segunda parte de esta reflexión con el papel de la Participación de una sociedad civil organizada y el papel de las Entidades Sin Fines de Lucro (ESFL) <pulsa aqui>.

 

¿Qué es la Economía?

La Economía es una ciencia social que se ocupa de las personas, de sus decisiones y acciones. La clave de la Economía es la persona. Claro que dicho esto alguien podría decir ¿pero no se ocupaba del dinero, del capital? La respuesta no puede ser más clara: ¡no! Su terreno es el de las acciones y decisiones que buscan la satisfacción de necesidades materiales; es decir, se ocupa del bienestar de las personas. De todas las posibles acciones humanas, la Economía coloca su énfasis en aquellas que buscan mejorar el bienestar material.

Estudia las decisiones y acciones de vendedores y compradores. Y no se entienden como grupos separados sino que están relacionados. Así un comprador puede ser vendedor y viceversa.Las definiciones antiguas decían que la Economía es la ciencia que se ocupa de los recursos escasos ante unas necesidades infinitas.

Vamos a analizar una serie de conceptos que pueden ser de utilidad:

  • Escasez de recursos, lo que supone la toma de decisiones sobre en que se utilizan los mismos.
  • Necesidades ilimitadas de los humanos.

Por tanto podríamos decir que la economía trataría sobre la identificación de aquellas necesidades a las que se les van a aplicar recursos, siendo esa aplicación eficaz y eficiente. Pero dicho esto entonces reducimos a la economía a un simple problema matemático, a un cálculo más o menos complejo, llegando a la conclusión de que la Economía no es una Ciencia Social sino una Ciencia Matemática. Y quizás es eso lo que ha pasado en estos tiempos planteando simplemente un problema matemático (cálculo de reducción de un porcentaje determinado del déficit, control esclavo sobre el ipc, etc.). Pero si esto fuera así ya se hubiera encontrado la alternativa con un programa informático.

Me temo que no ha llegado ese momento y las personas no son dueñas de la economía. Solo unos cuantos que cada vez más ricos. Sólo unos políticos tomando decisiones que al no contemplar estas variables destruyen a la economía  eso si de dos formas diferentes: unos yendo contra el crecimiento y generando crisis que se traducen en más paro, y otros que generan crisis porque aun teniendo trabajo las personas siguen siendo pobres

No hay solución matemática para una ecuación de recursos escasos con necesidades infinitas. ¿Quién puede tener el poder de decisión sobre lo que son necesidades?, además para una persona pueden ser unas concretas y para otra justo las contrarias.

El conjunto de todas esas decisiones individuales es el campo de estudio de la Economía: decisiones y acciones personales e individuales que las personas realizan para mejorar su bienestar, el que sólo ellas conocen en cada momento.

Pero hay que definir que entendemos por bienestar personal ya que, sin saber por qué, se asocian ideas negativas de acciones que pueden realizarse para beneficio de uno y daño de otro. Este tipo de acciones, que sí existen, no son el objeto de estudio de la Economía. Pero sí lo son las acciones basadas en la mejora mutua de las personas, a las que se denominamos intercambios.

Es decir podemos definir la Economía como la Ciencia Social que estudia las decisiones y acciones de intercambio voluntario de bienes para la satisfacción de necesidades. Estudia, por tanto, los intercambios voluntarios de bienes y servicios que persiguen una mejora mutua del bienestar personal. Y el intercambio es el que deciden las personas y no los políticos de turno.

Amartya Sen en su publicación “Primero la gente” introduce la disciplina de la ética del desarrollo. “Intentamos demostrar que el mundo puede ser diferente”, “que la economía se puede manejar con otros criterios, mostramos muchos ejemplos concretos de cómo se está haciendo en diversos lugares del planeta y que es posible tener esperanzas, pero reclamamos que para ello hay que ¡actuar!”.

Las políticas públicas deben asumir plenamente sus responsabilidades y que cuando mejor funciona la productividad es cuando los trabajadores tienen una participación mayor en los ingresos. También es necesario alcanzar concertaciones sociales entre las política públicas, la responsabilidad social de la empresa privada y la movilización solidaria de la sociedad civil.

Korten afirma que el sistema actual se basa en una ilusión, la de que el dinero es  riqueza. Pero lo más preocupante es la ilusión que crea en la gente, quienes piensan que son parte de esta riqueza, que son ricos. No nos es extraño ver que  en cuanto más desarrollado es un país, hay más personas que viven en la pobreza y todo se reduce a que todas las decisiones se toman en base a la utilidad  marginal y a la maximización de los beneficios, del dinero, que benefician a quien ya lo tiene mientras que las que no lo poseen cada vez están mas fuera del sistema.

La diferencia entre Economía y Política quedará en las relaciones que se establecen entre las personas. El enfoque económico es el que pone atención en las relaciones entre las personas cuando ellas con libertad intercambian, siendo relaciones entre iguales. En el enfoque de la política las relaciones son diferentes porque implican el uso del poder, de la fuerza por una de las partes.

La economía debe dedicarse a propiciar la igualdad de todas las personas en la cobertura de las necesidades básicas y en el acceso a la formación y el conocimiento. Y el poder político debe ser el garante de todo lo que sucede en el mercado, aplicando las reglas de juego que permitan el emparejamiento en igualdad de condiciones y aplicando el principio del bien común en aquellas parcelas en las que los individuos se las delegen.

¿Cuál es la propuesta?

