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Economía de las personas: Una visión sistémica

Debe entenderse el mercado como la representación institucional de los procesos de intercambios entre las personas y sus distintos potenciales.

Enlazando con los planteamientos anteriores, aceptar la idea de asignación de recursos escasos a alternativas y fines que compiten entre sí equivale a aceptar como problema central la asignación de los recursos. Pero esto es hacer las  cosas eficientemente y no hacer las cosas buenas. Evolucionemos y pasemos a una concepción de la economía donde no hay referencia sobre son esos fines que compiten entre sí. Incluso tampoco sobre quién hace la asignación de recursos, es decir, de quien selecciona unos fines sí y otros no, ya que serán las personas organizadas quienes lo harán. El problema económico se mueve del plano individual a un plano de grupos, a un sistema mayor, de gobierno para sí aplicable a todo el mundo.

Buchanan afirma que si se define el problema como una asignación de recursos, lo que sucede es que se crea una solución más o menos automática; una ecuación donde hallar el benefició máximo posible de acuerdo a algún criterio. Por tanto una solución matemática, un mero problema de cálculo.

La economía sin embargo debe ser vista como la ciencia que se ocupa de las personas. Y por tanto ocupados de la relación positiva entre los individuos en una interacción que es de beneficio mutuo, lo que supone relaciones y asociaciones de cooperación entre ellas, incluso en el caso de poseer distintos intereses cada uno de los miembros. ¿Qué hacemos entonces los economistas empeñados en la ocupación en los recursos?

Nos dejamos engañar en el concepto de mercado en competencia perfecta. Si fuera real la acción personal en un contexto social y organizacional sería un mero problema de suma y resta. Cosa además inexistente ya que las reglas de la competencia se establecen con gobiernos, etc. que ponen límite a la acción humana, mientras éste mantiene la presión de la conducta del intercambio[1]. Llegamos a un sofisma, no existe explicación en el modelo de competencia perfecta excepto cuando se cambian esas variables exógenas, no ha lugar para el intercambio interno real que hacen las personas. El mercado no es un medio para alcanzar una meta.

Cae por su peso el concepto de eficiencia surge el de efectividad. De poco sirve que se consuman cada vez menos recursos en producir bienes y servicios con eficiencia, si lo que se elabora no sirve para nada, mientras no se produzcan las cosas buenas. Consumiremos menos recursos en fabricar más kilos de potingues antiarrugas, pero si cada día mueren 24.000 personas por hambre[2]o por causas relacionadas con él ¿dónde está la eficiencia?

La economía estudia es sistema completo de relaciones de intercambio. Y volviendo a citar a Buchanan, en su obra “What should economists do” desea que los economistas pongan su atención en las instituciones, las relaciones entre personas en cuanto a ser ellas partícipes voluntarios en actividades organizada de comercio e intercambio en su sentido amplio. Y esto es puro DO, un proceso enfocado culturalmente en un plano superior, con una perspectiva total de sistema; donde el trabajo del economista es incrementar la efectividad mediante el bienestar de las personas que las componen interviniendo en los procesos y relaciones.

Hay que eliminar la concepción actual de mercado donde unos revenden a otros. Hasta ahora no se han analizado los procesos que existen dentro del mismo. Tampoco se ha tenido en cuenta la libertad de las personas, es más ésta poco o nada importa en el modelo actual, según mi opinión.

En la nueva concepción seguirá la motivación de las personas para acceder al mercado haciendo su posición mas eficiente, mejor que la anterior (eso no supone que no existan instituciones ineficientes en tanto y en cuanto no aparezca otra que lo haga mejor). Pero esa posición se eleva al sistema, se observa a los individuos que colaboran unos con otros, que llegan a acuerdos, que comercian. La red de relaciones que surge o evoluciona en el proceso comercial se denomina “mercado”. Si esta teoría es cierta todo este sistema, estos procesos y estas relaciones obedecen únicamente a aquellos propósitos de las personas.

Y hay que considerar el grupo. Los miembros de una comunidad, en el mercado, pueden y deben crear instituciones para actividades comunes, acuerdos voluntarios para resolver problemas, si bien, la historia nos ha demostrado que este tipo de organizaciones no proliferan. No parece lo más lógico que las personas hagamos siempre, quizás por comodidad, una transferencia, voluntaria por supuesto, a algún tipo de autoridad con poder de coerción para realizar estas tarea. Estamos en el nivel legal cubriendo la economía tanto las organizaciones privadas como las públicas.

La diferencia entre Economía y Política quedará en las relaciones que se establecen entre las personas. El enfoque económico es el que pone atención en las relaciones entre las personas cuando ellas con libertad intercambian, siendo relaciones entre iguales. En el enfoque de la política las relaciones son diferentes porque implican el uso del poder, de la fuerza por una de las partes.

Huelga decir que esto supone que la concepción de la política actual no sirve. Su principal objetivo debe ser defender a ultranza la libertad de las personas en el intercambio dentro del sistema, siempre y cuando la relación sea entre iguales. Y no en intervenir en el mercado creando externalidades. Exclusivamente lo hará cuando deba imponer la coerción. Los problemas de hoy derivan de las soluciones de ayer (Senge[3]).

[1]Adam Smith. “Teoría de los sentimientos morales”. Ed. Alianza Editorial, 2004.

[2]Según la  Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAOS) se estima que unos 800 millones de personas en el mundo sufren de hambre y desnutrición, una cantidad cerca de 100 veces mayor que el número de personas que efectivamente mueren por esas causas al año. Website www.un.org

[3]Peter Senge.“La Quinta Disciplina: El arte y la práctica de la organización abierta al aprendizaje”. Ed. Ediciones Granica, 2006

Economía: Primero las personas

Amartya Sen[1]en su publicación “Primero la gente” introduce la disciplina de la ética del desarrollo. “Intentamos demostrar que el mundo puede ser diferente”, “que la economía se puede manejar con otros criterios, mostramos muchos ejemplos concretos de cómo se está haciendo en diversos lugares del planeta y que es posible tener esperanzas, pero reclamamos que para ello hay que ¡actuar!”.

Las políticas públicas deben asumir plenamente sus responsabilidades y que cuando mejor funciona la productividad es cuando los trabajadores tienen una participación mayor en los ingresos. También es necesario alcanzar concertaciones sociales entre las política públicas, la responsabilidad social de la empresa privada y la movilización solidaria de la sociedad civil.

La crisis internacional ha mostrado al “Rey desnudo”, sin regulaciones, apelando sólo al egoísmo personal e incentivándolo para producir, con impunidad para buscar el máximo lucro a corto plazo. “Sin valores, la economía puede transformarse en una trampa”. Se requieren regulaciones activas, organismos de control y finalmente la permanente auditoría de una sociedad civil organizada.
Ahora es el momento más oportuno para avanzar en programas alternativos que buscan abrir paso a una nueva economía dedicada a servir a la comunidad.

Korten[2]afirma que el sistema actual se basa en una ilusión, la de que el dinero es riqueza. Pero lo más preocupante es la ilusión que crea en la gente, quienes piensan que son parte de esta riqueza, que son ricos. No nos es extraño ver que en cuanto más desarrollado es un país, hay más personas que viven en la pobreza y todo se reduce a que todas las decisiones se toman en base a la utilidad marginal y a la maximización de los beneficios, del dinero, que benefician a quien ya lo tiene mientras que las que no lo poseen cada vez están mas fuera del sistema.

Propone Korten una nueva economía basada en la localidad, orientada a la comunidad, y dedicada a la creación de una mejor calidad de vida para todos. Prevé un mundo de economías de mercado locales a manos de pequeños empresarios, artesanos, agricultores, entre otros, con fuertes raíces en la comunidad que les permita a su vez mantener involucrados en la producción y el intercambio de bienes y servicios para satisfacer las necesidades de ellos mismos y sus vecinos. Está introduciendo el valor sistema comunitario por encima de los individuos. Concepto parecido al que Itamar en la sesión de 12 de marzo introdujo con los Kibutzs, granja colectiva de Israel. Uno de los objetivos con estas estrategias es acabar con el consumo innecesario establecido hasta ahora en la sociedad.

Fomentar las relaciones de la comunidad y que sea esta la que pueda optar por crear sus propios negocios, empresas familiares, ser propietarios de viviendas y a su vez logren implantar organizaciones que fortalezcan con sus servicios a la sociedad, fortaleciendo sistemas propios.

Si estamos convencidos en este momento, y las personas son lo primero, ya sólo nos queda enfocar una economía que lo permita.

[1]Amartya Sen y Bernardo Kliksberg . “Primero la Gente”. Ediciones Deusto, 2008.

[2]David Korten. “When corporation rule the world”.  Ed. Kumarian Press, 1995.

