Etiquetado como: Granátula de Calatrava
Sentimientos, pasión calatrava, muerte y Resurrección
Los sentimientos vuelan y sin querer terminan en Mi Pueblo en la iglesia de Santa Ana, marco incomparable y sede de la Semana Santa Granatuleña. Y esas sensaciones experimentadas en mi memoria me llevan a sus campos, verdes, hermosos, cuajados de espárragos, de hierba y de siembras casi revolcadas.
Aquí me tienen recién entrado este mes de abril donde la primavera susurra perfumes de las flores y de las lacrimales yemas que lloran nuestras cepas, que como una gigantesca explosión inundan nuestras plazas, nuestros patios y nuestros campos de aires con caricias de olivar, aromas de tomillo y romero.
Pasión por Mi Pueblo y recuerdos desde la infancia de la Semana Santa. Quizá mi mejor bagaje para estar aquí sea la pertenencia desde que tengo uso de razón a las Hermandades granatuleñas y especialmente que llevó en la sangre, la del Santo Cristo de la Resurrección.
Sereno, grácil, ligero…
la Semana Santa chiquita, aparece
despertando la ternura,
el niño Jesús carpintero avanza
con la nobleza en su corazón sincero,
que generosidad en su gesto infante,
el niño Dios, martillo en mano,
rueda lento hacia delante.
Estamos en las puertas del Domingo de Ramos, donde todo el pueblo, jubiloso, aclamaba a Jesús como un rey:
“Al día siguiente, la multitud que había ido a la fiesta, al oír que Jesús venía a Jerusalén, salió a su encuentro con ramos y palmas gritando:
¡Dios nos salve!
¡Bendito sea el rey de Israel!
Jesús encontró un borriquillo y montó en él».
Jesús entraba triunfal en Jerusalén, días antes de su muerte. Una gran multitud rodeó a Jesús, y con ramos de olivos y ramas de palmeras, lo acompañó en su entrada en la ciudad, entre cantos y aclamaciones. Muchos lo reconocían con fe y esperanza. ¡Hosanna! El rey de los pobres, descalzo, montado en un borriquillo y rodeado de niños. ¿Se puede ser más humilde?
Y en este momento se eleva una idea ¿seremos como las hojas de palma, que se doblan según les da el viento, que nos dejamos llevar, que olvidamos pronto nuestros compromisos?
Y así año a año en la capilla de la Santa Vera Cruz el agua bendita golpea las palmas y ramos de oliva, arrojada sacramentalmente por nuestro párroco. Y puño en mano con nuestra ofrenda la procesión se desliza cual agua del Jabalón a su destino, la iglesia de Santa Ana.
La Pasión de nuestro Señor Jesucristo acaricia mis oídos.
“Salió y se encaminó, como de costumbre, al monte de los Olivos, y lo siguieron sus discípulos. Al llegar al sitio, les dijo: Orad para no caer en la tentación.”
Me viene a la memoria recuerdos del Jueves Santo: <<El cordón a la derecha y el rosario a la izquierda>>, mientras me visto con la túnica. Y evoco ese romance leído en el prendimiento, allí donde estaba todavía hablando cuando llegó Judas, uno de los Doce, y con él mucha gente armada de espadas y palos…El traidor les había dado una señal:
«Al que yo bese, ése es, arrestadlo.» Se acercó a Jesús y le dijo «Buenas noches, Maestro» y lo besó…»
Entre la oscura noche de Getsemaní el discípulo traicionaba a su maestro, y cada hoja aciculada del olivo parecía multiplicar la pesadumbre y la expresión de desconcierto. Impotencia de un puñado de pescadores que perdían a su Señor. A ritmo lento Jesús camina con los discípulos al monte de los olivos y allí es traicionado y prendido.
¡Buscadle que entre los olivos está!
¡A quién buscáis gente vil!
¡A Jesús el Nazaret!
¡Aquí lo tenéis!
¿Por qué te abandonan, Nazareno? ¿Dónde están los que te aclamaban con ramos y palmas? ¿Por qué te abandonan, Nazareno?