  1. El dinero es simplemente una contabilidad sin valor intrínseco, es una herramienta inútil hasta que se pueda cambiar por algo de valor real. La verdadera riqueza se encuentra, en primer lugar, en las cosas materiales que sustentan la vida, el alimento, vivienda, la ropa, entre otros. Pero por encima de las necesidades básicas del día a día hay otras formas de riqueza también necesarias en la sociedad, son las que están fuera de precio: el amor, estar sano, una hija; un trabajo que proporciona un sentido de propia valía y contribución, la pertenencia a un entorno y el cuidado de una comunidad; un mundo saludable y en paz, todas formas de riqueza real que hoy se buscan más que nunca.
  2. Disponer de un nuevo sistema monetario y financiero, que no requiera elevado crecimiento de la producción y del consumo para sostenerse. Ello supone que el dinero deja de crearse como crédito, y que recupere credibilidad y sus cinco importantes funciones. El dinero se crea partiendo del valor (claramente se crea a partir del invertido en infraestructuras para la economía).
  3. Disponer de una nueva matriz energética, ambientalmente sostenible.
  4. Una gran reforma intelectual y moral, que sustente un nuevo modo de vida, una nueva economía, una nueva cultura, orientadas hacia el levantamiento de una nueva civilización, más justa y solidaria.
  5. La creación de un nuevo orden institucional, jurídico y político, que de estabilidad y garantice la permanencia de las condiciones anteriores.
  6. Vigilancia de los procesos y relaciones en el mercado con el objetivo de transparencia e información perfecta para todos los participantes, garantizado mediante el empleo de regulaciones activas, organismos del control y auditoría de la sociedad civil organizada.
  7. Obligación de compartir la información real de que disponen sobre los productos y servicios que se venden a las compañías productoras y las que lo comercializan, y más a las que son como las «GAFA», Google, Amazon, Facebook y Apple. Pongamos un ejemplo: Cuando voy a comprar un frigorífico marca X, el fabricante y el comercializador debe informarme además de las características del mismo me facilitarán la vida media de los mismos, numero de equipos en funcionamiento por años de antigüedad, averías sufridas y reparadas en período de garantía y después, los mismos datos de los competidores, etc.
  8. Restringir el poder de los bancos y de la política para que  en ningún caso el crecimiento de la masa monetaria sea superior a la producción y el incremento de la masa monetaria en manos del público a nivel individual sea superior al incremento de la productividad. La evolución sostenible debe basarse no sólo en serlo medioambientalmente sino también en que el aumento del bienestar es directamente proporcional al incremento del valor, no precio, de los bienes y servicios producidos.
  9. En el caso Español debe realizarse además una rotación del trabajo, de sociedad de trabajadores, a sociedad de valor añadido; el modelo de crecimiento basado en el ladrillo, de turismo masificado y en el incremento de producto interior añadiendo más masa laboral pero con un diferencial de productividad por cada unidad añadida inferior se ha mostrado como un modelo incompleto y tremendamente vulnerable. El incremento del producto interior bruto en los próximos años debe realizarse mediante el aumento del valor añadido en cada unidad producida. Por poner un ejemplo en el sector de automoción, no puede permitirse España lo que hizo en tiempos pasados: Un motor brillante desarrollado en España, si el valor añadido Español de la ingeniería y desarrollo, Barreiros, se evapora y en cambio se montan fábricas dónde la ingeniería y el desarrollo viene de terceros países y en España nos dedicamos a, permítaseme la expresión, “apretar tornillos”.
  10. Paso del consumismo al consumo. La exaltación del consumo como única alternativa al crecimiento en el capitalismo, de consumir más y más sin que los productos sean necesarios para el consumidor (no basta con tener 10 cosas para la misma función sino además que deben ser de una determinada marca para evidenciar el nivel social en el que está o le gustaría estar al consumidor) y sin ser sostenible desde el punto de vista medioambiental y sustento financiero ha sido la principal patología de la economía.

¿Utopía?

Economía de las personas: Una visión sistémica

Debe entenderse el mercado como la representación institucional de los procesos de intercambios entre las personas y sus distintos potenciales.

Enlazando con los planteamientos anteriores, aceptar la idea de asignación de recursos escasos a alternativas y fines que compiten entre sí equivale a aceptar como problema central la asignación de los recursos. Pero esto es hacer las  cosas eficientemente y no hacer las cosas buenas. Evolucionemos y pasemos a una concepción de la economía donde no hay referencia sobre son esos fines que compiten entre sí. Incluso tampoco sobre quién hace la asignación de recursos, es decir, de quien selecciona unos fines sí y otros no, ya que serán las personas organizadas quienes lo harán. El problema económico se mueve del plano individual a un plano de grupos, a un sistema mayor, de gobierno para sí aplicable a todo el mundo.

Buchanan afirma que si se define el problema como una asignación de recursos, lo que sucede es que se crea una solución más o menos automática; una ecuación donde hallar el benefició máximo posible de acuerdo a algún criterio. Por tanto una solución matemática, un mero problema de cálculo.

La economía sin embargo debe ser vista como la ciencia que se ocupa de las personas. Y por tanto ocupados de la relación positiva entre los individuos en una interacción que es de beneficio mutuo, lo que supone relaciones y asociaciones de cooperación entre ellas, incluso en el caso de poseer distintos intereses cada uno de los miembros. ¿Qué hacemos entonces los economistas empeñados en la ocupación en los recursos?

Nos dejamos engañar en el concepto de mercado en competencia perfecta. Si fuera real la acción personal en un contexto social y organizacional sería un mero problema de suma y resta. Cosa además inexistente ya que las reglas de la competencia se establecen con gobiernos, etc. que ponen límite a la acción humana, mientras éste mantiene la presión de la conducta del intercambio[1]. Llegamos a un sofisma, no existe explicación en el modelo de competencia perfecta excepto cuando se cambian esas variables exógenas, no ha lugar para el intercambio interno real que hacen las personas. El mercado no es un medio para alcanzar una meta.