Entrevista para la Universidad Oberta de Cataluña

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Juan Jesús Donoso: «No he hecho un plan de negocio personal, he puesto en la balanza siempre lo primero: la economía de las personas»

 

Juan Jesús Donoso (Madrid, 1969) es, desde hace dos décadas, director económico de Cruz Roja Española. Durante este tiempo no ha dejado de formarse y, entre otros, ha cursado dos másteres en la UOC. Además, es docente del posgrado de Gestió i Administració d’Entitats no Lucratives de la UOC. «Si te desprendes de la parte académica y no la mezclas con la parte real, pierdes mucha capacidad de dar respuestas», asegura. En esta entrevista habla especialmente de sus ideas sobre la economía y las ONG.

En tu perfil de Twitter lo primero que leemos es «economía de las personas». ¿Qué significa?

La idea surgió haciendo un máster de Consultoría y Desarrollo Organizacional en la Universidad de Valladolid. Escribí un libro titulado De la economía de mercado a la economía de las personas, donde reflexiono sobre si la economía está actualmente concebida para las personas o para mantener estructuras que no tienen por qué estar directamente relacionadas con lo que las personas necesitan.

Entiendo que tu forma de concebir la economía es la primera. ¿Desde cuándo?

Una cosa es cuándo lo escribo: cuando surge la necesidad de plasmarlo. Pero creo que desde pequeño he sido muy colaborativo, siempre he estado muy ligado a asociaciones y actividades, tanto en Madrid como en el pueblo de origen de mi familia, Granátula de Calatrava, en Ciudad Real. Aunque he sido una persona contradictoria: a la hora de escoger carrera, puse tres opciones muy dispares: económicas, telecomunicaciones y medicina.

Tenías una nota de corte alta.

Sí, y eso me permitió entrar en la primera opción de la lista: económicas. Soy de ciencias, pero también escribo libros de historia. Estas contradicciones, aplicadas a la economía, pueden abrirte el campo de visión, para que no te focalices en lo que muchas veces se da por sentado: que el beneficio es exclusivamente el resultado económico. En mi opinión, el beneficio es mucho más amplio. Existen muchas facetas en las que se puede distribuir.

Como por ejemplo…

En la empresa, en medidas de conciliación o en la posibilidad de desarrollar la carrera profesional, pero también tu vida personal; o en poder hacer cosas relacionadas con tu trabajo, pero que benefician a la sociedad; en la responsabilidad social… La economía no se puede entender exclusivamente como un problema de restricción de recursos. Hay que pensar dónde ponemos los recursos, no que son escasos. Para mí la ciencia económica es aquella que se ocupa de las personas, de sus decisiones y acciones.

Desde 1994 estás vinculado a Cruz Roja Española, una entidad sin fines lucrativos. ¿Cómo empezaste?

En realidad, como becario y sin conocer absolutamente nada de la entidad. Tenía una imagen más sanitaria de Cruz Roja, la imagen típica de las ambulancias y los hospitales, una imagen que se rompió a los tres días. Me di cuenta de que Cruz Roja está en todos los planes sociales donde podamos encontrar personas vulnerables, desde la infancia hasta las personas mayores, pasando por las personas estigmatizadas o excluidas. Por ejemplo, en el momento en el que empecé, una necesidad importante era atender a las personas con VIH.

Eran los años noventa. ¿Cómo evolucionaste hasta dirigir las cuentas de la entidad?

Era diplomado en Empresariales y llegué para implantar un cuadro de mando en la institución en el área de actividad, no en la de economía. Fui creciendo a medida que fui pasando por distintos departamentos y ahora hace ya veinte años que dirijo las cuentas de Cruz Roja.

En todos estos años has pasado de tener una diplomatura a contar con una licenciatura, cuatro posgrados y cuatro másteres, dos de los cuales de la UOC. Además, estás haciendo la tesis doctoral. Parece que apuestas por la formación continua.

Sí, es básica. Si te desprendes de la parte académica y no la mezclas con la parte real, pierdes mucha capacidad de dar respuestas. También es importante investigar. Pertenezco a una comisión de la Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas, que investiga y publica sobre las entidades sin fines de lucro.

Cruz Roja es una entidad inmensa. ¿Qué números se barajan en las cuentas de la filial española?

Lo primero sería decir que no es una filial: es una entidad constituida en España que es miembro de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. También es necesario decir que es una entidad de derecho privado, no público como se piensa a veces. En España tenemos un presupuesto que oscila alrededor de los 600 millones de euros anuales y no es comparable con el mundo privado, porque este dinero no incluye la inmensa contribución del voluntariado. Tenemos más de 1.350.000 socios y socias que hacen aportaciones periódicas. Y más de 220.000 personas voluntarias, que son nuestro tema central (leitmotiv): somos una organización de voluntariado. Además, trabajan unas 11.000 personas con contrato laboral, que en ciertos momentos del año aumentan. En mi opinión, el objetivo sería que no fuéramos necesarios, pero mientras haya necesidades, ahí estaremos, en más de 1.000 puntos de España.

Imagino que una parte de vuestra actividad es más estable, pero que hay otra más relacionada con contingencias y situaciones de emergencia, ya sean nacionales o internacionales. ¿Cómo se gestiona un presupuesto así?

Tenemos un presupuesto ordinario, más estable, y luego están los presupuestos extraordinarios. Por ejemplo, en España ahora estamos atendiendo a miles de personas asiladas, a las que damos apoyo y refugio, en parte gracias a un convenio con el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Pero tenemos capacidad para atender emergencias nacionales gracias a la estructura que habitualmente da apoyo en servicios preventivos: voluntarios formados y personal que coordina; todos se ponen a disposición de la entidad en situaciones excepcionales.

¿Esto también es así en el caso de las acciones internacionales?

En este caso cada año destinamos, de los fondos propios, un porcentaje de al menos el 1 % del presupuesto total a las acciones internacionales; además, empleamos los fondos públicos y privados obtenidos para tal fin y, si fuera necesario, hacemos campañas de captación. En el ámbito internacional, además de atender las grandes emergencias, llevamos a cabo una importante actividad de ayuda al desarrollo.

Como comentabas, uno de los grandes pilares de Cruz Roja es el voluntariado. Eso la distingue respecto a otras ONG, ¿verdad?

Cruz Roja existe porque tiene voluntarios: el presidente y los presidentes provinciales son voluntarios, muchos de los directivos son voluntarios, y también las personas que atienden a la población en el ámbito local y en cualquier otro lugar. Los trabajadores están al servicio de los voluntarios coordinándolos.

¿Qué hay de la financiación pública?

No hace mucho tomamos la decisión de intentar que las tres grandes líneas de captación de fondos estuvieran equilibradas: subvenciones, prestación de servicios y la parte que aportan los socios y donantes. En parte fue porque, con la crisis, notamos una caída de las subvenciones, especialmente en el ámbito autonómico y local. También notamos que, en los concursos públicos para prestaciones de servicios, se pasó de valorar varios factores a valorar en exclusiva el precio. Y nosotros no queremos entrar en la competencia feroz y salvaje. Afortunadamente, la solidaridad del pueblo y las empresas españolas es tremenda y las aportaciones siguieron creciendo.

Se dice que depender menos de la financiación pública significa más independencia, pero ¿es bueno que los gobiernos se desentiendan de la ayuda a organizaciones con fines humanitarios?

No lo sé, es muy difícil responder a esa pregunta simplemente con un sí o un no. Es el yin y el yang, la cara y la cruz. Nosotros cubrimos y atendemos determinadas carencias sociales, pero la responsabilidad última sigue siendo de las administraciones. Dicho esto: si estás muy ligado a una administración y todos tus ingresos provienen de ella, eso puede matizar tu toma de decisiones. Por eso nosotros decidimos compensar los ingresos, distribuirlos. Para mí, las ONG tenemos los papeles de defensa de derechos, de concienciación de la sociedad y de creación de demandas sociales que van más allá de la prestación de un servicio y que, cuando se consiguen, nos permiten retirarnos.

Recientemente, la sociedad europea se ha escandalizado por el caso del gasto indebido de fondos de Oxfam Intermón en trabajadoras sexuales. ¿Era complicado controlarlo?

Es difícil de controlar, pero no es imposible. Lo preocupante no es que salga un caso en un momento determinado: en todo cocido siempre hay un garbanzo negro. Lo importante es tener las estructuras y los controles internos adecuados y tomar medidas en su caso, como son los códigos de conducta, etc. Es esencial disponer de las barreras necesarias y los elementos de control y, si se detecta algún caso, tomar las medidas correctivas oportunas.

¿Quizás también es importante contarlo?