Los rositas bajan en cascada. El sonido de las cornetas es un lamento. Dios es hombre y como hombre sufre y agoniza. Colgado de un madero, desnudo y destrozado, el hijo de Dios siente el abandono más absoluto cuando lanza al aire su último suspiro de aliento. La madera ya no es ahora madera, es muerte. Veremos al hombre colgado en la cruz, recorreremos entre lágrimas sus venas, sus tendones en tensión, sus costillas, sus músculos maltratados. Sentiremos el dolor de sus manos y pies llagados y como propia la llaga de su costado.
Nuestra luz, se apaga. El camino seguro que seguíamos, es ahora un erial pedregoso. La flor generosa que nos insuflaba fuerza, está marchita. Toda la fe que en el habíamos puesto, parece derramarse en su sangre… Ese es el desaliento de los que tienen enfermedades, de los que son azotados por catástrofes naturales, de los que son perseguidos, asesinados, de los hambrientos, de los condenados, de los desesperados…
¡Felices los que tienen espíritu de pobre porque de ellos es el reino De Dios!
Viernes Santo, día de luto. Mientras las caras rememoran en Granátula ese momento en que Judas cobra las 30 monedas y también el reparto de los soldados de las ropas del hijo de Dios, Jesús va camino de la muerte.
Entonces Pilato dejó en libertad a Barrabás y mandó azotar a Jesús. Los soldados le quitaron los vestidos y le pusieron un manto de color rojo. Después le pusieron en la cabeza una corona que habían trenzado con espinas y en la mano derecha una caña. Se burlaban de él, le pegaban y le escupían en la cara.
Mil velas encendidas son lágrimas de llanto por el dolor del preso, preso de amor y preso de pena. Mil gotas de sangre surcan su espalda y son mil azotes amargos que nos corroen el alma. Mil espinas de aguja hilvanan su frente y en nuestro corazón se caen los pétalos, marchitos de compartir su sufrimiento.
¿De qué te acusan, Nazareno?
¿Cuál es tu pecado?
Pero sus labios sellados solo aciertan a decir: amaos unos a otros como yo os he amado.
¡Muerte de cruz a Jesús entre los ladrones!
¡A Jesús de Nazareno rey de los judíos!
¡Yo Poncio Pilato!
Cuenta una piadosa tradición que, al pasar la comitiva una mujer se metió entre la alborotada turba, se acercó al Salvador y con un velo que llevaba le enjugó piadosamente el sudor de su divina cara. Jesús dejó impresos en el velo de la Verónica los rasgos de su Santa Faz.
La Verónica, mira a Jesús con pena y seca su sudor doloroso. Nadie más da su aliento al Dios abandonado, nadie más le abraza, nadie más le reconforta.
¿Qué más podría hacer tu Dios por ti?
Estoy aquí, clavado en un madero,
firmemente por ti crucificado,
donde me hundió la historia de un pecado
y me encumbró lo mucho que le quiero.
Fiera de amor y de dolor tan fiero,
reo soy, reducido y amarrado;
más libre el corazón, clavado en esta cruz,
en que de amor me muero.
José de Arimatea pidió a Pilatos el cuerpo de Jesús. José bajó el cuerpo de la cruz y lo envolvió en una sábana que había comprado. Fue también Nicodemo, aquel que había ido de noche a ver a Jesús, llevando mirra perfumada y áloe. María Magdalena y la otra María miraban donde colocaban el cuerpo. Jesús estaba muerto e iba a ser enterrado. Nada más se podía hacer, todo se había acabado.
La Virgen de los Soledad tiene el corazón bordado por el sufrimiento, el alma bañada en llantos, ha muerto su hijo amado, se lo llevaron para matarlo. Sin embargo, silenciosa sigue sus pasos doloridos, poco a poco, latido a latido, con un corazón agrietado que arde.
¡Virgen de la Soledad,
bien acompañada vas,
si buenos son los de delante,
mejores son los de atrás!
Camino del sepulcro, con el llanto caído como la cera de los cirios, la soledad del mundo camina a tu paso lento bordando las calles del pueblo triste.
