Anuario del Tercer Sector de Acción Social en España 2012

El pasado día 18 de diciembre ha sido presentado el segundo Anuario del Tercer Sector de Acción Social en España, y después de dos años de trabajo, la Fundación Luis Vives, con la colaboración de EDIS y el apoyo de la Obra Social de Caja Madrid y del Fondo Social Europeo, una investigación cuantitativa, que muestra los retos y dificultades por los que está pasando el sector.

Tanto el de este año como el realizado en 2010, el informe que se presenta procede de una encuesta representativa a organizaciones de TSAS en España, incluidas Cáritas Española, Cruz Roja Española y ONCE. En este último han participado un total de 716 entidades.

El Anuario, según las entidades que lo promueven, pretende ofrecer un análisis de carácter periódico y una perspectiva longitudinal del campo de las Organizaciones No Lucrativas (ONL) de Acción Social españolas. El objetivo es, por tanto, aportar información de interés, actualizada, veraz y de carácter independiente sobre la Acción Social en nuestro país.

El Tercer Sector de Acción Social en España se encuentra en un momento de inflexión: disminuyen drásticamente los recursos pero aumenta la demanda, pues cumple un papel fundamental en el desarrollo social. Por ello, “es fundamental la colaboración público-privada».

Según los propios resultados del Informe, el Tercer Sector de Acción Social en España está compuesto por unas 30.000 organizaciones que desempeñan un papel fundamental en el desarrollo social y en la promoción de los derechos y la igualdad de las personas. “Se trata de un sector muy enraizado, que en 2010 contaba con 950 organizaciones más que en 2008, una por cada 1.600 habitantes”, según explicó Don Manuel Pérez Yruela, del Instituto de Estudios Sociales Avanzados del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y director del Foro de Expertos del Anuario. Este apuntó también que el sector “debe mejorar su gestión y su proyección social”.
 
Anuario del Tercer Sector de Acción Social en España 2012

Para acceder al informe completo pulsa en los siguientes enlaces (de la página de la obra social de Caja Madrid):

Indicadores para Entidades Sin Fines de Lucro

El importante avance que en las últimas décadas ha venido adquiriendo el sector de las denominadas Entidades Sin Fines Lucrativos (ESFL), caracterizada por la realizción de actividades dirigidas ala consecución de objetivos de interés general en beneicion de la comunidad, con renuncia expresa al lucro como finalidad, junto a su importancia económica, ha plantaeado la necesidad de disponer de herramientas capaces de evaluar sua ctuaciones considerando sus especiales características, por cuanto la auscencia de la finalidad lucrativa junto a la inexixtencia de capital-propiedad, generan de manera palmaria la necesidad de valorar si su gestión permite alcanzar los fines sociales previstos inicialmente, así como la forma en que se ha llevado acabo su consecución.

En este trabajo, elaborado por el grupo de trabajo de Entidades sin fines lucrativos de AECA -al que pertenezco como miembro, se plantea una propuesta de indicadores de naturaleza diferente, a patir de una estructura previamente estandarizada, de forma que informen de mareda directa sobre aquellos aspectos más relevantes de las ESFL.

No todos los economistas decimos lo mismo.

Comparto este video con todos ustedes para abrir el debate. Mi colega dice cosas que comparto: ¿Cómo salimos de esta crisis? Creando trabajo para las 6 millones de personas que están en el paro. Y para eso hay que reindustrializar y reagrarizar este País. Si seguimos sólo con la política de adelgazamiento solo conseguiremos quedarnos «acartonados», con un PIB escuálido, y una buena parte de la población española excluida. Permítaseme un chascarrillo castellano: «Un arriero decía, vaya justo cuando acostrumbré al burro a no comer va y se muere»

Necesidad de excedentes en las Entidades sin fines lucrativos

Una entidad sin fines de lucro es una organización económica con personalidad jurídica propia que carece de capital-propiedad y realiza actividades para alcanzar objetivos de interés general en beneficio de la comunidad, con renuncia expresa al lucro como finalidad.