Cae por su peso el concepto de eficiencia surge el de efectividad. De poco sirve que se consuman cada vez menos recursos en producir bienes y servicios con eficiencia, si lo que se elabora no sirve para nada, mientras no se produzcan las cosas buenas. Consumiremos menos recursos en fabricar más kilos de potingues antiarrugas, pero si cada día mueren 24.000 personas por hambre[2]o por causas relacionadas con él ¿dónde está la eficiencia?

La economía estudia es sistema completo de relaciones de intercambio. Y volviendo a citar a Buchanan, en su obra “What should economists do” desea que los economistas pongan su atención en las instituciones, las relaciones entre personas en cuanto a ser ellas partícipes voluntarios en actividades organizada de comercio e intercambio en su sentido amplio. Y esto es puro DO, un proceso enfocado culturalmente en un plano superior, con una perspectiva total de sistema; donde el trabajo del economista es incrementar la efectividad mediante el bienestar de las personas que las componen interviniendo en los procesos y relaciones.

Hay que eliminar la concepción actual de mercado donde unos revenden a otros. Hasta ahora no se han analizado los procesos que existen dentro del mismo. Tampoco se ha tenido en cuenta la libertad de las personas, es más ésta poco o nada importa en el modelo actual, según mi opinión.

En la nueva concepción seguirá la motivación de las personas para acceder al mercado haciendo su posición mas eficiente, mejor que la anterior (eso no supone que no existan instituciones ineficientes en tanto y en cuanto no aparezca otra que lo haga mejor). Pero esa posición se eleva al sistema, se observa a los individuos que colaboran unos con otros, que llegan a acuerdos, que comercian. La red de relaciones que surge o evoluciona en el proceso comercial se denomina “mercado”. Si esta teoría es cierta todo este sistema, estos procesos y estas relaciones obedecen únicamente a aquellos propósitos de las personas.

Y hay que considerar el grupo. Los miembros de una comunidad, en el mercado, pueden y deben crear instituciones para actividades comunes, acuerdos voluntarios para resolver problemas, si bien, la historia nos ha demostrado que este tipo de organizaciones no proliferan. No parece lo más lógico que las personas hagamos siempre, quizás por comodidad, una transferencia, voluntaria por supuesto, a algún tipo de autoridad con poder de coerción para realizar estas tarea. Estamos en el nivel legal cubriendo la economía tanto las organizaciones privadas como las públicas.

La diferencia entre Economía y Política quedará en las relaciones que se establecen entre las personas. El enfoque económico es el que pone atención en las relaciones entre las personas cuando ellas con libertad intercambian, siendo relaciones entre iguales. En el enfoque de la política las relaciones son diferentes porque implican el uso del poder, de la fuerza por una de las partes.

Huelga decir que esto supone que la concepción de la política actual no sirve. Su principal objetivo debe ser defender a ultranza la libertad de las personas en el intercambio dentro del sistema, siempre y cuando la relación sea entre iguales. Y no en intervenir en el mercado creando externalidades. Exclusivamente lo hará cuando deba imponer la coerción. Los problemas de hoy derivan de las soluciones de ayer (Senge[3]).

[1]Adam Smith. “Teoría de los sentimientos morales”. Ed. Alianza Editorial, 2004.

[2]Según la  Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAOS) se estima que unos 800 millones de personas en el mundo sufren de hambre y desnutrición, una cantidad cerca de 100 veces mayor que el número de personas que efectivamente mueren por esas causas al año. Website www.un.org

[3]Peter Senge.“La Quinta Disciplina: El arte y la práctica de la organización abierta al aprendizaje”. Ed. Ediciones Granica, 2006

Economía: Primero las personas

Amartya Sen[1]en su publicación “Primero la gente” introduce la disciplina de la ética del desarrollo. “Intentamos demostrar que el mundo puede ser diferente”, “que la economía se puede manejar con otros criterios, mostramos muchos ejemplos concretos de cómo se está haciendo en diversos lugares del planeta y que es posible tener esperanzas, pero reclamamos que para ello hay que ¡actuar!”.

Las políticas públicas deben asumir plenamente sus responsabilidades y que cuando mejor funciona la productividad es cuando los trabajadores tienen una participación mayor en los ingresos. También es necesario alcanzar concertaciones sociales entre las política públicas, la responsabilidad social de la empresa privada y la movilización solidaria de la sociedad civil.

La crisis internacional ha mostrado al “Rey desnudo”, sin regulaciones, apelando sólo al egoísmo personal e incentivándolo para producir, con impunidad para buscar el máximo lucro a corto plazo. “Sin valores, la economía puede transformarse en una trampa”. Se requieren regulaciones activas, organismos de control y finalmente la permanente auditoría de una sociedad civil organizada.
Ahora es el momento más oportuno para avanzar en programas alternativos que buscan abrir paso a una nueva economía dedicada a servir a la comunidad.

Korten[2]afirma que el sistema actual se basa en una ilusión, la de que el dinero es riqueza. Pero lo más preocupante es la ilusión que crea en la gente, quienes piensan que son parte de esta riqueza, que son ricos. No nos es extraño ver que en cuanto más desarrollado es un país, hay más personas que viven en la pobreza y todo se reduce a que todas las decisiones se toman en base a la utilidad marginal y a la maximización de los beneficios, del dinero, que benefician a quien ya lo tiene mientras que las que no lo poseen cada vez están mas fuera del sistema.