Es difícil dar una respuesta a esa pregunta cuando se es alguien que no se dedica a la comunicación. Quizás me repita, pero creo que lo importante son las estructuras y los controles internos, y también ser transparente en todo el proceso.

Sea como fuere, ¿el mundo es mejor con las ONG?

Su existencia tiene mucho que ver con la crisis del estado de bienestar, cuando se detecta que no se están cubriendo las necesidades básicas. Van surgiendo personas que se organizan, incluso para dar cobertura a sus propios problemas. En general, a las ONG no les importa de qué lado estén las personas, solo que hay que atenderlas, hacer una sociedad mejor. En la medida en que cubren una necesidad social, todas las ONG me parecen buenas. ¿Por qué no?

¿Con qué nivel de optimismo ves el futuro de la humanidad?

Ahora mismo, si te digo la verdad, lo veo perdido. Ha habido dos sistemas económicos claros: capitalismo y socialismo. Lo que tenemos en España lo denominaríamos capitalismo, pero esta palabra significa exaltación del capital. Entonces, ¿cómo es posible que el dinero esté retribuido a tipo cero o negativo, que haya personas que no son capaces de obtener financiación a la vez que otras no pueden obtener remuneración de sus ahorros, que existan compañías que pierden dinero año tras año y valgan miles de millones de euros o dólares? Eso sí, manejan muchísima información de todos, los llamados macrodatos o big data. ¿De verdad esto es capitalismo o es otra cosa? Si fuera capitalismo, los economistas tendríamos herramientas.

Y en este contexto, ¿cómo ves tu futuro, después de tanta experiencia en Cruz Roja?

Si te digo la verdad, no me he hecho esa pregunta. Sí he tenido muchas propuestas tentadoras del sector privado, ofertas concretas. Pero al final no he hecho un plan de negocio personal, he puesto en la balanza siempre lo primero: la economía de las personas.

Crisis, ¿éxito en su salida?

La crisis se trata de un fenómeno “normal” y recurrente que sucede periódicamente en los mercados. Lo que pudiera diferenciar unas crisis de otras normalmente es su profundidad y su extensión.

Pero este análisis es muy pobre. Hace años que la economía está dando síntomas de una grave enfermedad, siendo sostenida en su declive añadiendo más leña al fuego. La palabra Capitalismo está compuesta por los vocablos Capital e Ismo, es decir Exaltación del Capital. ¿Cómo es posible que estando en una exaltación del capital durante años el Capital haya sido regalado a todo aquel que lo demandaba? ¿Cómo es posible que artificialmente y por arte de los Bancos Centrales se haya mantenido el tipo de interés real del dinero por debajo de la inflación? ¿Cómo es posible que la masa monetaria haya crecido muy por encima del crecimiento de la productividad? Esto en mi pueblo se le denomina “Pan para hoy y hambre para mañana”[1]. Y estamos en el Mañana, quedan muchos años de hambre. El análisis de la actual situación de los mercados efectuado en base a los conceptos de la Teoría Económica Comprensiva[2], reconoce que lo expuesto (en los términos de las concepciones económicas convencionales) es correcto; pero va más allá y abre a otra dimensión de las crisis, que la pone en una perspectiva histórica y económica que nos permite verla no solamente como más profunda y extendida sino como cualitativamente distinta. Más aún, nos pone en la perspectiva de comprender que las respuestas “normales” o habituales, aplicadas a las crisis, no tendrán los efectos esperados, es decir, no conducirán en esta ocasión a una real superación y salida de la crisis.

La salida “normal” de una crisis financiera “normal” consiste en combinar en una adecuada proporción de tres elementos:

  1. a) la pérdida de valor de los activos de los acreedores;

  2. b) la pérdida que deben asumir los deudores;

  3. c) la pérdida que necesariamente ha de afectar al conjunto de los otros agentes económicos (consumidores, empresarios, trabajadores, etc.) vía inflación y vía contracción económica.

De este modo se obtiene que la pérdida, el daño y el dolor que provoca la crisis se reparta entre los diferentes sectores involucrados. Estos procesos son cuidadosamente vigilados por los Gobiernos (políticas fiscal, tributaria, regulatoria, subsidiaria y de incentivos, rescate de bancos, etc.) y por las autoridades monetarias o bancos centrales (tasas de interés, emisión monetaria, tipo de cambio, etc.).

Todo ello está de hecho ocurriendo. Pero desde el punto de observación que nos proporciona la Teoría Económica Comprensiva, podemos ver algo más, por debajo y más allá de todo lo indicado. Desde esta óptica apreciamos básicamente dos fenómenos de incalculables consecuencias:

El primer fenómeno es un cambio que se está cumpliendo en la naturaleza o “esencia “del dinero. Y como el dinero es –en el actual sistema económico- el elemento articulador de los mercados y de la economía en su conjunto. El nuevo concepto económico neoliberal está significando una desarticulación estructural muy profunda de los determinantes del mercado, de modo que no podrá resolverse la crisis sino mediante una reforma institucional, jurídica y política. Entendamos: el mercado continuará funcionando, pero en crisis, que se prolongará hasta que se cumplan dichas reformas.

El segundo fenómeno, estrechamente conectado al anterior, es una mutación al nivel de las relaciones entre los agentes económicos privados y los agentes económicos públicos, tal que los equilibrios que han permanecido sin cambios sustanciales durante las últimas seis décadas ya no se sostienen, planteando la necesidad de redefinir las relaciones entre economía y política; y entre ambas y el ser humano y las personas. Y de ahí el surgimiento de nuevas ideas políticas, nuevas formas de entenderla, movimientos extremos, movilizaciones sociales, etc.

Y todo eso se produce porque la salida de la crisis se ha efectuado ajustando los salarios y pensiones, bajando los ingresos de la clase media, incrementando el nivel de empleo a costa de salarios más bajos. El ajuste ha sido soportado por las personas que perciben rentas del trabajo y asimiladas. Y el efecto también consecuente de disminuir la capa de la clase media incrementando los polos opuestos: personas en nivel de pobreza o semi pobreza cada vez más numeroso y a la vez incremento de la riqueza en manos de unos pocos básicamente procedente de rentas distintas de las del trabajo.

[1] Un pueblo manchego, en esa Mancha que describió Cervantes. Su nombre Granátula de Calatrava. www.granatula.net

[2]  Luis Razeto Migliaro: “Fundamentos de una Teoría Económica Comprensiva. Libro tercero de Economía de Solidaridad y Mercado Democrático.” Ediciones PET, Santiago, 1994.

¿Crisis del capitalismo? ¿Crisis del mercado?

A menudo quienes aspiran o activamente se esfuerzan en construir “otra economía” –más justa, solidaria, no capitalista-, tienden a observar la economía dominante como experimentando una crisis profunda, y esperan que de algún modo sobrevenga un colapso, una demolición, una paralización del mercado, por efecto de su propio peso, de sus contradicciones internas, de sus crisis. Se piensa que cuando ocurra el colapso del mercado será el momento de “otra economía”. En presencia de lo que parece ser hoy el comienzo de una “gran crisis” económica, muchos anuncian que está a punto de verificarse el fin del capitalismo y, por tanto, que se abre la oportunidad para que la “otra economía” se despliegue como la gran solución.

Más allá de que palabras como “derrumbe” o “colapso”, aplicadas a la economía son solamente metáforas. El mercado no se detiene, no deja de funcionar, no se derrumba (a menos que sobrevenga una catástrofe que destruya la vida social, por causas exógenas al mercado como tal), por más que experimente crisis financieras y económicas de considerable envergadura. Porque el mercado es la interacción y la coordinación de las decisiones de producción, distribución y consumo que efectúan permanentemente las personas y sus organizaciones. Desde que existen, y mientras existan seres humanos y organizaciones, ha habido y habrá intercambios entre ellos, y el mercado seguirá funcionando.

El mercado es un ser vivo y cómo tal experimenta transformaciones que pueden ser muy profundas, estructurales. Las transformaciones más importantes y profundas, las experimenta el mercado cuando ocurren en la sociedad fenómenos que impactan profundamente la vida colectiva, tales como guerras (de las que hay que decir por macabro que parezca que siempre han sido motivo de desarrollo económico y social), devastaciones naturales, descubrimientos o conquistas de nuevos territorios, innovaciones tecnológicas de alto impacto, incorporación o agotamiento de importantes fuentes de energía, revoluciones sociales, instauración de un nuevo sistema político, etc. En tal sentido, es esencial comprender que el mercado se encuentra determinado, que no existe en sí mismo, que no funciona exclusivamente en base a sus propias dinámicas internas. El mercado es siempre un “mercado determinado”. En tal sentido, no puede descartarse que el mercado llegue a colapsar, hundiendo a las sociedades en un abismo de decadencia catastrófica; pero ello no puede ocurrir por causas inherentes al funcionamiento del mercado mismo, sino por impactos exógenos.