La carencia de capital-propiedad no significa que no exista el capital, sino que éste no es propiedad de nadie y por tanto no existen participaciones sobre el mismo:

 –             Su capital no es propiedad de personas interesadas en su rentabilidad económica. La protección de la inversión no es un objetivo que deba estar presente en estas entidades.

–              Su capital dejó de pertenecer al patrimonio del fundador y posteriores donantes para personificarse en otro autónomo, afecto a la realización de un fin.

Al no ser  el beneficio un objetivo perseguido la formulación de la cuenta de pérdidas y ganancias no tiene sentido reportando poca utilidad o ninguna para medir la actuación de la organización respectiva. Precisamente en las entidades sin fines lucrativos se sustituye el término beneficio por el de excedente, representando la diferencia temporal en un momento concreto de los ingresos y gastos de un período.

El excedente mide si estas organizaciones han vivido dentro de sus posibilidades. Y esto es así porque tanto las lucrativas como las no lucrativas tienen que equilibrar sus entradas y salidas si quieren sobrevivir. Así se entiende que el equilibrio en las empresas se consigue cuando los ingresos cubren los costes incluidos los de capital, mientras en las entidades sin fines de lucro el equilibrio se consigue cumpliendo unos presupuestos equilibrados y obteniendo el excedente suficiente para:

–          Mantener el valor de los activos con un excedente igual o superior a la inflación existente.

–          Generar el excedente suficiente para revalorizar los fondos obtenidos de financiación pública y privada pendiente de ejecución con un importe similar al tipo de interés de mercado con el menor riesgo posible.

–          Mantener e incrementar el inmovilizado necesario para sus actividades.

–          Cubrir las exigencias de financiación derivadas de las diferencias temporales entre los cobros y los pagos (máxime cuando hay interrelación con Administraciones Públicas con un de calaje entre la ejecución de los gastos y el cobro de los ingresos).

–          Recomponer, en su caso, los excedentes negativos obtenidos en ejercicios anteriores fruto de una mayor ejecución en las actividades no lucrativas sin financiación suficiente.

Este planteamiento podría conducir a un debate ético, en el cual cabe preguntarse si es correcto, legítimo, que una entidad sin fin de lucro genere ganancias. Podemos afirmar que, en general, está mal visto. Pero que esta percepción es equivocada: el debate no debería sí generar o no excedentes, sino qué hacer con las ellos. Si el destino de los recursos excedentarios fuera el bolsillo de algunos miembros de la entidad no cabe duda que ese no es el propósito de la organización, ni de todo un trabajo en conjunto. Pero si lo recaudado se utiliza para agregar valor, brindar un mejor servicio a los beneficiarios y contribuir a que la sociedad crezca, generar ingresos adicionales es correcto y legítimo. Al igual que una empresa, ese margen de rentabilidad permitirá ofrecer a la sociedad sus servicios; solventará la creación de nuevas actividades, la organización de nuevos programas y proyectos, y la optimización de recursos para que la propia institución siga funcionando en beneficio de todos (una mejor sede, herramientas informáticas más modernas, etc.). De otro modo, ¿cuál sería el origen de los recursos económicos para solventar estas opciones?

Economía o enaltecimiento de la masa

Siempre que escribo un artículo lo primero que surge en mi mente es el título y casi siempre esas palabras son las que me llevan al desarrollo del meollo. En este caso el título inicial era ¿Cuándo habrá alguien que dirija que sepa de economía? No dejan de asombrarme las propuestas económicas que he escuchado y escucho en boca de nuestros políticos, de un signo y de otro: “la solución es bajar los sueldos, la solución es bajar los beneficios”. Claro que rondaba en mi cabeza también otro título, porque a la vez me decía que no era posible que con cientos de asesores como cuentan los que gobiernan no supieran de economía –contando con algunos profesores eminentes que incluso con unas clases de unas horas eran capaces de transmitir toda la ciencia económica al Presidente del Gobierno, como así lo dijo públicamente-, y llegado a ese punto la deducción era otra: sí saben de economía pero se dicen cosas incongruentes desde el punto de vista de la lógica el problema se situaba en que no teníamos lógicas idénticas y así este artículo podría llamarse “Democracia y dictadura económica: dos caras de la misma moneda, en el anverso la cara del poder político de la banca en un lado y en el reverso de las grandes empresas y fortunas.”