Propone Korten una nueva economía basada en la localidad, orientada a la comunidad, y dedicada a la creación de una mejor calidad de vida para todos. Prevé un mundo de economías de mercado locales a manos de pequeños empresarios, artesanos, agricultores, entre otros, con fuertes raíces en la comunidad que les permita a su vez mantener involucrados en la producción y el intercambio de bienes y servicios para satisfacer las necesidades de ellos mismos y sus vecinos. Está introduciendo el valor sistema comunitario por encima de los individuos. Concepto parecido al que Itamar en la sesión de 12 de marzo introdujo con los Kibutzs, granja colectiva de Israel. Uno de los objetivos con estas estrategias es acabar con el consumo innecesario establecido hasta ahora en la sociedad.

Fomentar las relaciones de la comunidad y que sea esta la que pueda optar por crear sus propios negocios, empresas familiares, ser propietarios de viviendas y a su vez logren implantar organizaciones que fortalezcan con sus servicios a la sociedad, fortaleciendo sistemas propios.

Si estamos convencidos en este momento, y las personas son lo primero, ya sólo nos queda enfocar una economía que lo permita.

[1]Amartya Sen y Bernardo Kliksberg . “Primero la Gente”. Ediciones Deusto, 2008.

[2]David Korten. “When corporation rule the world”.  Ed. Kumarian Press, 1995.

Reflexiones sobre la estupidez económica humana

Aunque pueda parecer demasiado duro, el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define “Estupidez” como “Torpeza notable en comprender las cosas”. Y el ser humano, al menos desde mi punto de vista, parece no haber entendido que la economía es una ciencia social que se ocupa de las personas, de sus decisiones y acciones y no de la acumulación de capital ni de la distribución de los recursos escasos.

Y como muestra veamos unos paradigmas.

Paradigma a)

  • Las tres personas más ricas del mundo, Bill Gates, Carlos Slim y Warren Buffet[1] acumulan una fortuna de 120 billones de dólares.

  • El producto interior bruto de los 48 países más pobres del mundo asciende a 78,2 billones de dólares. Con él malviven 2.500.000.000 (dos mil quinientos millones) de personas.

Paradigma b)

La distancia entre los países más pobres de la tierra y los más ricos se ha incrementado en los últimos años.

  • 3 a 1 en 1820.

  • 11 a 1 en 1913.

  • 35 a 1 en 1950.

  • 44 a 1 en 1973.

  • 72 a 1 en 1992.

  • 106 a 1 en 1994.

  • 198 a 1 en 2008.

Paradigma c)

Del análisis de los gastos globales en el año 2008 (datos en billones de dólares), se destinaron 6 billion $ a educación básica en el mundo. El gasto en otros conceptos en el mismo ejercicio en billones de dólares fue de:

  • Cosméticos en los Estados Unidos 8

  • Agua y saneamiento en el Mundo 9

  • Helados en Europa 11

  • Salud reproductiva para todas las mujeres del Mundo 12

  • Perfumes en Europa y Estados Unidos             12

  • Salud básica y nutrición individual en el Mundo 13

  • Comida para mascotas en Europa y Estados Unidos 27

  • Entretenimiento de negocios en Japón             45

  • Cigarrillos (tabaco) en Europa             60

  • Bebidas alcohólicas en Europa             205

  • Drogas en el mundo 600

  • Gasto militar en el mundo 980

¿No es estúpido que destinemos más del doble a alimentar a las mascotas que a la salud y nutrición de las personas en el mundo?

Paradigma d)

Se estima que el número de parados en el mundo (donde existe el trabajo) a finales del año 2009 ascendía a 230 millones de personas, mientras:

  • El 64% de los empleados dicen que está deprimidos, ansiosos y que les gustaría trabajar en otro sitio.

  • El 74% de los trabajadores están desenganchados y se les cae el bolígrafo a la hora de terminar la jornada.

  • El 87% de los trabajadores no le encuentra ningún sentido a lo que hace y sólo trabajan por el salario.

Nietzsche dijo que “Quien tiene un porqué para vivir encontrará casi siempre el cómo”. Y Nelson Mandela acuñó la frase: “Together we’ll build a brighter future” (juntos vamos a construir un futuro mejor).

Y ahora como economista de profesión me pregunto ¿cuál es la aportación actual y cuál debería ser? El dicho dice que sabemos predecir el pasado maravillosamente, pero no tenemos ni idea del futuro. Parafraseando a Buchanan[2], esto es de sentido común, detenerse en algún momento en el andar y consultar un mapa, ver si se está dentro del camino. Después de todo, es responsabilidad profesional el que los propios economistas conozcan el objeto de su materia.

Y analizando al ser humano, una de las propensiones propias es el comercio y el intercambio. Los economistas deberían responder a ello y dejar a un lado la teoría de la asignación de los recursos. Siempre prevalece en la concepción económica, como uno de los problemas que los recursos son escasos, y el conflicto como el de asignación de los mismos a alternativas y fines que compiten entre sí. Aceptar esta idea equivale a aceptar un problema de la cantidad de recursos que es necesaria porque son limitados y es necesario decidir la asignación. Y así para que exista el primer mundo es necesario que exista el tercero asignando las políticas económicas los recursos escasos a: potingues, alimento para mascotas, etc. en el primer mundo, mientras que para el tercer mundo no quedan. No es posible que el ser humano crea que el centro de la decisión es la asignación de los recursos disponibles sino que debería centrarse en la decisión sobre que debe producirse en función de las necesidades de las personas, comerciarse e intercambiarse, si debe incrementarse la producción, mejoras, etc.[3], y si esto es así que lo primordial, lo primero no es asignar los recursos escasos sino la decisión (ante todo que todas las personas tengan cubiertas sus necesidades básicas: alimentación, higiene, salud primaria,…). Hay que hacer las “cosas buenas”.