Cuando el domingo abre sus puertas de par en par dejando tras de sí las oscuras puertas del triste sábado santo, el fuego se convierte en vida, en luz de Cristo, y saltando de mano en mano limpia las tinieblas del templo parroquial.
Las mujeres fueron al sepulcro con los perfumes que habían preparado. Al llegar vieron que la piedra del sepulcro había sido quitada. Entraron y no encontraron el cuerpo de Jesús. Un joven de ropas brillantes les dijo:
«no os asustéis, buscáis a Jesús el Nazareno, el crucificado. Por qué buscáis entre los muertos al que vive. No está aquí, ha resucitado«
Por la mañana, temprano, todo es júbilo, alegría, luz: que lo sepan los granatuleños, que lo sepa todo el mundo en el mundo entero: Jesús, ése que enterrábamos hace tres días apesadumbrados, el Cristo muerto. ¡Vive, ha resucitado!
El frío cielo del domingo es serpenteado por un cohete a la hora del encuentro, palomas blancas elevan el vuelo. María encuentra a su hijo resucitado y encuentra con él el sentido a su vida, el fin de tanto sufrimiento. El negro manto negro cae con un aleteo sonoro y todos quitamos también los velos enlutados de nuestros corazones.
Estuvo de joven con su pueblo como rio desbordado en el amor,
hoy pasa a la gloria del cielo, entrada grande a la resurrección.
Será con luz blanca del amanecer cuando las campanas suenan a gloria,
serán los cristianos al amanecer los anunciadores de esta historia.
¡Aleluya se canta en la Pascua!
¡Aleluya sin muerte ni Calvario!
¡Aleluya cantan los ángeles del cielo!
¡Aleluya porque Cristo ha resucitado!
Llegó el momento, queridos calatraveños, de abrir el arca y los cajones, para airear túnicas y morriones, capas y capirotes, mantillas y vestidos.
De sacar brillo al trono, y buscar las más hermosas flores, para gritar al mundo, que lloraremos la Pasión y Muerte, y reiremos con Cristo Resucitado.
Nazarenos, ayudas, penitentes, armaos y músicos, amigas y amigos os anuncio esta tarde que ya es Semana Santa en nuestro Campo de Calatrava.
Granátula es Semana Santa
Granátula, el milagro de parar el tiempo
Vídeo promocional de Fitur 2025 de Granátula de Calatrava.
Granátula entre volcanes
Mi buen amigo Juan Manuel en el programa Variotinto en Cerro Gordo, un volcán de los centenares que hay alrededor, visitante en Granátula.
El encaje de bolillos en Granátula
El Encaje de Bolillos, artesanía, arte tejido en hilo elaborado en nuestra tierra. El encaje de bolillos que brota de las manos de nuestras queridas Granatuleñas, y en todo el Campo de Calatrava, mujeres que en la almohadilla cruzan los hilos, clavan las agujillas y hacen renacer en nuestros oídos ese resonar de los palillos que prestan su apellido a esta preciada artesanía.
Cuándo y dónde nació el encaje de bolillos ha sido y, prácticamente, sigue siendo un pequeño misterio. Las múltiples teorías discuten su aparición desde los siglos XVI o XVII hasta fechas muy anteriores. Y, de igual modo, tradicionalmente, se ha asignado a Asiria la creación de las pasamanerías y de todos los trabajos artísticos de nudos precursores de los encajes a la aguja y, a Egipto, la invención de los encajes de bolillos. Aunque, otras tesis otorgan el mérito a Grecia, desde donde se difundió por el Mediterráneo, fundamentalmente a Italia, Persia y Arabia.
Orígenes tan difusos han permitido que España, Italia y Flandes mantengan, desde antiguo, una larga disputa por atribuirse la invención de esta labor. No obstante, se sabe que, desde el siglo XV, largas caravanas de mercaderes iban de Auvernia a España; de ésta, a Italia y, de allí, a Flandes (y a la inversa) comprando y vendiendo encajes por donde pasaban. Diversos estudios atribuyen la aparición del Encaje en la Mancha a la implantación en Almagro de los Fugger, Fúcares en la lengua Castellana, aquellos banqueros holandeses que llegaron a España y que se acomodaron en Almagro haciendo negocio no sólo con la banca sino también con las minas de azogue.