Así se propone como remedio de esta tremenda crisis que estamos padeciendo la reducción de salarios y beneficios, incluso con un acuerdo entre la patronal y los sindicatos. Y el pobre economista que llevo dentro no sabía que entender en la propuesta y terminó, a su pesar, con dolor de cabeza y con la convicción de que no había cosa peor que hacer en este momento.

Lo primero que hice fue recordar el concepto del Producto Nacional. No deja de ser más que la suma monetaria de todo lo que se produce en esta piel de toro (si ya sé que esta afirmación contiene dos errores: uno que la piel de toro incluye a Portugal y el otro que lo que no se traduce en moneda no se valora, y así sucede lo que le pasa a mí pobre madre que lleva laborando toda su vida en casa, y sin embargo para el estado no trabaja), y una vez generado se convierte en renta para todos los actores que intervienen, mediante el pago a los factores productivos como son el trabajo y el denominado capital (renta por supuesto también para los bancos que prestan, que eufemismo resulta que ahora los bancos no se dedican a prestar dinero, a las empresas para que produzcan).

La receta que intentan aplicar unos y otros es disminuir sueldos y salarios. Entonces si esta afirmación es cierta (y al menos así me la enseñaron en la carrera, que la letra con sangre entra, vamos que si no suspendías…), resulta que si disminuimos la renta de los salarios y la renta del capital esto supone (ya hemos dicho que era una ecuación con un igual) que se disminuye en la misma medida el Producto Nacional. No sé si es que no asistí a alguna clase, pero a las que fui y en mi vida personal, lo normal es que para producir compres y que lo compres lo pagues (yo sigo con la sana manía, en mi opinión, de cobrar todos los meses a final mi salario). Por tanto cuando se produce se reparte la renta. Y dicho esto, si este economista está en lo cierto, simplemente están intentando enaltecer a la masa, porque si bajamos ambas cosas resulta que todos somos más pobres y hay menos para todos.

Por tanto el problema es otro:

– La producción y la distribución de la renta se producen al mismo tiempo, al producir se está ya repartiendo de una manera u otra el ingreso. Hablemos claro lo que existe es un problema de desigualdad. Y no vale el cuento de primero hay que producir la tarta y luego repartirla, así que dediquémonos ahora a producir que cuando hayamos producido ya repartiremos, ya que el reparto se produce a la vez (eso puede ser cierto en repostería pero no en economía).

– La segunda idea es que, dado un determinado volumen de producción, si sube la «parte salarial» bajan los beneficios y si los salarios son menores suben los beneficios. Es verdad que puede ocurrir que una parte de los salarios y de los beneficios vayan al Estado y que éste puede corregir el reparto inicial, pero eso será, si se produce, en segunda instancia (por eso llamamos a esa acción del Estado re-distributiva ) y por eso no cambia lo que acabo de decir. Lo que no puede ocurrir, pues, es que suban al mismo tiempo los salarios y los beneficios, o que ambos bajen si se mantiene igual el volumen de producto.

Por tanto, si se propone que bajen los salarios y los beneficios solo puede estar proponiendo dos cosas:

a) que baje el producto a generar y, por tanto, el ingreso total, lo cual es una barbaridad en la situación en la que estamos (otra cosa es que debamos obtener nuevos ingresos pero no de las actividades económicas hasta ahora dominantes, pero de este asunto no me puedo ocupar ahora), o

b) que trabajadores y propietarios del capital renuncien a una parte de sus ingresos para dárselos al Estado, lo cual no tiene mucho sentido hoy día y, además, en términos económicos no cambia lo anterior porque, más tarde o más temprano, o van a salarios o van a beneficios.

Pero la propuesta resulta aún más delirante, sobre todo, si se tiene en cuenta el papel que tienen los salarios y los beneficios en la economía. Con independencia de otras consideraciones de equidad o de discurso alternativo, en economías como las actuales, ambos son fundamentales.