Pero nada es gratis, y como dice la metáfora del gusano, no hay cambio sin esfuerzo. No hay cosas buenas sin trabajo. Y en la época de adelgace sin esfuerzo, inglés sin esfuerzo, gane dinero sin esfuerzo, haga gimnasia sin esfuerzo (hagan la prueba y pongan la palabra “sin esfuerzo” en cualquier buscador de internet), cuando menos resulta arriesgado hacer una propuesta de cambio cultural que supone el desempeño de todos, máxime cuando los movimientos culturales son complejos y la movilidad de los supuestos básicos es difícil. Por tanto nos queda movilizar a la sociedad (entendida como un sistema), de cuadrante, pasando de misionero a cualquiera de los planos efectivos.

[1] Warren Buffet ha acuñado distintas frases. Una de ellas es “El precio es lo que se paga. El valor es lo que se obtiene.”

[2] James M. Buchanan. “Qué deberían hacer los economistas”. http://www.eumed.net/cursecon/textos/Buchanan-economistas.pdf. Website: www.eudmet.net

[3] Itamar Rogovsky lo denomina hacer las cosas con eficiencia o hacer las cosas buenas. Máster de Valladolid. Sesión del día 12 de marzo de 2010.

Economía o enaltecimiento de la masa

Siempre que escribo un artículo lo primero que surge en mi mente es el título y casi siempre esas palabras son las que me llevan al desarrollo del meollo. En este caso el título inicial era ¿Cuándo habrá alguien que dirija que sepa de economía? No dejan de asombrarme las propuestas económicas que he escuchado y escucho en boca de nuestros políticos, de un signo y de otro: “la solución es bajar los sueldos, la solución es bajar los beneficios”. Claro que rondaba en mi cabeza también otro título, porque a la vez me decía que no era posible que con cientos de asesores como cuentan los que gobiernan no supieran de economía –contando con algunos profesores eminentes que incluso con unas clases de unas horas eran capaces de transmitir toda la ciencia económica al Presidente del Gobierno, como así lo dijo públicamente-, y llegado a ese punto la deducción era otra: sí saben de economía pero se dicen cosas incongruentes desde el punto de vista de la lógica el problema se situaba en que no teníamos lógicas idénticas y así este artículo podría llamarse “Democracia y dictadura económica: dos caras de la misma moneda, en el anverso la cara del poder político de la banca en un lado y en el reverso de las grandes empresas y fortunas.”

Así se propone como remedio de esta tremenda crisis que estamos padeciendo la reducción de salarios y beneficios, incluso con un acuerdo entre la patronal y los sindicatos. Y el pobre economista que llevo dentro no sabía que entender en la propuesta y terminó, a su pesar, con dolor de cabeza y con la convicción de que no había cosa peor que hacer en este momento.

Lo primero que hice fue recordar el concepto del Producto Nacional. No deja de ser más que la suma monetaria de todo lo que se produce en esta piel de toro (si ya sé que esta afirmación contiene dos errores: uno que la piel de toro incluye a Portugal y el otro que lo que no se traduce en moneda no se valora, y así sucede lo que le pasa a mí pobre madre que lleva laborando toda su vida en casa, y sin embargo para el estado no trabaja), y una vez generado se convierte en renta para todos los actores que intervienen, mediante el pago a los factores productivos como son el trabajo y el denominado capital (renta por supuesto también para los bancos que prestan, que eufemismo resulta que ahora los bancos no se dedican a prestar dinero, a las empresas para que produzcan).

La receta que intentan aplicar unos y otros es disminuir sueldos y salarios. Entonces si esta afirmación es cierta (y al menos así me la enseñaron en la carrera, que la letra con sangre entra, vamos que si no suspendías…), resulta que si disminuimos la renta de los salarios y la renta del capital esto supone (ya hemos dicho que era una ecuación con un igual) que se disminuye en la misma medida el Producto Nacional. No sé si es que no asistí a alguna clase, pero a las que fui y en mi vida personal, lo normal es que para producir compres y que lo compres lo pagues (yo sigo con la sana manía, en mi opinión, de cobrar todos los meses a final mi salario). Por tanto cuando se produce se reparte la renta. Y dicho esto, si este economista está en lo cierto, simplemente están intentando enaltecer a la masa, porque si bajamos ambas cosas resulta que todos somos más pobres y hay menos para todos.

Por tanto el problema es otro:

– La producción y la distribución de la renta se producen al mismo tiempo, al producir se está ya repartiendo de una manera u otra el ingreso. Hablemos claro lo que existe es un problema de desigualdad. Y no vale el cuento de primero hay que producir la tarta y luego repartirla, así que dediquémonos ahora a producir que cuando hayamos producido ya repartiremos, ya que el reparto se produce a la vez (eso puede ser cierto en repostería pero no en economía).

– La segunda idea es que, dado un determinado volumen de producción, si sube la «parte salarial» bajan los beneficios y si los salarios son menores suben los beneficios. Es verdad que puede ocurrir que una parte de los salarios y de los beneficios vayan al Estado y que éste puede corregir el reparto inicial, pero eso será, si se produce, en segunda instancia (por eso llamamos a esa acción del Estado re-distributiva ) y por eso no cambia lo que acabo de decir. Lo que no puede ocurrir, pues, es que suban al mismo tiempo los salarios y los beneficios, o que ambos bajen si se mantiene igual el volumen de producto.

Por tanto, si se propone que bajen los salarios y los beneficios solo puede estar proponiendo dos cosas:

a) que baje el producto a generar y, por tanto, el ingreso total, lo cual es una barbaridad en la situación en la que estamos (otra cosa es que debamos obtener nuevos ingresos pero no de las actividades económicas hasta ahora dominantes, pero de este asunto no me puedo ocupar ahora), o

b) que trabajadores y propietarios del capital renuncien a una parte de sus ingresos para dárselos al Estado, lo cual no tiene mucho sentido hoy día y, además, en términos económicos no cambia lo anterior porque, más tarde o más temprano, o van a salarios o van a beneficios.