>No obstante lo anterior, debe reconocerse que el mercado es capaz de resistir impactos exógenos muy fuertes, frente a los cuales reacciona conforme a sus propias dinámicas internas. Una guerra mundial o una guerra civil pueden alterar drásticamente la conformación del mercado y la participación en él de los sujetos, pero el mercado sigue funcionando en esos contextos modificados. El mercado sigue funcionando y reacciona con sus propias racionalidades cuando se producen catástrofes naturales, cambios tecnológicos, disminución de los recursos y fuentes de energía, etc.

Las dinámicas internas del mercado, en el sentido de sus ciclos, sus crisis y sus fases de expansión, los fenómenos de inflación y crecimiento, estancamiento o depresión, sus cambios a nivel de los sistemas e instituciones monetarias y financieras, sus procesos de concentración y distribución de la riqueza, son dinámicas que pueden impactar muy hondamente el funcionamiento de la producción, la distribución de la riqueza, los niveles de consumo y los ritmos de crecimiento. Pero por sí mismas, tales dinámicas no conducen a una interrupción del funcionamiento del mercado, no lo detienen, no lo hacen colapsar en el sentido de un edificio que se cae y del que sólo quedan escombros que recoger. Los cambios y las crisis más hondas que puede experimentar el mercado como efecto de sus propios desequilibrios y “contradicciones” no llevan a que el mercado como tal desaparezca ni deje de funcionar, aunque ciertamente podrán afectar muy seriamente los niveles riqueza y pobreza y condiciones de vida de las personas, las organizaciones y empresas, los pueblos, las naciones y los estados.

El mercado en su funcionamiento interno puede marginar e incluso expulsar a determinados sujetos que participan en él. Es más comparto el pensamiento sociológico de Bauman[1] que nos lleva al final a la conclusión de que los pobres son daños colaterales (como eufemísticamente se dice ahora) del sistema; sin pobres no hay clase media que fundamenta el capitalismo. De hecho, en el mercado las más grandes e importantes empresas pueden caer en bancarrota, los países más ricos pueden entrar en decadencia, otros pueden entrar en situaciones de gran pobreza y miseria, y muchísimas personas pueden perder todos sus bienes y recursos. Pero lo más seguro es que el mercado siga funcionando, con nuevos, con distintos, e incluso con menos integrantes; pero se ve menos afectado de lo que se cree, por lo que ocurra a tales o cuales individuos, a tales o cuales grandes empresas, a tales o cuales países.

En el mercado participan de hecho todos los sujetos, individuales y colectivos, todas las organizaciones e instituciones, todos los Estados y las comunidades, todos los países y las regiones. La participación de cada uno de estos sujetos, sin embargo, puede ser y de hecho es muy diferenciada, en cuanto unos participan más y otros menos, pero todos los sujetos fundamentan el sistema. Es más por duro que parezca el estado del bienestar es base y pilar del sistema capitalismo manteniendo los “daños colaterales” dentro de unos parámetros aceptables por la sociedad, formando parte de este sistema las Organizaciones No Gubernamentales, Tercer Sector, etc. como guardianes para que la pobreza no se extienda dentro del sistema.

Alguien (un sujeto individual o colectivo de cualquier nivel que sea, incluido un país, o un grupo de países de una región del mundo) podría “salirse” del mercado y seguir subsistiendo, pero ello implica dos condiciones básicas. Una, que se haga totalmente autosuficiente en el sentido de ser capaz de proveerse de todos los bienes y servicios que necesita; y dos, que limite sus necesidades exclusivamente a aquellas respecto de las cuales puede proveerse autónomamente de lo indispensable para satisfacerlas. Condiciones éstas que, si bien se las examina, implican sacrificios extremos para quienes intenten cumplirlas. “Otra economía” que quiera hacerse independiente de las dinámicas del mercado, deberá asumir los costos que ello implica, y entre sus participantes deberá construir su propio mercado, acentuando las interacciones e intercambios entre quienes la integran. En tales intercambios entre sus integrantes, como también en los intercambios que estos establezcan con los del mercado general, podrá manifestarse la racionalidad diferente que las caracteriza, en cuanto actúen y se relacionen manteniendo sus principios, sus valores, su ética y sus modos propios de comportarse. Esto vale también para países completos que pretendan independizarse del mercado y de su crisis, e incluso para grupos de países de una entera región.

[1] Zygmunt Bauman. “Tiempos líquidos”. Ed. Tusquets Editores, 2007. La expresión tiempo líquido, acuñada por Zygmunt Bauman, intenta explicar el tránsito de una modernidad «sólida» –estable, repetitiva– a una «líquida» –flexible, voluble– en la que las estructuras sociales ya no perduran el tiempo necesario para solidificarse y no sirven de marcos de referencia para los actos humanos. Pero la incertidumbre en que vivimos se debe también a otras: la separación del poder y la política; el debilitamiento de los sistemas de seguridad que protegían al individuo, o la renuncia al pensamiento y a la planificación a largo plazo: el olvido se presenta como condición del éxito. Este nuevo marco implica la fragmentación de las vidas, exige a los individuos que sean flexibles, que estén dispuestos a cambiar de tácticas, a abandonar compromisos y lealtades. Bauman propone un acercamiento que no busca respuestas definitivas, “como quien tantea para ver si hace pie antes de lanzarse a un río que, sobre todo hoy, nunca es el mismo”.

Reflexiones sobre la estupidez económica humana

Aunque pueda parecer demasiado duro, el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define “Estupidez” como “Torpeza notable en comprender las cosas”. Y el ser humano, al menos desde mi punto de vista, parece no haber entendido que la economía es una ciencia social que se ocupa de las personas, de sus decisiones y acciones y no de la acumulación de capital ni de la distribución de los recursos escasos.

Y como muestra veamos unos paradigmas.

Paradigma a)

  • Las tres personas más ricas del mundo, Bill Gates, Carlos Slim y Warren Buffet[1] acumulan una fortuna de 120 billones de dólares.

  • El producto interior bruto de los 48 países más pobres del mundo asciende a 78,2 billones de dólares. Con él malviven 2.500.000.000 (dos mil quinientos millones) de personas.

Paradigma b)

La distancia entre los países más pobres de la tierra y los más ricos se ha incrementado en los últimos años.

  • 3 a 1 en 1820.

  • 11 a 1 en 1913.

  • 35 a 1 en 1950.

  • 44 a 1 en 1973.

  • 72 a 1 en 1992.

  • 106 a 1 en 1994.

  • 198 a 1 en 2008.

Paradigma c)

Del análisis de los gastos globales en el año 2008 (datos en billones de dólares), se destinaron 6 billion $ a educación básica en el mundo. El gasto en otros conceptos en el mismo ejercicio en billones de dólares fue de:

  • Cosméticos en los Estados Unidos 8

  • Agua y saneamiento en el Mundo 9

  • Helados en Europa 11

  • Salud reproductiva para todas las mujeres del Mundo 12

  • Perfumes en Europa y Estados Unidos             12

  • Salud básica y nutrición individual en el Mundo 13

  • Comida para mascotas en Europa y Estados Unidos 27

  • Entretenimiento de negocios en Japón             45

  • Cigarrillos (tabaco) en Europa             60

  • Bebidas alcohólicas en Europa             205

  • Drogas en el mundo 600

  • Gasto militar en el mundo 980

¿No es estúpido que destinemos más del doble a alimentar a las mascotas que a la salud y nutrición de las personas en el mundo?

Paradigma d)

Se estima que el número de parados en el mundo (donde existe el trabajo) a finales del año 2009 ascendía a 230 millones de personas, mientras:

  • El 64% de los empleados dicen que está deprimidos, ansiosos y que les gustaría trabajar en otro sitio.

  • El 74% de los trabajadores están desenganchados y se les cae el bolígrafo a la hora de terminar la jornada.

  • El 87% de los trabajadores no le encuentra ningún sentido a lo que hace y sólo trabajan por el salario.

Nietzsche dijo que “Quien tiene un porqué para vivir encontrará casi siempre el cómo”. Y Nelson Mandela acuñó la frase: “Together we’ll build a brighter future” (juntos vamos a construir un futuro mejor).

Y ahora como economista de profesión me pregunto ¿cuál es la aportación actual y cuál debería ser? El dicho dice que sabemos predecir el pasado maravillosamente, pero no tenemos ni idea del futuro. Parafraseando a Buchanan[2], esto es de sentido común, detenerse en algún momento en el andar y consultar un mapa, ver si se está dentro del camino. Después de todo, es responsabilidad profesional el que los propios economistas conozcan el objeto de su materia.