Los salarios lo son no solo porque constituyen el único ingreso y, por tanto, la única fuente de satisfacción de necesidades de los trabajadores, sino también porque es fundamentalmente con los salarios con lo que se puede comprar la producción que realizan las empresas. Imaginen por un momento el sueño de los empresarios torpes -salarios muy, muy reducidos-: ¡no podrían vender sus productos! Eso fue lo que el célebre Henry Ford contestaba a sus colegas cuando le reprochaban que hubiese aumentado el sueldo de sus trabajadores: «Todos los capitalistas del mundo juntos -decía- somos insuficientes para comprar todo lo que producimos. Han de comprarlo nuestros trabajadores».

Es verdad que ocurre, como señaló el economista polaco Michael Kalecki, que los empresarios a veces prefieren tener menos beneficios imponiendo desempleo y, por tanto, bajos salarios, porque así tienen más poder político. Por eso es importante entender que cuando la gran patronal reclama recortes salariales no está buscando que la economía funcione mejor sino tener más poder.

Por otro lado, los beneficios también son fundamentales en las economías porque sin ellos no habría empresarios (grandes o pequeños) ni ahorradores que arriesgaran su capital (físico o financiero). Y, por tanto, sin beneficios no habría producción.

Pues bien, es fácil comprobar entonces que la propuesta de bajemos sueldos y bajemos beneficios es un dislate porque lo que viene a proponer es que disminuyan los dos motores de los que hoy día depende el funcionamiento de la economía: si la llevara a cabo bajaría la demanda y con ello la producción y aún más los beneficios, y al bajar los beneficios bajarían el empleo, los ingresos, la producción… en un círculo vicioso fatal.

¿Dónde está la salida? Si hemos identificado que el origen está en salarios bajos, beneficios de la actividad productiva baja (y sino que pregunten a los agricultores quienes venden el kilo de melón a un precio inferior a 8 céntimos –si increíble pero si nos cobran más de un euro por kilo en la tienda-) y elevadísimos beneficios de la actividad financiera y de la especulativa y de las grandes empresas con poder de mercado que en lugar de crear riqueza y empleo los destruyen; la salida vendrá determinada por hacer justo lo contrario.

Si la caída de la participación de los salarios en la renta nacional en España ha sido de unos diez puntos en la última década, para poder igualar la ecuación por el otro lado, y tal y como he dicho antes, se ha incrementado los beneficios o del excedente bruto.

Pero el problema que ha ocurrido es que la gran parte de ese beneficio no se ha dirigido a la extensión de la producción de los bienes y servicios que satisface las necesidades sociales porque los salarios bajos generan insuficiente demanda y eso ha impedido obtener en la actividad productiva la misma rentabilidad que proporciona la inversión financiera y especulativa (que, a su vez, se ha privilegiado gracias al poder político de la banca que es la que anima este proceso). Y es por eso que podemos afirmar que los salarios escasos han provocado una deriva de los capitales hacia la inversión financiera y especulativa que ha terminado por generar la crisis en la que estamos.

Por tanto la salida solo vendrá por el equilibrio, sin reducción de salarios ni de beneficios empresariales productivos. Los que hay que disminuir son los de la banca, los de las grandes empresas que destruyen empleo y tejido productivo y no los de las pequeñas y medianas que crean empleo. Y trabajar para el incremento de la productividad con la puesta en marcha de medidas lo que supone gastar en educación, innovación y tecnología. Y dejémonos ya de la demagogia barata que nos enfrenta, dejemos la lógica especulativa, de creer que el enemigo es la empresa o los empresarios cuando en realidad lo es un tipo concreto de empresario que sólo se dedica a la especulación y a las finanzas mal entendidas –no es aquel banquero que presta su dinero y a cambio obtiene una remuneración justa-, y también la actitud de los empresarios hacia los sindicatos, hacia la negociación y hacia el sector público. Y hablemos claro si la administración púbica no funciona quitémosla y dejemos aquella que sirva al ciudadano –quitemos ya el bucle de 4 administraciones en el país-, quedando la que presta el servicio de forma ágil y eficaz. Cambiemos la actitud de todos, dejemos los valores individualistas y pasivos que ha inculcado la política y la cultura neoliberal –que no liberal-.