Pero la propuesta resulta aún más delirante, sobre todo, si se tiene en cuenta el papel que tienen los salarios y los beneficios en la economía. Con independencia de otras consideraciones de equidad o de discurso alternativo, en economías como las actuales, ambos son fundamentales.

Los salarios lo son no solo porque constituyen el único ingreso y, por tanto, la única fuente de satisfacción de necesidades de los trabajadores, sino también porque es fundamentalmente con los salarios con lo que se puede comprar la producción que realizan las empresas. Imaginen por un momento el sueño de los empresarios torpes -salarios muy, muy reducidos-: ¡no podrían vender sus productos! Eso fue lo que el célebre Henry Ford contestaba a sus colegas cuando le reprochaban que hubiese aumentado el sueldo de sus trabajadores: «Todos los capitalistas del mundo juntos -decía- somos insuficientes para comprar todo lo que producimos. Han de comprarlo nuestros trabajadores».

Es verdad que ocurre, como señaló el economista polaco Michael Kalecki, que los empresarios a veces prefieren tener menos beneficios imponiendo desempleo y, por tanto, bajos salarios, porque así tienen más poder político. Por eso es importante entender que cuando la gran patronal reclama recortes salariales no está buscando que la economía funcione mejor sino tener más poder.

Por otro lado, los beneficios también son fundamentales en las economías porque sin ellos no habría empresarios (grandes o pequeños) ni ahorradores que arriesgaran su capital (físico o financiero). Y, por tanto, sin beneficios no habría producción.

Pues bien, es fácil comprobar entonces que la propuesta de bajemos sueldos y bajemos beneficios es un dislate porque lo que viene a proponer es que disminuyan los dos motores de los que hoy día depende el funcionamiento de la economía: si la llevara a cabo bajaría la demanda y con ello la producción y aún más los beneficios, y al bajar los beneficios bajarían el empleo, los ingresos, la producción… en un círculo vicioso fatal.

¿Dónde está la salida? Si hemos identificado que el origen está en salarios bajos, beneficios de la actividad productiva baja (y sino que pregunten a los agricultores quienes venden el kilo de melón a un precio inferior a 8 céntimos –si increíble pero si nos cobran más de un euro por kilo en la tienda-) y elevadísimos beneficios de la actividad financiera y de la especulativa y de las grandes empresas con poder de mercado que en lugar de crear riqueza y empleo los destruyen; la salida vendrá determinada por hacer justo lo contrario.

Si la caída de la participación de los salarios en la renta nacional en España ha sido de unos diez puntos en la última década, para poder igualar la ecuación por el otro lado, y tal y como he dicho antes, se ha incrementado los beneficios o del excedente bruto.

Pero el problema que ha ocurrido es que la gran parte de ese beneficio no se ha dirigido a la extensión de la producción de los bienes y servicios que satisface las necesidades sociales porque los salarios bajos generan insuficiente demanda y eso ha impedido obtener en la actividad productiva la misma rentabilidad que proporciona la inversión financiera y especulativa (que, a su vez, se ha privilegiado gracias al poder político de la banca que es la que anima este proceso). Y es por eso que podemos afirmar que los salarios escasos han provocado una deriva de los capitales hacia la inversión financiera y especulativa que ha terminado por generar la crisis en la que estamos.

Por tanto la salida solo vendrá por el equilibrio, sin reducción de salarios ni de beneficios empresariales productivos. Los que hay que disminuir son los de la banca, los de las grandes empresas que destruyen empleo y tejido productivo y no los de las pequeñas y medianas que crean empleo. Y trabajar para el incremento de la productividad con la puesta en marcha de medidas lo que supone gastar en educación, innovación y tecnología. Y dejémonos ya de la demagogia barata que nos enfrenta, dejemos la lógica especulativa, de creer que el enemigo es la empresa o los empresarios cuando en realidad lo es un tipo concreto de empresario que sólo se dedica a la especulación y a las finanzas mal entendidas –no es aquel banquero que presta su dinero y a cambio obtiene una remuneración justa-, y también la actitud de los empresarios hacia los sindicatos, hacia la negociación y hacia el sector público. Y hablemos claro si la administración púbica no funciona quitémosla y dejemos aquella que sirva al ciudadano –quitemos ya el bucle de 4 administraciones en el país-, quedando la que presta el servicio de forma ágil y eficaz. Cambiemos la actitud de todos, dejemos los valores individualistas y pasivos que ha inculcado la política y la cultura neoliberal –que no liberal-.

Reflexiones sobre la economía española

Unas reflexiones en voz alta. Dejemos de echar la culpa a la crisis internacional, tenemos dentro los suficientes desequilibrios económicos y estructurales. Hemos crecido si, el milagro español, pero debiendo todo y así nuestra deuda es del 160% del PIB; y esto es así porque nadie en España ahorraba y el dinero tenia que venir de fuera (es mas el dinero era algo que se regalaba, si regalado. ¿Cómo?. Sencillo la tasa de inflación superior a los tipos de interés).

Y así adaptamos la estafa piramidal a la economía. Mientras todo sube se mantiene pero ¿Y cuando no crece?

Pobre del ultimo que se ha quedado con la ilusión de riqueza en un piso. Claro pero si la inversión inmobiliaria nunca baja, decían los mirlos cantores, mientras vendían pisos bajo planos y regalaban el dinero para su pago, los muebles, el coche y unas vacaciones.