Y analizando al ser humano, una de las propensiones propias es el comercio y el intercambio. Los economistas deberían responder a ello y dejar a un lado la teoría de la asignación de los recursos. Siempre prevalece en la concepción económica, como uno de los problemas que los recursos son escasos, y el conflicto como el de asignación de los mismos a alternativas y fines que compiten entre sí. Aceptar esta idea equivale a aceptar un problema de la cantidad de recursos que es necesaria porque son limitados y es necesario decidir la asignación. Y así para que exista el primer mundo es necesario que exista el tercero asignando las políticas económicas los recursos escasos a: potingues, alimento para mascotas, etc. en el primer mundo, mientras que para el tercer mundo no quedan. No es posible que el ser humano crea que el centro de la decisión es la asignación de los recursos disponibles sino que debería centrarse en la decisión sobre que debe producirse en función de las necesidades de las personas, comerciarse e intercambiarse, si debe incrementarse la producción, mejoras, etc.[3], y si esto es así que lo primordial, lo primero no es asignar los recursos escasos sino la decisión (ante todo que todas las personas tengan cubiertas sus necesidades básicas: alimentación, higiene, salud primaria,…). Hay que hacer las “cosas buenas”.

Pero nada es gratis, y como dice la metáfora del gusano, no hay cambio sin esfuerzo. No hay cosas buenas sin trabajo. Y en la época de adelgace sin esfuerzo, inglés sin esfuerzo, gane dinero sin esfuerzo, haga gimnasia sin esfuerzo (hagan la prueba y pongan la palabra “sin esfuerzo” en cualquier buscador de internet), cuando menos resulta arriesgado hacer una propuesta de cambio cultural que supone el desempeño de todos, máxime cuando los movimientos culturales son complejos y la movilidad de los supuestos básicos es difícil. Por tanto nos queda movilizar a la sociedad (entendida como un sistema), de cuadrante, pasando de misionero a cualquiera de los planos efectivos.

[1] Warren Buffet ha acuñado distintas frases. Una de ellas es “El precio es lo que se paga. El valor es lo que se obtiene.”

[2] James M. Buchanan. “Qué deberían hacer los economistas”. http://www.eumed.net/cursecon/textos/Buchanan-economistas.pdf. Website: www.eudmet.net

[3] Itamar Rogovsky lo denomina hacer las cosas con eficiencia o hacer las cosas buenas. Máster de Valladolid. Sesión del día 12 de marzo de 2010.

¿Cuál es el objetivo de la Economía?

Rememorando un tiempo pasado hoy he decidido actualizar un artículo. Así mientras tomaba un zumo de cebada fermentado buscaba en mi bolsa, esa mochila que siempre me acompaña, unas notas que había tomado hace algún tiempo cuando leía el libro “La inteligencia fracasada” 1. De esas notas me permito entresacar este texto (cuasi literal):

El triunfo de la inteligencia personal es la felicidad. El triunfo de la inteligencia social es la justicia. Ambas están unidas por parentescos casi olvidados. Hans Kelsen, uno de los grandes juristas del pasado siglo, los describió con claridad: “La búsqueda de la justicia es la eterna búsqueda de la felicidad humana. Es una felicidad que el hombre no puede encontrar por sí mismo, y por ello la busca en la sociedad. La justicia es la felicidad social, garantizada por el orden social.” La felicidad política es una condición imprescindible para la felicidad personal. Hemos de realizar nuestros proyectos más íntimos, como el de ser feliz, integrándolos con los proyectos compartidos. Sólo los eremitas de todos los tiempos y confesiones han pretendido vivir su intimidad con total autosuficiencia. De todo esto se desprende un corolario:
«Son inteligentes las sociedades justas. Y estúpidas las injustas. Puesto que la inteligencia tiene como meta la felicidad –privada o pública‐, todo fracaso de la inteligencia entraña la desdicha. La desdicha privada es el dolor. La desdicha pública es el mal, es decir, la injusticia.»

En estos momentos en los que estamos tanto a nivel mundial, como en España, el sistema actual de economía de mercado, de capitalismo, está produciendo fracaso público y privado. ¿Somos estúpidos? ¿Creemos en un sistema que no cree en las personas? ¿Qué sucede con los populismos que están surgiendo en ambos lados del arco político, izquierda y derecha?

Comentaba con un compañero y amigo gallego, sobre el triunfo del sistema capitalista. Hablaba con él y defendía mi tesis, y afirmaba que cuando todo el mundo sostiene que el sistema capitalista está en crisis, es justo lo contrario: nunca el sistema capitalista había demostrado su salud como ahora. Y explico el razonamiento: En el momento actual el objetivo del sistema capitalista no son las personas, éstas no dejan de ser un mero recurso productivo, el factor mano de obra; el objetivo es el mantenimiento del capital. Y así, para preservar el capital y mantener la rentabilidad de éste, se habían tomado una serie de medidas tendentes a ese objetivo. Poco importaba si para ello la cuarta parte de la población tenía que pasar al paro, si los recursos económicos debían destinarse no a las personas, sino al mantenimiento y protección del capital. ¿Dónde está la crisis del sistema? ¿Defiende a ultranza su fin último: el capital? ¿El paro, crecimiento negativo, etc. -eufemismo muy extendido actualmente que intenta esconder la realidad, porque no me negarán que esa expresión no significa crecer decreciendo-, no dejaban de ser más que unas externalidades del sistema? ¿Y para cubrir esas externalidades y hacerlas más compatibles con las personas, sobre todo de cara al mantenimiento de una relativa paz social, no estarían las entidades no lucrativas contribuyendo a la defensa del sistema? ¿Las políticas sociales persiguen que las personas en capas “excluidas” salgan de las mismas o buscan mantener el equilibrio del sistema y por ende la paz social?

¡Cuántas preguntas, y sin muchas respuestas en mi mente!

Para abundar más en la situación en una jornada de puesta en común recordaba las palabras de D. José Herrador Alonso de “Queremos hacer la revolución en las organizaciones, eso es Desarrollo Organizativo”, por supuesto sin perder los valores ya que estos orientan la conducta de la organización y de las personas. Y así el desarrollo organizativo era el aprendizaje organizativo que al final se convierte en el conocimiento tácito, en el aprendizaje tácito. Y a mí me apetecía escribir, es más desearía “hacer la revolución en la economía con el enfoque de Desarrollo Organizativo”.

Llegué al convencimiento de que el planteamiento era una nueva economía basada en el conocimiento y la libertad (que no el libertinaje) como alternativa a una economía basada en el consumismo y el capitalismo, era la aplicación del desarrollo organizacional puro basado en las personas y en el aprendizaje, todo ello en busca de la gestión del cambio; considerando las sociedades como sistemas y como habría que abordar la relación entre las relaciones de los distintos procesos (no sólo económicos, sino políticos, medioambientales, etc.). Una economía basada en las personas.

Actualmente no dejo de escuchar a unos y otros como insisten en recitar viejas teorías económicas liberales y socialistas, y con las mismas recetas que han llevado a las personas al borde del abismo, que no al sistema capitalista ni a los sistemas comunistas, encontrar un mundo nuevo. Me pregunto ¿es posible seguir manteniendo un sistema que no esté basado en las personas?

Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía, acuñó en uno de sus artículos la siguiente frase: “Una economía en la que, año tras año, la mayoría de los ciudadanos viven peor NO es un éxito”.

Y dicho esto lo que no podemos olvidar es que el hombre debe cubrir sus necesidades “con el sudor de su frente” y no “con el sudor del de enfrente”. Y es aquí donde los sistemas basados en el marxismo, los socialistas, etc., fracasaron, ya que no consideraron que las personas también tienen la capacidad de ser parásitos del sistema sin intención de producir ni en el sistema capitalista ni en el socialista. Más allá de los motivos personales no existe motivación para entregar al sistema lo mejor de cada persona si no se obtiene algo a cambio, o si lo que se obtiene es lo mismo que puede obtener otro que no lo entregue todo. Así impera la ley del mínimo esfuerzo.

Además hay que considerar que la clase política no maximiza sus acciones políticas en función de las personas sino en función de los acuerdos políticos necesarios para obtener los votos suficientes y de realizar aquellas acciones que políticamente sean rentables de cara la permanencia en el poder. Ya hemos citado como otros pensadores socialistas afirmaron que el estado o cualquier forma de autoridad y centralización de poder era el problema y que destruirlo debía ser el objetivo de toda actividad revolucionaria.

Si esta reflexión es cierta el marxismo y el capitalismo son dos caras de una misma moneda astutamente utilizada por un poder mundial que está en manos de dirigentes y presidentes de empresas y de políticos desnacionalizados.

Continuará….

