Como diría un amigo, yo ¡de mayor quiero ser como tú! Este es el primer pensamiento que se me viene a la cabeza después del desayuno del pasado día 2 de noviembre del referendum de Grecia. Solo conociendo que Papandreu es hijo y nieto de político se puede entrever el perfecto giro que ha puesto contra la palestra a la Unión Europea, dando la vuelta completamente a la tortilla. Voy desgranando poco a poco este pensamiento.
Como si fuéramos niños, o quizás personas que necesitamos tener a un César o a un Dios que piense por nosotros, así se han llevado las negociaciones entre Europa y Grecia. Y digo esto porque no nos engañemos, no es la Unión Europea quien ha negociado, sino los césares que piensan por toda Europa y los que tienen el control del mundo, la señora Merkel y Sarkozy quienes se reúnen y deciden ser los salvadores del Euro, de la Unión y de Grecia. Mientras el resto de dirigentes de la Unión Europea, incluido los ingleses, tragan saliva. Y además tienen la desfachatez de hacernos creer que esto es un problema de los europeos. Permítaseme decirles a ambos, Merkel y Sarkozy, esto es falso. Y se puede decir más fuerte pero no mas claro.
Y esto es así porque cuando alguien presta dinero a alguien asume el riesgo de todo contrato de este tipo, la falta de pago y por tanto el posible quebranto derivado del que el deudor no pueda hacer frente al pago. En este punto hay que contestar la pregunta ¿a quién debe Grecia todo el dinero que está encima de la mesa? A entidades privadas, a bancos, eso si en la gran mayoría Alemanes y Franceses. Con la iglesia hemos topado querido Sancho, decía don Quijote. Es decir el rescate no trata de salvar a Grecia, sino de salvar con dinero público a los bancos de nuestros queridos Césares, eso si haciéndonos ver todo lo contrario y poniendo el dinero entre todos.
No puedo entender como los demás países de la Unión, incluida España en este caso, somos comparsa de este teje maneje de alemanes y franceses. Si los bancos de esos países han prestado dinero a Grecia y esta no puede pagar, quien tiene el problema son los prestamistas, quienes deberían asumir en sus cuentas las pérdidas generadas por esos fallidos. Y si tienen que quebrar esos bancos, pues en todo negocio quien asume el riesgo asume la rentabilidad del mismo. Y al final resulta que es un problema Europeo.
Y ahí es donde surge el político. Papandreu saca de su bolsillo algo que hace temblar a los Césares. Un referendum que hace cambiar la posición negociadora. La oferta de la quita del 50% de la deuda, el recorte y la austeridad durante décadas y el pago del otro 50% con sus intereses que en ese amplio período resultaran de una cuantía que calculada hace temblar; resulta algo intragable para los Griegos. Décadas de recesión, sin posibilidad de crecimiento, y devolviendo el dinero que si bien fue recibido, no es menos cierto que fue prestado también a cambio de tener un mercado en el que vender los productos alemanes y franceses. Un referéndum que dice a los Césares, su oferta puede guardársela (seremos correctos) donde ustedes estimen oportuno.
Y hete aquí ante un G20 donde los Césares iban a ser los ángeles salvadores, pasan a estar en manos del señor Papandreu en una cena, no se si opípara, pero seguro que indigesta para éstos. Además el referéndum se plantea como una consulta al pueblo para decidir si aprueban el plan de salvación, no discutiendo la continuidad en el euro.
Surgen los mirlos cantores, no sabe lo que hace Papandreu, la salida del euro supondría su ruina… etc., etc., etc. Dejenme que haga un razonamiento sobre ello desenpolvando la teoría económica. Lo primero que hay que decir es que el órdago Papandreu lo pone encima de la mesa una vez que ha recibido 200.000 millones de €, bueno todos no que ahora dicen muy gallitos en Europa, pues no te pago los 8.000€ que te quedan por cobrar. Pero es más, ¿qué supondría a Grecia volver al Dragma? Evidentemente una devaluación tremenda, empobrecimiento, y que sus artículos y productos sean muy baratos y asequibles en el mundo entero. Vaya, esto quiere decir que hay posibilidad de crecimiento, y que si bien en un primer momento todos los Griegos serán más pobres también hay un horizonte, más o menos cercano de giro económico. Claro que entonces surgirían los cantos, de se introducen aranceles a los productos griegos, pero si resulta que los griegos son compradores netos, compran más productos que venden ¿quién pierde el mercado y ventas? Alemanes y franceses. Entonces serán magnánimos y no se introducirán esos aranceles por el bien de los griegos (permítaseme este eufemismo).
Otros mirlos he escuchado que decían, pues se les expulsa del Euro y que paguen todo lo que le deben. Esta es la mejor solución. Los griegos dirán, no hay problema. ¿Cuánto te debo? Eso sí, yo solo tengo dragmas, por tanto mi deuda la pago en esta moneda. Y da igual la cifra que pongan. Se da orden al banco Griego que imprima el papel suficiente para el pago de hasta el último céntimo de la deuda. Total, un poco más de papel impreso y ya está. Que se produce una devaluación mayor aún del dragma, esta no será infinita, y pasado el primer momento y la inflación inicial, se estacionalizará y permitirá vender productos a todos los países del mundo.
Papandreu ha dado un golpe mágico en la mesa. Y ha vuelto la negociación a su favor. A favor de los griegos. Y ha dejado bien claro a los césares que todo tiene un límite, que los ángeles salvadores no existen. Si hubiera sucedido esto hace unas décadas de años se hubiera resuelto de otra manera, una guerra europea y a la conquista de Grecia. Verdad qué esto les suena. Pero ahora estamos dentro de un club que ha permitido la paz y estabilidad en la vieja Europa. Sólo nos queda eliminar los césares y pensar, que por mucho que Grecia tenga culpa de endeudarse, de falsear los datos económicos, etc. el problema está en que no existe ese club de iguales donde todos se desarrollan. Y de pillo a pillo y tiro porque me toca.