Nuevas ideas ¿cómo superar la crisis?

Una propuesta quizás extraña pero… ¿qué piensas de ella?

SEAMOS CONSCIENTE Y CONSUMAMOS LO NUESTRO AHORA ES LA MEJOR OPCION…

De fácil que es… ¡asusta!

Sabiendo que economía global es un flujo de capitales que entran y salen de los países, ¿qué pasaría si redujéramos un 80 % el flujo de salida de capitales durante 3 meses? Sencillamente el país se recapitalizaría en un tiempo record. Adiós a la crisis antes de final de año.

Efectivamente sería un proteccionismo «a lo bestia».

Supongamos que los españoles tomamos conciencia de lo insostenible de la situación y actuamos como las hormigas con un fin común.

Supongamos que hacemos circular este correo a todos nuestros contactos y lo reenviamos tantas veces como lo recibamos. En semanas todo el país tendría conocimiento de él.

Supongamos que fijamos la fecha del 1 de octubre de 2012 para dejar de consumir simultáneamente los 46 millones de españoles productos extranjeros y sólo consumimos productos «made in spain». La demanda de nuestros productos se dispararía y se iniciaría un proceso de reactivación espectacular de nuestra economía, crecería el empleo, recaudaríamos impuestos y podríamos saldar definitivamente la deuda que nos está hundiendo.

Por supuesto esta iniciativa tendría muy mala prensa en el exterior (Alemania, Austria, Francia, Finlandia, etc.) pero al no ser una propuesta gubernamental no podría ser sancionable.

El 1 de octubre dejaremos de comprar electrodomésticos Bosch y Siemens no fabricados en España, no compraríamos coches cuyas fábricas no estuvieran en España, no consumiríamos productos alimenticios importados (ni cerveza). Cualquier compra sería importante, desde las grandes compras hasta los millones de pequeñas transacciones (chicles, tabaco, bebidas, revistas). Nada.

Es tan fácil como eso y solo haciendo pequeños sacrificios (cambiar los refrescos no fabricados en España, por una Cola nacional, durante unos meses)

He aquí la solución. Es tan fácil y sin embargo… La vemos tan lejana y difícil, pero…

¿Seríamos capaces?

Distribuye este correo entre todos tus contactos y reenvíalo tantas veces como te vuelva a llegar. Si el 30 de septiembre este correo ha dado la vuelta a España y conseguimos hablar tanto de él como hablamos de la crisis, esta se habrá terminado el 1 de octubre. Y si esta misma política de consumo, la seguimos y la tomamos como costumbre, ni leal cuento.

 

EL CÓDIGO DE BARRAS DE LOS PRODUCTOS NACIONALES EMPIEZA POR 84.

 

Ánimo compañeras y compañeros, es una buena medida y no cuesta ningún sacrificio por nuestra parte, ya que consumiremos igual, pero sólo productos nacionales.

Si no lo haces por ti, hazlo por los 5 millones de parados que necesitan desesperadamente salir de esta situación.

Por favor, reenvíalo.

 

¡Por los 5 millones de parados y por todos nosotros!

La vulnerabilidad económica: exclusión social

 ¡Mundo en crisis, excluidos económicos!

Nada seguramente volverá a ser igual, tampoco las dinámicas de participación en Sociedades en las cuales existen grupos de personas que superaron el “punto muerto” -como se diría en términos económicos- de satisfacción de las necesidades básicas y de la cobertura de un determinado nivel de vida, lo que les permite una relajación en cuando a las preocupaciones en torno al empleo y a los ingresos, que en las sociedades duales que ahora han resurgido en las cuales sobreviven éstas y además personas que tienen que definir en el día a día estrategias de supervivencia y plantearse primero cómo resolver sus necesidades básicas y las de su familia. Sociedades duales donde la jerarquía de preocupaciones de la gente es muy distinta y donde la brecha entre ricos y pobres es cada vez más amplia, esa que separa a los incluidos de los excluidos, y muy difícil de reducir. En un contexto de crisis económica sigue una trayectoria de creciente exclusión y polarización social, o dicho de otra manera puede llevarnos a mantener de manera perversa y discriminatoria a amplias capas de su población, a quienes se les impide potenciar y aprovechar sus habilidades y capacidades para el enriquecimiento de la vida, la ampliación de las libertades, la solidaridad, el sentido de pertenencia, la cooperación, la construcción participativa a través de instituciones y prácticas democráticas, el desarrollo, el bienestar económico y social.