En la actualidad, diversos documentos demuestran la existencia de un encaje español en épocas remotas, con anterioridad a otros países europeos. Tan antiguos como los tejidos del ajuar funerario de la Cueva de los Murciélagos, en Albuños (Granada), donde se encontraron más de cincuenta esqueletos vestidos con atuendos de esparto realizados con tejidos especiales. O las pinturas rupestres del Paleolítico que presentan figuras humanas con adornos flotantes, a modo de flecos. que debieron hacerse con tejidos de fibras vegetales, cabellos y correas y desarrollaban nuevas técnicas (trenzado, punto de malla y costura).
Desde ese momento, el encaje recibió diversas denominaciones. Los más antiguos, hechos con fibras y destinados a la decoración, hacen referencia al género pasamanería, cuya técnica agrupaba torsiones, cruces, trenzas, tramados y guipures, a los que se unieron, más tarde, puntos anudados y bucleados. Más tarde, en la Edad Media y el Renacimiento se utilizaron los vocablos randa y cairel. Precisamente, del siglo XI, un trozo de tela de la casulla de Santo Domingo de Silos evidencia el desarrollo de los encajes de oro y, concretamente, posee uno de guipur, de hilos metálicos, en forma de franja.
La palabra encaje, como tal, no hizo su aparición hasta la primera mitad del siglo XVI, y quería significar «una labor tramada, encajada entre dos telas». Fueron momentos en los que el uso del encaje se extendió por todas las clases sociales (siglos XV, XVI y XVII), hasta el punto que los reyes promulgaron un decreto para limitarlos. Así, en la primera mitad del siglo XVII, Felipe III prohibió el uso de blondas y encajes, lo que hizo decaer la producción y el comercio, sobre todo, en La Mancha. Y Carlos II, en 1667, dispuso incrementar la introducción de géneros extranjeros.
En el siglo XVIII, el encaje de bolillos se vio amenazado por las máquinas capaces de reproducir sus modelos, mas no fue hasta los primeros años del XIX cuando un tejedor de Lyon, José María Jacquard, inventó una máquina de tejer encajes. Los primeros sólo eran fondos que se adornaban posteriormente a mano; pero, luego, consiguió obtener encajes donde se incluía la decoración.
Orígenes de Granátula según un diccionario antiguo
Orígenes de Nuestro Pueblo según un Diccionario Antiguo
Granátula con Ayuntamiento en la Provincia de Ciudad Real. (5 leguas), partido judicial de Almagro, perteneciente al Campo de Calatrava situado en una cañada con pequeñas sierras al Norte, goza de benigno clima, reinan los vientos S. y NE., y se padecen algunas intermitentes y pulmonías. Tiene 365 casas pequeñas, 3 más regulares, la de Ayuntamiento, cárcel y pósito, que forman dos plazas y 6 calles empedradas, llanas y con bastante regularidad, hay escuela de primeras letras dotada con 2.200 reales de los fondos públicos, a la que asisten 140 niños, 3 privadas de niñas a las que asisten 60 mediante una corta retribución; Iglesia parroquial dedicada a Sta. Ana, con curato de primer ascenso y provisión del tribunal especial de las Ordenes militares; el edificio es moderno y de buena fábrica con 3 medias naranjas, y la torre de piedra; una Ermita del Santo Cristo de la Resurrección y en las afueras el cementerio. Se surte de aguas potables en un pozo con su brocal de piedra, que por tener 2 veneros, uno de agua dulce y otro de agria, se mezclan y forman un gusto muy grato, brotando además por muchos puntos manantiales ferruginosos y existiendo muchas norias, para riego de las patatas, panizos y forrajes.
