Breve historia de la Hermandad del Santo Cristo de la Resurrección y Saeta al Resucitado

Entre los archivos me he encontrado con este vídeo de Manuel entonando una saeta al Resucitado. a mi me trasmite emoción pura. Gracias Manuel, una de las mejores personas que he tenido la suerte de conocer.

Hoy 14 de septiembre, feliz día de la Exaltación de la Santa Cruz, y en nuestro pueblo, Granátula, feliz día del Santo Cristo de la Resurrección. Los granatuleños han elegido celebrar la buena nueva de la Cruz, la Resurrección de Cristo.

Como ya me habéis oído decir, desgraciadamente no tenemos la fecha cierta de su fundación. Sabemos que en 1751 existía por la descripción encontrada de los bienes que tenía el Santísimo Cristo de la Resurrección. Y también tenemos la inauguración de la Ermita del Calvario, dedicada a la Resurrección del Hijo de Dios, y abierta al culto por el Ilmo. Obispo de Arcadia el 17 de noviembre de 1661.

Desde el siglo XVII al menos Granátula ha contado con el Santísimo Cristo de la Resurrección, sin que podamos confirmar si con hermandad propia o quizás heredando de otras, como pudo ser la de la Santa Cruz o la de las Ánimas, pudiendo heredar de ellas las tradiciones, y por qué no, en el día de la celebración de la Cruz, del que por cierto hoy es el santo de los que se llaman así, Cruz, y también de Crescencio; celebrar la alegría de la Resurrección. Y porqué digo esto, porque desde 1593 hay datos sobre las revisiones de los visitadores de la Orden de Calatrava, extrayendo de sus conclusiones la siguiente:  «Otrosí os mandamos que tengáis mucho cuidado en el sostenimiento y reparos del Calvario del dicho lugar que se hizo a costa de la dicha cofradía para que siempre esté bien tratado y decente»

Hermandad que pasó por muchas vicisitudes. Ya quedan muy pocas personas en Granátula que recuerden donde estuvo la antigua Ermita del Santo Cristo. En la calle de Almagro, mas o menos donde hoy se coloca el Huerto de los Olivos, a la altura más o menos de la casa de Cruz (coincidencias que a veces tiene la vida o no, como es que el dueño se llame Cruz, que exista una Cruz donde había un Calvario dedicado a la Resurrección del Hijo de Dios, y de donde estuvo saliendo muchos años, antes de tener su ermita, el Santo Cristo al amanecer el día en procesión el Domingo de Resurrección). Y allí estaba la ermita donde estaban las tres Cruces, el Calvario, donde iba allí la procesión penitencial de la cofradía de la Santa Cruz, el Jueves Santo por la tarde; el Viernes Santo por la tarde iba en procesión la cofradía de la Soledad, recorriendo las estaciones del ViaCrucis, y en este Calvario rezaban – escenificaban varias estaciones, entre ellas la Crucifixión, marchando la procesión hacia otras cruces que estaban más adelante hasta finalizar el recorrido.

En el siglo XIX se van arruinando el resto de ermitas, pero esta ermita no se arruina o vende. El porqué hay que buscarlo en dos factores: por un lado es una ermita pequeña, que se puede sostener y reparar sin apenas gastos; pero sobre todo, se mantiene porque hacia 1830 se construye el cementerio a su lado (Cementerio Viejo). La ermita sirve entonces como sala de autopsias, o bien donde se dejan los cadáveres de los «desgraciados» o en caso de ser forasteros. Así se dice de un faccioso muerto por disparos de bala «…cargasen el cadáver en una mula que se había llevado al efecto, y practicado así se condujo a esta población, depositándolo en la Ermita del Santo Cristo de la Resurrección, interim transcurrían las horas legales para el sepelio…»

Las desgracias de las guerras, que además de segar vidas de personas suelen arrasar con la cultura, con el arte, con todo lo que antes pudo ser tenido en consideración y que a algunos les pueda llevar a recordar el pasado. Y en lugar de que permanezca para la historia para que las generaciones siguientes puedan además de disfrutar de ello de hacer su propio juicio, en la guerra civil se arrasó la Ermita del Santo Cristo de la Resurrección y el Santo fue fusilado y arrojado en una noria. Barbarie humana.

Después de la guerra civil la Hermandad estuvo prácticamente desparecida. Algunos de los granatuleños seguían recordado la tradición. Mi bisabuelo Leocadio Azañón decidió comprar y donar la imagen actual del Santo Cristo de la Resurrección, tal y como se recoge en el acta de reconstitución en el año 1952: «se procedió a la discusión del Santo el cual el Sr.  Leocadio Azañón comprador del mismo, manifiesta que desde este momento cede incondicionalmente el Santo a beneficio de la hermandad en concepto de donativo como voluntá propia»

Un conjunto de personas, reconstituyeron la Hermandad, conforme a «las normas a seguir de dicha hermandad sean los usos y costumbres que existían anteriormente». Leocadio Azañón Carretero, Natalio Romero Gómez, Desiderio Gutiérrez Azañón, Félix Azañón Mota, Crescencio Blanco Gómez, Saturnino Gutiérrez Gómez, Pablo Gómez Moreno, Paz Montero Cañizares, Dolores González Velázquez, Eulogio Rabadán Vallez, José de la Muñoza Vallez, Luis Ráez Barrera, León Díaz Molina, Félix Vallez Carneros, Fausto Huertas Valbuena y Desiderio Gómez García, constan entre los presentes.

Un breve resumen. Que en parte también explica porque siempre estuve ligado a esta Hermandad. Os dejo con Manuel, a quien le doy las gracias desde aquí.

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