1 JOSE ANTONIO MARINA, “La Inteligencia Fracasada”. Editorial Anagrama. 2008

2 D. José Herrador Alonso. Profesor del Máster de Desarrollo Organizacional y Consultoría de Procesos de la Universidad de Valladolid. Sesión del día 12 de junio de 2010.

Reforma del Impuesto sobre Sociedades para las pequeñas Entidades Sin Fines de Lucro

Hasta ahora, de acuerdo con la redacción de la Ley del Impuesto de Sociedades de 2004, no estaban obligadas a presentar la declaración de la totalidad de sus rentas exentas y no exentas aquellas entidades pequeñas que cumplian con los siguientes requisitos:

a) Que sus ingresos totales no superen 100.000 euros anuales.
b) Que los ingresos correspondientes a rentas no exentas sometidas a retención no superen 2.000 euros anuales.
c) Que todas las rentas no exentas que obtengan estén sometidas a retención.”

La  nueva Ley del Impuesto sobre sociedades a partir del 1 de Enero de 2015 (Ley 27/2014, de 27 de noviembre) fija que «Los contribuyentes a que se refieren los apartados 2, 3 y 4 del artículo 9 de esta Ley estarán obligados a declarar la totalidad de sus rentas, exentas y no exenas.

Así la exención anterior para aquellas entidades pequeñas que cumplían con los requisitos antes expresados ahora no está incluida y por tanto tendrán que declarar todas las entidades sin ánimo de lucro por pequeña que sea.

Esto supone colatrelamente que para poder hacer la decalración la llevanza de la contabilidad sí o sí, utilizando la que les aplica expresamente como es el Plan de Conbtabilidad para Entidades Sin Fines Lucrativos, e su caso para pequeñas y medianas (Resolución de 26 de marzo de 2013, del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas). Si bien esta conta bilidad solo es obligatoria para las fundaciones de competencia estatal y asociaciones declaradas de utilidad pública, no es menos cierto que para hacer la declaración obligará lógicamente a llevar contabilidad.

El sector hizo ver este error y así el Real Decreto-ley 1/2015, de 27 de febrero,de mecanismo de segunda oportunidad, reducción de carga financiera y otras medidas de orden social, en el que su articulo 7. Modificación de la Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto sobre Sociedades, incluyó que

«Con efectos para los períodos impositivos que se inicien a partir de 1 de enero de 2015, se modifica el apartado 3 del artículo 124 de la Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto sobre Sociedades, que queda redactada de la siguiente forma:

Los contribuyentes a que se refieren los apartados 2, 3 y 4 del artículo 9 de esta Ley estarán obligados a declarar la totalidad de sus rentas, exentas y no exentas.

No obstante, los contribuyentes a que se refiere el apartado 3 del artículo 9 de esta Ley no tendrán obligación de presentar declaración cuando cumplan los siguientes requisitos:

a) Que sus ingresos totales no superen 50.000 euros anuales.
b) Que los ingresos correspondientes a rentas no exentas no superen 2.000 euros anuales.
c) Que todas las rentas no exentas que obtengan estén sometidas a retención.»

Ahora el Artículo 110 define lo que entiende por Rentas exentas en la nueva Ley del Impuesto sobre Sociedades:

1. Estarán exentas las siguientes rentas obtenidas por las entidades que se citan en el artículo anterior:

a) Las que procedan de la realización de actividades que constituyan su objeto o finalidad específica, siempre que no tengan la consideración de actividades económicas. En particular, estarán exentas las cuotas satisfechas por los asociados, colaboradores o benefactores, siempre que no se correspondan con el derecho a percibir una prestación derivada de una actividad económica.

Concretando, se ha rebajado la cifra de ingresos en 50.000 euros, y se ha cerrado el concepto de renta exenta dejándolo restringuido prácticamente a las cuotas vinculadas a la actividad exenta, que no se consideren actividad económica y que en ningún caso den derecho a percibir una prestación. Esta frase es muy importante ya que muchas de las asociaciones cuentan con ingresos de asociados que a la vez tienen derecho a una serie de servicios de la misma, caso típico de las asociaciones constituidas por afectados de algún problema de salud, pongamos el ejemplo de personas paralíticas cerebrales donde la pertenecia a esa asociación conlleva el derecho a tratamientos, estancias en el centro de día, transporte adaptado, etc.

Cadenas perpétuas, ¿hipotecas?

En España, la cadena perpetua no es perpetua. La Justicia española llama cadena perpetua a la pena máxima. Olvidemos que después esos treinta años se puedan quedar en la mitad o en un tercio o en menos, merced a las bondades del sistema. Lo mismo sucede con las bodas, merced al invento del divorcio, que rompe aquello de hasta que la muerte nos separe, en la salud o en la enfermedad, y eso sí… sin un duro en el bolsillo y con el salario con retención judicial de por vida, pero oye soltero de nuevo.

En España no existen las hipotecas perpetuas ni hay ley alguna que amenace con ellas. Pero el caso es que, como las meigas, haberlas haylas. Una entidad financiera, de cuyo nombre no quiero acordarme (me salió la vena manchega), que tiene un producto al respecto llamado no se qué “joven” y que  tiene el bondadoso objetivo de permitir que también los jóvenes puedan, hombre, ¡faltaría más!, comprarse una casita, (avalando tu familia, la de tu mujer y los amigos –si no salen huyendo antes-) aunque sea de las de andar de perfil porque de frente no cabes. Esa hipoteca tiene un plazo de amortización de cincuenta y dos años. No sé si es el récord pero me temo que no.

La cuestión es: ¿Eso no es una condena y además desmesurada, dado el “delito” por que el que pagas? Tú firmas esa hipoteca y cumplirás durante cincuenta y dos años el castigo de entregar, mes tras mes, la mayor parte de tu sueldo a una entidad financiera. Y ahí, ojo, no hay redenciones de pena que valgan. Tendrás que pagar hasta el último céntimo, tanto de lo que te prestan como de los intereses que en tanto tiempo se vayan acumulando. Cosas que pasan con los intereses y que analizaremos en el siguiente punto. Puedes asesinar a quien quieras, a cuantos quieras, y no te caerán nunca más de treinta años, la cadena “perpetua”. Compra un pisito cutre en los extrarradios a tus veinte años cumplidos y firmarás una condena llamada hipoteca de la que no te podrás liberar hasta que cumplas 72, si es que hay suerte y los cumples. Y si tienes 40 años, como este que escribe, pues resulta que a los 90 sí no te has muerto pues a lo mejor tienes un piso en propiedad sobre el que constituir una hipoteca inversa (para que el negocio bancario no decaiga) para intentar tener una pensión digna. Y de soltería nada, ¡eh!, lo máximo que puedes aspirar es a cambiar de entidad financiera, pero siguiendo en el estado casado bajo el mismo contrato, eso sí pagando los gastos de la nueva boda mediante las comisiones de subrogación, gastos de notario, registro…

Pero llegados a este punto la cuestión no es si la boda con el banco es “perpetúa” sino que normalmente, y de esto ya se encarga el sistema educativo que no tiene en la formación obligatoria la asignatura de economía, no se tienen en cuenta las variables que influyen en este tipo de contratos financieros como son principalmente el importe, el plazo y las condiciones del tipo de interés.

El plazo de amortización no es neutro. Podría parecer que si  pido un préstamo a 5 años y otro a 10 por el de 10 debería pagar el doble de intereses puesto que el tiempo es eso, el doble, ¡nada más alejado de la realidad! Veamos una serie de conceptos económicos. Si suponemos que nos permitieran que el capital pendiente de amortización aumentase debemos tener en cuenta que existe un mínimo de cuota sea cual sea el plazo. Para hacer un cálculo rápido sólo tenemos que dividir el capital del préstamo por 1.200 y hallaremos la cuota mínima por cada punto de interés. Por ejemplo si solicitamos 300.000€ la cuota mínima al 1% sería 300.000 / 1.200 = 250€, 500€ al 2%, 750€ al 3% y 1.000€ al 4%. Este mínimo supone la inelasticidad de la cuota a la ampliación de plazo o lo que es lo mismo que cuanto más se alargue el plazo la reducción de la cuota por cada unidad de tiempo es menor. Continuemos con nuestro ejemplo y veamos en la tabla siguiente como varía la cuota desde los 10 años hasta los 50 años para un tipo de interés del 4 por ciento (tomando como año base los 10)

 

Años Cuota mes Intereses pagados totales Reducción  cuota media Media de reducción

cuota

Incremento intereses

10

3.037,35

64.482,50

20

1.817,94

136.305,84

40,15%

4,01%

111,38%

25

1.583,51

175.053,16

47,87%

3,19%

171,47%

30

1.432,25

207.433,38

52,85%

2,64%

221,69%

40

1.253,82

245.650,62

58,72%

1,96%

280,96%

50

1.157,12

266.255,75

61,90%

1,55%

312,91%

Como puede observarse la reducción de la cuota pasando de 10 a 20 años es del 40.15%, es decir para esos 10 años la media sería por cada uno de ellos del 4.01% (por tanto la reducción no es del 50% como cabría pensar, doble de tiempo pagando supone que pague la mitad mes a mes). Si se incrementa al plazo otros 10 años, es decir a 30 años, la reducción marginal por esos 10 años es de 12,70%, pasando la reducción por cada año del préstamo a 3,19%. Cada vez cuesta más reducir la cuota, y sobre todo cuanto más se acerca al mínimo que habíamos calculado en 1.000€, y que llegaría al máximo exponente en el supuesto de que aumentar el plazo de amortización de  nuestra hipoteca a 100 años que la cuota solo bajase por esos 50 años adicionales a los 1.018,78€, es decir 138,34€, y que si hiciéramos el supuesto de pasar una hipoteca de 200 a 300 años la cuota mensual sólo disminuiría en apenas 33 céntimos de euro al mes.