Y cuando la economía cae y la burbuja revienta en lugar de cortar la zona herida le ponemos un parche. Y así en lugar de sanear, haciendo que afloren en los balances de los bancos y cajas los activos que tienen a precio de mercado, cosa por otra parte que tienen que hacer el resto de los mortales provisionar las perdidas, nos inventamos la capitalización, con un pequeño problema y es que el valor a capitalizar es falso dado que el activo no sabemos cuanto vale. Una colación fácil aquí, habrá crédito cuando el activo de los bancos llegue al valor que tiene en libros, y como esto no se cumple no habrá crédito en años hasta que el valor de terrenos y edificios suba. Pero, si no hay crédito no se venden. ¿Pescadilla que se muerde la cola?

Y mientras mas del 22% en paro. Y entiendase lo que voy a decir ahora. Eso es lo único racional de todo. ¿Y eso? No se trata solo de que ya no haya ladrillo, que también, sino de que en la época de bonanza nuestra productividad iba cayendo año a año. Y así la economía lo que ha hecho es arreglar este problema de un plumazo, eso si en lugar de con un incremento de la misma por el aumento de la producción, porque producimos lo mismo pero con menos personal.
Y de difícil arreglo, el empleo, porque nada volverá a ser como antes. Queda pendiente por tanto la reindustrializacion y reagrarizacion con alto valor añadido de España, basada en el I+D

Otra medida también a largo plazo. También como la de ordenar el mercado interior dentro de España eliminando las trabas que ya no existen dentro de la unión europea, o el coste del sistema administrativo del Estado, mercado de trabajo… (o mejor dicho el poder de sindicatos y centrales de empresarios).

Reflexiones en voz alta de lo que en mi opinión mejoraría nuestra económia.

Economía: Cuestión de sistema

David, un amigo galego, me envía un correo electrónico sobre la economía. Y aqui os dejo esta visión sobre la misma, en tono de humor.

Economía… todo depende del sistema… ¿Quién, cómo, cuántas, para qué… ordeña la vaca?

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Socialismo:
Tú tienes 2 vacas.
El estado te obliga a darle 1 a tu vecino.
Comunismo:
Tú tienes 2 vacas.
El estado te las quita y te DA algo de leche..
Fascismo:
Tú tienes 2 vacas.
El estado te las quita y te VENDE algo de leche.
Nazismo:
Tú tienes 2 vacas.
El estado te las quita y te dispara en la cabeza.
Burocratismo :
Tú tienes 2 vacas..
El estado te pierde una, ordeña la otra y luego tira la leche al suelo.
Capitalismo tradicional
Tú tienes 2 vacas. Vendes una y te compras un toro. Haces más vacas.
Vendes las vacas y ganas dinero.
Capitalismo moderno:
Tú tienes 2 vacas.
Vendes 3 de tus vacas a tu empresa que cotiza en bolsa mediante letras de crédito abiertas por tu cuñado en el banco.
Luego ejecutas un intercambio de participación de deuda con una oferta general asociada con lo que ya tienes las 4 vacas de vuelta, con exención de impuestos por 5 vacas. La leche que hacen tus 6 vacas es transferida mediante intermediario a una empresa con sede en las Islas Cayman que vuelve a vender los derechos de las 7 vacas a tu compañía. El informe anual afirma que tu tienes 8 vacas con opción a una más. Coges tus 9 vacas y las cortas en trocitos. Luego vendes a la gente tus 10 vacas trozeadas. Curiosamente durante todo el proceso nadie parece darse cuenta que, en realidad, tú sólo tienes 2 vacas.
Economía japonesa:
Tú tienes 2 vacas. Las rediseñas a escala 1:10 y que te produzcan el doble de leche. Pero no te haces rico. Luego ruedas todo el proceso en dibujos animados. Los llamas ‘Vakimon’ e incomprensiblemente, te haces millonario.
Economía alemana:
Tú tienes 2 vacas. Mediante un proceso de reingeniería consigues que vivan 100 años, coman una vez al mes y se ordeñen solas. Nadie cree que tenga ningún mérito.
Economía rusa:
Tú tienes 2 vacas.
Cuentas y tienes 5 vacas.
Vuelves a contar y te salen 257 vacas
Vuelves a contar y te salen 3 vacas.
Dejas de contar vacas y abres otra botella de vodka.
Economía china:
Tú tienes 2 vacas.
Tienes a 300 tíos ordeñándolas.
Explicas al mundo tu increíble ratio de productividad lechera.
Disparas a un periodista que se dispone a contar la verdad.
Economía iraquí:
Tú no tienes vacas.
Nadie cree que no tengas vacas, te bombardean y te invaden el país.
Tú sigues sin tener vacas.
Economía suiza:
Hay 5000000000 vacas
Es obvio que tienen dueño pero nadie parece saber quién es.
Economía francesa:
Tú tienes 2 vacas.
Entonces te declaras en huelga, organizas una revuelta violenta y cortas todas las
carreteras del país, porque tú lo que quieres son 3 vacas.
Economía neozelandesa:
Tú tienes 2 vacas.
La de la izquierda te parece cada día más atractiva.
Economía española:
Tú tienes 2 vacas, pero no tienes ni idea de donde están.
Pero como ya es viernes, te bajas a desayunar al bar que tienen el Marca.
Si acaso, ya te pondrás a buscarlas el miércoles después del puente de San Aniceto

Una oportunidad repleta de esfuerzo.

 

 <<Gandi decía hay alimentos suficientes para todo el mundo, pero no para la avaricia de unos pocos>>.  Y la avaricia es la base del sistema capitalista implantado en el mundo moderno.