Comprende una sola casa de campo denominada de Torrubia, del nombre de su dueño, una legua al S.E. de la misma; en la misma dirección se encuentra el santuario de Ntra. Sra. de Azuqueca ó Zuqueca situada, en las ruinas de la antigua ciudad de Oreto. Lo baña el río Jabalón a distancia de media legua el cual pasa al pie del santuario en donde tiene el famoso puente romano llamado de Bebio. El terreno es todo llano, de naturaleza caliza de mediana calidad para granos y arbolado de olivos. Los Caminos vecinales, de rueda y sin tropiezos el Correo se recibe en Almagro por valija tres veces a la semana. Producción de trigo, cebada, centeno, aceite y vino; se mantiene ganado lanar, el vacuno y mular necesario para las labores y se cría caza menor y escasa pesca de Lampreas. Se exporta el aceite por los arrieros.
Este pueblo empezó a formarse de unas casas – cortijos del vecindario de Almagro. Su primer libro parroquial de bautismo data de principios del año 1.577 en cuyo tiempo se fabrican la iglesia y aumentándose sucesivamente el vecindario. Era dependiente de Almagro, hasta que en 1.712 por privilegio de D. Felipe V, se le concedió el título de villa mediante cierto donativo en granos.
Orígenes de Granátula
Alketib, historiador árabe, tuvo el nombre de Granátula por bárbaro y extraño a su lengua. En efecto, el nombre de Granata del que se deriva Granátula es latino y significa pequeña panera o granero, aludiendo a la fertilidad y riqueza de su suelo.
Verosimilmente debió Granátula su origen al abandono de Zuqueca ocurrido a principios del siglo XIII, recibiendo con sus habitantes la fe, la herencia y las tradiciones de la antigua ciudad. Enclavado más tarde en los límites que Alfonso VIII señalo a la Orden de Calatrava, ésta fundó en el un beneficio curado. Durante el dominio de ésta formaba parte de la mesa maestral, y después de su incorporación a la corona quedó unida a Almagro como una aldea o anejo de esta ciudad.
Merced a un donativo de mil doscientas cincuenta fanegas de cebada y treinta caballos que este pueblo hiciera a Felipe V en la guerra de sucesión consiguió el privilegio de Villa el 3 de Marzo de 1.712. Según en el diploma se refiere, en esta fecha constaba Granátula de 318 vecinos. Con gran entusiasmo abrazaron estos la causa del Duque de Anjou. No les pareció bastante el donativo anterior, sino que repetidas veces concurrieron al triunfo de aquella causa con hombres y dinero; no siendo de extrañar que por esta razón, el que tanto los triunfos parciales como los decisivos de Almansa y Villaviciosa, fueran por ellos celebrados con festejos y regocijos populares, consignando en publico documento todo el ardor de que se hallaban poseídos. Utrtech, con su tratado puso fin a tan sangrienta guerra, pero no quedó satisfecho el pueblo de Granátula con celebrar tan venturoso acontecimiento, sino que estableció una función religiosa anual de acción de Gracias por el bien que habían recibido de la Providencia al darles un príncipe, que logró restaurar las desdichas y desventuras del reinado anterior.
El día 1 de Abril de 1.809 penetró en Granátula el primer regimiento francés, a la sola noticia de su aproximación huyeron sus habitantes a los montes cercanos buscando en ellos abrigo. El enemigo en cambio desahogó su furor en los pocos que no pudieron huir; robos, saqueos, incendios, malos tratos y crueles vejaciones, de todo fueron víctimas, sin que uno sólo lograra librarse de la saña de aquella soldadesca brutal. El jefe de aquella fuerza les obligó además a jurar fidelidad a José Bonaparte en el Ofertorio de la Misa mayor del Domingo siguiente.
Además del templo parroquial, de notable belleza tenía Granátula consagradas al culto y decorosamente dotadas las Ermitas de Santa Columba y San Blas Obispo y Mártir, extramuros, bendecida esta última por el Ilmo. Sr. Obispo de Troya el 13 de Diciembre de 1.632. La de Ntra. Sra. de VaIdeleón, que la tradición hace exceder en antigüedad al templo parroquial, la de San Sebastián y la del Calvario dedicada a la Resurrección del Hijo de Dios y abierta al culto por el Ilmo. Sr. Obíspo de Arcadia el l7 de Noviembre de l.661. Todas ellas concluyéronse de arruinar durante la guerra civil.