Tipo Interés

Años

1%

69

2%

35

3%

23

4%

17

5%

14

Podemos analizar este efecto más ampliamente comparando el punto a partir del cual se obtiene el equilibrio entre el pago de intereses y la amortización de principal o capital pendiente. Y así podemos ver cómo afectan los tipos de interés sobre este punto de equilibrio. En la tabla de la izquierda se puede observar como si el tipo es de un 2% a partir de los 35 años de plazo supone empezar la hipoteca pagando más intereses que capital. Y que si el tipo es del 5% esto sucede a partir de un préstamo con plazo superior a los 14 años.

 

No opinan ustedes como este que escribe, ¿no es necesario enseñar a los niños en el colegio sobre economía y sobre el significado de deuda, endeudamiento, tipos de interés, hipotecas, etc? ¿Por qué no se exige una formación económica a todas las personas dado que va a influir en su vida?

Jornada en Santiago de Compostela. Transparencia y Rendición de Cuentas en el Tercer Sector

Boletín de Novas
19 de junio de 2013 Ver en Galego

A continuación tenemos el placer de invitarlo, a la Jornada de Transparencia y Rendición de Cuentas en el 3º Sector que organizaAlgalia, Servicios para el tercer sector junto con Landín Informática, distribuidor A3-Software y patrocinado por Wolter Kluwer-A3 Software.

En esta jornada queremos hablar de:

  • Generar confianza en los diversos stakeholders que financian la actividad
  • Tener credibilidad en los socios que participan en el desarrollo de la misión de la entidad.
  • Mantener la legitimidad y la representatividad de las organizaciones del tercer sector.
  • Definir el alcance de la transparencia para la demostración de la honorabilidad de una organización
  • Identificar buenas prácticas de transparencia y rendición de cuentas en la situación actual.

Para todo esto contamos con:

  • Pau Vidal. Fundador y coordinador del Observatorio del Tercer Sector, Barcelona
  • Juan Jesús Donoso Azañón. Director Económico de Cruz Roja Española.
  • Eduardo Escobés Rodríguez. Consultor social, Responsable del servicio de consultoría organizacional y estratégica de la Fundación EDE (Bilbao).
  • Jorge Antonio Rodríguez Malingre. Responsable del área económico y financiera de Algalia

Especialmente pensada para entidades

  • Sociales
  • Deportivas
  • Tecnológicas
  • Empresariales
  • Educativas
  • Culturales
Jornada: Transparencia y Rendición de cuentas en el 3º Sector
Duración: 4 horas Fecha: 27/06/2013 Localidad: Santiago de Compostela
Inscripción hasta: 25/06/2013 Precio: Gratuito Lugar: Hotel Hesperia Peregrino Más información e Inscripciones

 

 

Algalia
Rúa Faisán, Nº 7, Entlo A, 36205 Vigo, Pontevedra
Rúa República Arxentina, 40 Entr. 4, 15701 Santiago de Compostela, A Coruña
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Economía o enaltecimiento de la masa

Siempre que escribo un artículo lo primero que surge en mi mente es el título y casi siempre esas palabras son las que me llevan al desarrollo del meollo. En este caso el título inicial era ¿Cuándo habrá alguien que dirija que sepa de economía? No dejan de asombrarme las propuestas económicas que he escuchado y escucho en boca de nuestros políticos, de un signo y de otro: “la solución es bajar los sueldos, la solución es bajar los beneficios”. Claro que rondaba en mi cabeza también otro título, porque a la vez me decía que no era posible que con cientos de asesores como cuentan los que gobiernan no supieran de economía –contando con algunos profesores eminentes que incluso con unas clases de unas horas eran capaces de transmitir toda la ciencia económica al Presidente del Gobierno, como así lo dijo públicamente-, y llegado a ese punto la deducción era otra: sí saben de economía pero se dicen cosas incongruentes desde el punto de vista de la lógica el problema se situaba en que no teníamos lógicas idénticas y así este artículo podría llamarse “Democracia y dictadura económica: dos caras de la misma moneda, en el anverso la cara del poder político de la banca en un lado y en el reverso de las grandes empresas y fortunas.”

Así se propone como remedio de esta tremenda crisis que estamos padeciendo la reducción de salarios y beneficios, incluso con un acuerdo entre la patronal y los sindicatos. Y el pobre economista que llevo dentro no sabía que entender en la propuesta y terminó, a su pesar, con dolor de cabeza y con la convicción de que no había cosa peor que hacer en este momento.

Lo primero que hice fue recordar el concepto del Producto Nacional. No deja de ser más que la suma monetaria de todo lo que se produce en esta piel de toro (si ya sé que esta afirmación contiene dos errores: uno que la piel de toro incluye a Portugal y el otro que lo que no se traduce en moneda no se valora, y así sucede lo que le pasa a mí pobre madre que lleva laborando toda su vida en casa, y sin embargo para el estado no trabaja), y una vez generado se convierte en renta para todos los actores que intervienen, mediante el pago a los factores productivos como son el trabajo y el denominado capital (renta por supuesto también para los bancos que prestan, que eufemismo resulta que ahora los bancos no se dedican a prestar dinero, a las empresas para que produzcan).

La receta que intentan aplicar unos y otros es disminuir sueldos y salarios. Entonces si esta afirmación es cierta (y al menos así me la enseñaron en la carrera, que la letra con sangre entra, vamos que si no suspendías…), resulta que si disminuimos la renta de los salarios y la renta del capital esto supone (ya hemos dicho que era una ecuación con un igual) que se disminuye en la misma medida el Producto Nacional. No sé si es que no asistí a alguna clase, pero a las que fui y en mi vida personal, lo normal es que para producir compres y que lo compres lo pagues (yo sigo con la sana manía, en mi opinión, de cobrar todos los meses a final mi salario). Por tanto cuando se produce se reparte la renta. Y dicho esto, si este economista está en lo cierto, simplemente están intentando enaltecer a la masa, porque si bajamos ambas cosas resulta que todos somos más pobres y hay menos para todos.

Por tanto el problema es otro:

– La producción y la distribución de la renta se producen al mismo tiempo, al producir se está ya repartiendo de una manera u otra el ingreso. Hablemos claro lo que existe es un problema de desigualdad. Y no vale el cuento de primero hay que producir la tarta y luego repartirla, así que dediquémonos ahora a producir que cuando hayamos producido ya repartiremos, ya que el reparto se produce a la vez (eso puede ser cierto en repostería pero no en economía).

– La segunda idea es que, dado un determinado volumen de producción, si sube la «parte salarial» bajan los beneficios y si los salarios son menores suben los beneficios. Es verdad que puede ocurrir que una parte de los salarios y de los beneficios vayan al Estado y que éste puede corregir el reparto inicial, pero eso será, si se produce, en segunda instancia (por eso llamamos a esa acción del Estado re-distributiva ) y por eso no cambia lo que acabo de decir. Lo que no puede ocurrir, pues, es que suban al mismo tiempo los salarios y los beneficios, o que ambos bajen si se mantiene igual el volumen de producto.

Por tanto, si se propone que bajen los salarios y los beneficios solo puede estar proponiendo dos cosas:

a) que baje el producto a generar y, por tanto, el ingreso total, lo cual es una barbaridad en la situación en la que estamos (otra cosa es que debamos obtener nuevos ingresos pero no de las actividades económicas hasta ahora dominantes, pero de este asunto no me puedo ocupar ahora), o

b) que trabajadores y propietarios del capital renuncien a una parte de sus ingresos para dárselos al Estado, lo cual no tiene mucho sentido hoy día y, además, en términos económicos no cambia lo anterior porque, más tarde o más temprano, o van a salarios o van a beneficios.