 

Toda crisis siempre supone un estado de shock del que, en un primer momento, parece prácticamente imposible salir; fase a la que seguirá la rebelión contra la realidad pudiendo tomar en su salida dos caminos distintos: la resignación final o la metamorfosis. Toda metamorfosis supone un tremendo esfuerzo, desarrollo, cambio; esfuerzo que no puede ser sustituido ni aminorado ya que sino el resultado no es el esperado.

La naturaleza, de la que deberíamos haber aprendido mucho más, nos enseña la metáfora perfecta para quien emprende un camino de búsqueda y transformación, cómo es la existencia del gusano / crisálida / mariposa. Un mismo ser que transita en su vida por tres estados. Toda la información genética de la mariposa, con sus alas, sus colores, su posibilidad de vuelo y belleza, está latente en el gusano pequeño y terrenal, húmedo y oscuro que se arrastra medio ciego e ignorante, quizás, de su destino final. Llegará el momento de retirarse de esa vida, de formar un capullo que lo aísle y le posibilite morir a lo que era para surgir transformado. Es un proceso que se intuye arduo, oscuro, solitario, doloroso, difícil. Un estado plagado de incertidumbres, en los que se va tornando cierto sólo el esperar, sólo el buscar en uno mismo, sólo el reconocer aquello que ya no nos sirve y que se debe abandonar.
Si el proceso de la crisálida llega a buen término, otro ser, que aparenta ser de otra especie distinta y mucho más evolucionada al gusano original, surge radiante a la nueva vida.

Es un camino sin atajos difícil de comprender en la sociedad actual, en la que se tiende a eliminar el esfuerzo: aprenda en dos días, adelgace con ejercicio pasivo, etc. Si en el camino de la metamorfosis del gusano a crisálida se nos ocurre hacer más leve el esfuerzo de salida y ayudamos al gusano a salir del capullo haciendo un agujerito en el mismo para que aflore más fácilmente de la cápsula, la mariposa no volará porque el esfuerzo de rotura y salida, extenuante, que hace el gusano para salir, es el que también hace que desarrolle sus alas, y hace que consiga la fuerza en sus músculos necesaria para poder volar después.

La transformación depende de cada uno, y en la sociedad de toda ella en su conjunto. El cambio por el cambio no sirve. Al transformarse debe reinventarse cada uno, debería reinventarse la sociedad. El futuro será una batalla entre la dualidad de la cultura y la consciencia frente a la pareja representada por el conflicto y el egoísmo. Para mí lo importante no es la realización de los deseos sino lo que los deseos hacen para que nos realicemos. El verdadero regalo que un humano puede recibir es desvelarle sus talentos y acompañarle en el desarrollo personal. Ahora bien este pensamiento no encaja en la cultura del pelotazo y riqueza fácil y rápida.

La salida de la crisis de este país llamado España, su futuro, pasa por la formación y por la cultura del esfuerzo. Educación, cultura y formación, y desde luego en estos momentos no es admisible una bajada en la inversión en innovación y desarrollo. Y la llamo inversión porque no es un gasto sino que, volviendo a la naturaleza, significa sembrar para recoger mañana.

La salida de la crisis implica reinventarse. España tiene que saber qué quiere ser de mayor. EEUU y Alemania saben lo que quieren ser. Tardarán más o menos en absorber la crisis pero al final por ejemplo en Detroit, y después de la tremenda crisis actual de los vehículos, desarrollarán el motor eléctrico o el de hidrógeno y empezarán a fabricar, cientos de miles, y saldrán. Sin embargo ¿qué es lo que quiere ser España? Sol y Paella es una configuración gastada, en declive, ¿qué queremos ser de mayores?

Ahora que parecemos ir sin rumbo, ahora que la crisis es más profunda y parece que ha tocado fondo es cuando más valor toma esta pregunta y debe hacernos reflexionar a todos, y más a los que tienen en sus manos el rumbo de este barco llamado España. ¿Qué queremos ser en el futuro? La Investigación más desarrollo más innovación no puede ir sin capitán, sin rumbo. Si España se configura en el pasado con sol y paella poco sentido tiene el I+D+I, sobre todo si no se realiza el cambio necesario en el turismo evolucionando del mercado maduro en el que estamos, en el que además hay muchos competidores esperando entrar a más bajo precio y con una oferta muy similar -Turquía, norte de África, los países Balcánicos-. Quizás exista un nicho en las energías renovables donde no deberíamos perder esos primeros puestos de cabeza que ahora ostentamos. El porvenir se fragua en el presente y para ello hay que trazar las líneas que llevan hacia él, hay que trazar el rumbo con políticas orientadas a ello.

Pero el futuro tiene que ir por el trabajo, en esas líneas trazadas. No tiene sentido que sólo se desarrollen las actividades subvencionadas, que sí bien pueden ser el germen para que nazca el producto, no puede permanecer invariablemente de por vida. Y también la salida de esta crisis pasa por el paso de empresarios a emprendedores sociales, no basta sólo es crear una empresa sino que ésta debe estar inserta en el medio donde se desarrolla, que es mucho más que la creación de recursos, de valor y compartirlos con la sociedad.

Hará falta por tanto solidaridad, abolir fronteras, no perder la memoria y crear las regulaciones necesarias y sobre todo dar luz a la buena gente.

No hay vuelta atrás, y aún el momento de la meta es lejano para muchos de nosotros. Hagamos, entonces, un coliseo de crisálidas. Seres que habitan el misterio de la transformación. Tal vez, ese proceso, ese oscuro y desconocido proceso, pura promesa de luz y vuelo, de belleza y libertad, donde uno no es lo que fue pero aún tampoco lo que puede ser, sea el acto sagrado, el verdadero arte de ofrecer la búsqueda como acto de confianza y fe en la posible evolución.