La falta de oportunidades refleja importantes problemas de exclusión social, entre otros, en una alta concentración del ingreso y la riqueza, elevados niveles de pobreza e indigencia, persistencia del desempleo, precariedad en el acceso a servicios sociales, a la protección social y a los activos productivos.

Un nuevo escenario en el cual la vulnerabilidad económica pasa a primer plano en esa estrecha línea divisoria que separa a los excluidos sociales. Donde prácticamente cualquier persona puede pasar por un proceso de paro a largo plazo, de imposibilidad de devolución de deudas, etc. que hacen que un abrir y cerrar de ojos la realidad cambie pasando a la completa indigencia, eso sí económica –al menos en el inicio-. Punto de difícil retorno, con un camino que lleva a la exclusión, en la que nunca volverás a ser el que eras, marcado en un RAE no sólo económico sino social.

Suena a paradoja, pero en este siglo XXI, el papel de Instituciones como Cruz Roja Española, en la atención a los vulnerables (cuando debieran haber desaparecido porque los fines para los que fueron creadas debieran haber sido superados por la evolución de la sociedad) es más necesario. No solo en la atención de las necesidades básicas, sino también en ese papel diferenciador de las mal llamadas “non profit”  (sin fines de lucro o, dicho de otro modo, no comercial) persiguiendo mediante su acción un ser humano cambiado, contribuyendo a una organización social más pujante capaz de defender sus derechos, siendo fuentes de innovación y dinamización social, prestando servicios que no quedan cubiertos por el sector público ni por el privado -enfrentándose con fallos del mercado y tratando de corregir sus deficiencias-, y tendiendo un puente de comunicación entre el tejido social –la sociedad- y las estructuras sociales –gobernantes, políticos, etc-.

Discurso de La Sagra en 1840, reflexión en 2012

170 años después rescato un trozo del famoso discurso pronunciado en el Ateneo de Madrid, en 1840, por La Sagra. Se pueden apreciar en él las realizaciones de la revolución política llevada a cabo por los liberales desde la muerte de Fernando VII. Y lo traigo a colación del momento actual de crisis económica, pero no solo.

Su eficacia  relativa  nos pone en guardia ante las soluciones dadas por los burgueses a la precaria situación de las clases trabajadoras.  Diversos elementos derechistas entran a formar parte del sector burgués, que cuanto más se acrecienta y controla el poder, más en contradicción se pone, no sólo con sus propios intereses, sino con los del pueblo, que empieza a sufrir el proceso de proletarización.  Así se expresaba La Sagra -y no se olvide- en 1808:

«Mientras que la democracia rica e ilustrada, constituyéndose en aristocracia de nuevo género, ocupa los puestos públicos a que es llamada, ejerce la acción directiva del gobierno, que indudablemente le pertenece, y es elegida para la organización y construcción de sus leyes, la democracia pobre e ignorante vive de una manera precaria, no ve asegurada su existencia en modo alguno y carece de los goces sociales a que tiene derecho por sus trabajos y virtudes… La estabilidad de las instituciones que la revolución política ha creado y el remedio de los males que ha producido, exigen una nueva revolución; pero revolución simplemente social, tranquila y sensata, que acabe de destruir los vicios antiguos y restablezca y arregle las virtudes públicas, sacudidas en los tiempos de trastorno… Consolidada que sea la paz, se harán efectivas estas condiciones y consecuencias de los cambios operados; pero siempre restará que procurar al pueblo el goce de los intereses materiales y morales que necesita y reclama para ser feliz y de los cuales depende en gran parte el goce de los intereses políticos.  ¿Qué importa, en efecto, haberle concedido el uso de la libertad de cambiar los productos de su industria si no halla medios de comunicación por dónde hacerlo?… ¿Qué hará con el diploma de libre que se le ha concedido, si este título no le asegura medios constantes de trabajo para no morir de hambre?  ¿De qué le servirá, en fin, su mismo derecho electoral, cuando no se le ha enseñado a apreciarlo o el estado precario de su existencia le condena a no ejercerlo?