Pero la propuesta resulta aún más delirante, sobre todo, si se tiene en cuenta el papel que tienen los salarios y los beneficios en la economía. Con independencia de otras consideraciones de equidad o de discurso alternativo, en economías como las actuales, ambos son fundamentales.

Los salarios lo son no solo porque constituyen el único ingreso y, por tanto, la única fuente de satisfacción de necesidades de los trabajadores, sino también porque es fundamentalmente con los salarios con lo que se puede comprar la producción que realizan las empresas. Imaginen por un momento el sueño de los empresarios torpes -salarios muy, muy reducidos-: ¡no podrían vender sus productos! Eso fue lo que el célebre Henry Ford contestaba a sus colegas cuando le reprochaban que hubiese aumentado el sueldo de sus trabajadores: «Todos los capitalistas del mundo juntos -decía- somos insuficientes para comprar todo lo que producimos. Han de comprarlo nuestros trabajadores».

Es verdad que ocurre, como señaló el economista polaco Michael Kalecki, que los empresarios a veces prefieren tener menos beneficios imponiendo desempleo y, por tanto, bajos salarios, porque así tienen más poder político. Por eso es importante entender que cuando la gran patronal reclama recortes salariales no está buscando que la economía funcione mejor sino tener más poder.

Por otro lado, los beneficios también son fundamentales en las economías porque sin ellos no habría empresarios (grandes o pequeños) ni ahorradores que arriesgaran su capital (físico o financiero). Y, por tanto, sin beneficios no habría producción.

Pues bien, es fácil comprobar entonces que la propuesta de bajemos sueldos y bajemos beneficios es un dislate porque lo que viene a proponer es que disminuyan los dos motores de los que hoy día depende el funcionamiento de la economía: si la llevara a cabo bajaría la demanda y con ello la producción y aún más los beneficios, y al bajar los beneficios bajarían el empleo, los ingresos, la producción… en un círculo vicioso fatal.

¿Dónde está la salida? Si hemos identificado que el origen está en salarios bajos, beneficios de la actividad productiva baja (y sino que pregunten a los agricultores quienes venden el kilo de melón a un precio inferior a 8 céntimos –si increíble pero si nos cobran más de un euro por kilo en la tienda-) y elevadísimos beneficios de la actividad financiera y de la especulativa y de las grandes empresas con poder de mercado que en lugar de crear riqueza y empleo los destruyen; la salida vendrá determinada por hacer justo lo contrario.

Si la caída de la participación de los salarios en la renta nacional en España ha sido de unos diez puntos en la última década, para poder igualar la ecuación por el otro lado, y tal y como he dicho antes, se ha incrementado los beneficios o del excedente bruto.

Pero el problema que ha ocurrido es que la gran parte de ese beneficio no se ha dirigido a la extensión de la producción de los bienes y servicios que satisface las necesidades sociales porque los salarios bajos generan insuficiente demanda y eso ha impedido obtener en la actividad productiva la misma rentabilidad que proporciona la inversión financiera y especulativa (que, a su vez, se ha privilegiado gracias al poder político de la banca que es la que anima este proceso). Y es por eso que podemos afirmar que los salarios escasos han provocado una deriva de los capitales hacia la inversión financiera y especulativa que ha terminado por generar la crisis en la que estamos.

Por tanto la salida solo vendrá por el equilibrio, sin reducción de salarios ni de beneficios empresariales productivos. Los que hay que disminuir son los de la banca, los de las grandes empresas que destruyen empleo y tejido productivo y no los de las pequeñas y medianas que crean empleo. Y trabajar para el incremento de la productividad con la puesta en marcha de medidas lo que supone gastar en educación, innovación y tecnología. Y dejémonos ya de la demagogia barata que nos enfrenta, dejemos la lógica especulativa, de creer que el enemigo es la empresa o los empresarios cuando en realidad lo es un tipo concreto de empresario que sólo se dedica a la especulación y a las finanzas mal entendidas –no es aquel banquero que presta su dinero y a cambio obtiene una remuneración justa-, y también la actitud de los empresarios hacia los sindicatos, hacia la negociación y hacia el sector público. Y hablemos claro si la administración púbica no funciona quitémosla y dejemos aquella que sirva al ciudadano –quitemos ya el bucle de 4 administraciones en el país-, quedando la que presta el servicio de forma ágil y eficaz. Cambiemos la actitud de todos, dejemos los valores individualistas y pasivos que ha inculcado la política y la cultura neoliberal –que no liberal-.

Nuevas ideas ¿cómo superar la crisis?

Una propuesta quizás extraña pero… ¿qué piensas de ella?

SEAMOS CONSCIENTE Y CONSUMAMOS LO NUESTRO AHORA ES LA MEJOR OPCION…

De fácil que es… ¡asusta!

Sabiendo que economía global es un flujo de capitales que entran y salen de los países, ¿qué pasaría si redujéramos un 80 % el flujo de salida de capitales durante 3 meses? Sencillamente el país se recapitalizaría en un tiempo record. Adiós a la crisis antes de final de año.

Efectivamente sería un proteccionismo «a lo bestia».

Supongamos que los españoles tomamos conciencia de lo insostenible de la situación y actuamos como las hormigas con un fin común.

Supongamos que hacemos circular este correo a todos nuestros contactos y lo reenviamos tantas veces como lo recibamos. En semanas todo el país tendría conocimiento de él.

Supongamos que fijamos la fecha del 1 de octubre de 2012 para dejar de consumir simultáneamente los 46 millones de españoles productos extranjeros y sólo consumimos productos «made in spain». La demanda de nuestros productos se dispararía y se iniciaría un proceso de reactivación espectacular de nuestra economía, crecería el empleo, recaudaríamos impuestos y podríamos saldar definitivamente la deuda que nos está hundiendo.

Por supuesto esta iniciativa tendría muy mala prensa en el exterior (Alemania, Austria, Francia, Finlandia, etc.) pero al no ser una propuesta gubernamental no podría ser sancionable.

El 1 de octubre dejaremos de comprar electrodomésticos Bosch y Siemens no fabricados en España, no compraríamos coches cuyas fábricas no estuvieran en España, no consumiríamos productos alimenticios importados (ni cerveza). Cualquier compra sería importante, desde las grandes compras hasta los millones de pequeñas transacciones (chicles, tabaco, bebidas, revistas). Nada.

Es tan fácil como eso y solo haciendo pequeños sacrificios (cambiar los refrescos no fabricados en España, por una Cola nacional, durante unos meses)

He aquí la solución. Es tan fácil y sin embargo… La vemos tan lejana y difícil, pero…

¿Seríamos capaces?

Distribuye este correo entre todos tus contactos y reenvíalo tantas veces como te vuelva a llegar. Si el 30 de septiembre este correo ha dado la vuelta a España y conseguimos hablar tanto de él como hablamos de la crisis, esta se habrá terminado el 1 de octubre. Y si esta misma política de consumo, la seguimos y la tomamos como costumbre, ni leal cuento.

 

EL CÓDIGO DE BARRAS DE LOS PRODUCTOS NACIONALES EMPIEZA POR 84.

 

Ánimo compañeras y compañeros, es una buena medida y no cuesta ningún sacrificio por nuestra parte, ya que consumiremos igual, pero sólo productos nacionales.

Si no lo haces por ti, hazlo por los 5 millones de parados que necesitan desesperadamente salir de esta situación.

Por favor, reenvíalo.

 

¡Por los 5 millones de parados y por todos nosotros!

Políticas neoliberales o keynesianas. Modelo parasitario Chino.

Excelente explicación de D. Julian Pavón sobre las políticas económicas neoliberales y keynesianas. En España el gobierno actual está aplicando políticas neoliberales. Sin embargo no se cumplen muchas de las condiciones del mercado como es la información perfecta y completa, o barreras a la libertad de movimiento en Europa. Una reflexión sobre las dos teorías económicas existentes: keynesianismo o neoliberalismo. Quizás la virtud se encuentre en el punto medio: Ahora en España debería aplicarse políticas keynesianas para el relanzamiento de la actividad y empezar a resolver el verdadero problema de la economía española, el Paro. Y a la vez debe recortarse y replantearse el gasto que tenemos en el Estado actualmente, recortando gasto corriente e incrementando la partida de inversiones. Es decir el aumento de la inversión productiva desde el Estado y la disminución del gasto corriente. Esto supone que hay que replantear tanto la regulación del mercado de trabajo para que no siga existiendo la dualidad actual de personas con trabajo y unos derechos de despido con personas que tienen contratos eventuales sin derecho a nada; pero lo que es más importante a la vez hay que plantear de una vez la reforma del coste del mantenimiento del Estado, de la Administración Territorial y de la Justicia.