Desengañémonos, señores: las clases laboriosas, las clases proletarias, no mejorarán en su estado y posición social sólo con haberse promovido en su favor los intereses políticos, puesto que para entrar en el goce de estos bienes necesitan entrar antes en la posesión de los intereses materiales y morales…»

9,4 millones de declarantes marcó la casilla de su aportación del 0’7 a Otros Fines de Interés Social

 

   Un total de 9,47 millones de españoles, 53.000 más que en 2010, marcaron la casilla de Fines Sociales en su declaración de la renta el año pasado, de modo que destinaron el 0,7 por ciento de su tributación vía IRPF a proyectos de acción social, cooperación internacional y protección del medio ambiente.

   Según ha explicado la Plataforma del Tercer Sector en un comunicado, en total se recaudaron 207 millones de euros para proyectos de acción social, con los que se financiaron 1.082 programas a cargo de 410 ONG que trabajan en España en áreas como personas mayores, personas con discapacidad y a infancia y familia.

   En concreto, 125 millones, un 78% del total recaudado, se destina a acción social dentro de España, mientras que el 19 por ciento se emplea en iniciativas de cooperación al desarrollo y el tres por ciento restante, a programas de dirigidos a favorecer el medio ambiente.

   No obstante, la Plataforma explica que «más de 1.000 programas se quedaron sin asignación» el año pasado por falta de fondos, por lo que piden a los ciudadanos que no olviden marcar la casilla en la próxima declaración de la renta, porque «no cuesta nada».

   «El contribuyente, al hacer la declaración de la Renta, no va a tener que pagar más ni le van a devolver menos. Además, también puede marcar la casilla de la Iglesia Católica junto con la de Fines Sociales y, de esta manera, destinará un 0,7 por ciento a cada una de ellas. Simultaneando las dos casillas, la ayuda no se divide, se suma», recuerda la plataforma.

   Aunque el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional han avalado en dos recientes sentencias que las comunidades autónomas gestionen el reparto del dinero recaudado en su territorio con la casilla de Fines Sociales, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad confirmó este miércoles que el sistema seguirá «como hasta ahora», es decir, que será el Ejecutivo central quien se encargue de asignar la recaudación entre las distintas ONG que operan en España.

Jornada sobre el nuevo Plan Contable de Entidades sin fines lucrativos

Nueva jornada de formación del nuevo Plan contable para Entidades sin fines lucrativos.Más de 50 personas con responsabilidad en la gestión económica y financiera en las ONG han participado en esta jornada sobre la adaptación del nuevo Plan General Contable para Entidades sin Fines Lucrativos celebradas en el salón de actos de la Fundación ONCE.

El presidente de la Plataforma de ONG de Acción Social, Juan Lara, tras su dilatada experiencia profesional en el ámbito económico ha introducido estas jornadas que ha contado con la colaboración especial de dos expertos en la gestión económica de las ONG, Luis Ureña de Caritas Española y Juan Jesús Donoso de Cruz Roja Española.

El objetivo de estas jornadas ha sido el de transmitir a los asistentes la importancia de regular el tratamiento contable de las actividades que desarrollan las Entidades sin Fines Lucrativos en un contexto actual donde es más necesario que nunca demostrar la transparencia sobre las actividades que realizan, así como sobre el modo y empleo de los recursos y medios que gestionan. Además, esta adaptación del Nuevo Plan General Contable, como señaló Juan Jesús Donoso, «abrirá la puerta para que se interprete en un futuro lo que son nuestras entidades y no lo que no son».