Hoy en el día de la Madre, en homenaje a todas ellas, y por supuesto para la mía, he recuperado esta colaboración, este artículo, de Rafael quizás un tanto triste, pero con todo el sentimiento hacia la Madre. Lo comparto, Juan Jesús Donoso Azañón
[Colaboración de Rafael Castellanos Solana]
Hoy es un día en el que no sé si podré leer lo que aquí tengo escrito pues las lágrimas se apresuran copiosas por mis ojos y un nudo me aprieta de tal manera la garganta que apenas me deja tragar saliva… pero tengo que hacerlo antes de que te vayas definitivamente… antes de que te lleven de una vez y nos dejes para siempre…
Hoy es un día absurdo… un día que jamás tuvo que nacer… un día en el que nos dejas de modo permanente… un día en el que casualmente nadie nos ha preguntado si existe tan solo un motivo para que tengas que partir y dejarnos aquí solos, sin tu presencia física… solamente con tu recuerdo…
Nadie nos lo preguntó…
Hoy es un día en el que todos los recuerdos (¡Por Dios… hay tantos…!) se nos vienen a la cabeza con cada golpe de sangre que nos manda el corazón… el mismo que repartiste entre los cuatro… aquel corazón que empezó a dejar de ser tuyo cuando nació el primero… hace tantos años ya…
Es curioso… pero hoy es el día en el que me pregunto (nos preguntamos) por qué extraña y desconocida razón un hijo no puede devolverle la vida a la mujer que un día, quizá ya lejano se la dio a él… lo justo –y por derecho necesario- sería que si tu nos diste la vida, nosotros, tus hijos, pudiéramos devolvértela ahora a ti… esa vida que ahora te falta… esa vida que fue tuya y que entregaste a la nuestra…que dedicaste en cuerpo y alma… desinteresadamente… una vida de sacrificios… viviendo por y para nosotros…
Una vida que no fue tuya… que fue nuestra… porque… ¿Cuántas noches en vela… cuántas sin dormir…? ¿Cuántas lágrimas has echado por mi -por nuestra- culpa…? ¿Cuántos desvelos por un constipado… por que hemos salido una noche y no sabes si estamos con el coche o no…? ¿Cuántos disgustos porque no queríamos comer… porque no quisimos estudiar… porque después de una boda ha venido una separación…? y SIEMPRE… SIEMPRE… tuviste una sonrisa… una palabra amable… y silencio… siempre silencio para no hacernos daño con tus opiniones… con tus ideas… con todo lo que pensabas y te callabas para no hacernos daño…
Y nosotros hemos estado ciegos… no hemos visto más allá de lo que teníamos delante de nuestras narices… y pensábamos que todo iba bien… que todo estaba correcto… porque callabas y nos dabas la razón…
Me gustaría decirte tantas y tantas cosas que, por dejación, no te he dicho cuando debería haberlo hecho… ahora es tarde y no sé si me estás oyendo… y, quizá, por eso, por si aún sigues ahí, quiero hacer mías las palabras de Diana Navarro… que canta en un disco suyo y dicen así…
“Caricia de mi tristeza,
Bálsamo de mi dolor,
Fuente de sabiduría,
Lucero de mi mañana,
Salud de mi enfermedad,
Manantial de mi alegría,
Consuelo de mis errores,
Copa de mi realidad,
Torre de mi valentía,
Pulso de mi corazón,
Grito de mi rebelión,
Viento de mi fantasía,
Rabia de mi libertad,
Ángel de mi soledad,
Madre mía, madre mía.”
Me gustaría ser más inteligente para poder buscar en un diccionario alguna palabra tan corta como la de MADRE y que contuviera tanto significado como esa… porque una madre es, o al menos debería serlo para todos, una consejera, una amiga, una enfermera, una confesora, una maestra, una economista, un pozo de dulzura, de sentimientos… tantas y tantas cosas que se acaban hoy aquí y que la cantante resume de muy buen grado…
Tengo que terminar. No puedo seguir… las lágrimas -nunca pensé que pudiera tener tantas- de mis ojos me impiden la visión y siento que el nudo de mi garganta es cada vez más fuerte… por no hablar de la presión que siento cada vez con más fuerza en mi pecho…
Solamente me queda decirte, en mi nombre y en el de mis hermanos, que no te olvidaremos nunca y darte las gracias por la vida que nos diste y que nos has dedicado… sin interés alguno…
Siempre te llevaremos en lo más profundo de nuestro corazón y en nuestro pensamiento.
Adiós MADRE… Hasta siempre.
Rafael Castellanos Solana
















En el Cerro San Blas podemos ver otro de los valores arqueológicos de Granátula. Hay una piedra con unos surcos y rizaduras que cuando fueron vistas por nuestros antepasados, unas líneas paralelas en una rocas durísima, acudió a la devoción y la llamó la piedra donde aró Cristo, seguramente no encontrando otra explicación al fenómeno de unos surcos en la roca.
Hoy sabemos que es una rizadura, o como los ingleses llaman «ripple marks». Es un fósil de lo que fueron olas en la arena de la playa, esas ondulaciones que quedan con el vaivén de la marea. ¿Y esto como es posible? Pues porque hace como unos 500 millones de años, en la Era Primaria, y hasta la Terciaría, esta zona fue varias veces litoral, antes de las erupciones volcánicas de los volcanes que rodean Granátula descargasen sus cenizas e hicieran de manto protector, lo que permitíó endurecerse y hacerse piedra. Y es que no podemos olvidar que Granátula está dentro de un volcán, en un maar.
Estamos ante la tierra madre de antes de la actividad volcánica, ahora fosilizada, de lo que fuera una playa, pues el mar en aquellos lejanos días bañaba con sus olas lo que hoy son sierras en el borde de La Mancha. Y es que ha habido varios episodios que han dejado el término municipal bajo las aguas del mar, cubriéndolo totalmente. Y en otras ocasiones en su borde, en lo que fue playa.
Como dice mi amigo Juan Manuel Donoso Gómez, @jumadogo, son aún apreciables en varias zonas del término evidencias de que tuvo playa y ambiente marino desde hace cientos de millones de años. La piedra donde aró Cristo (rizadura de oleaje de la playa), las piedras calizas (precipitación masiva de CO₂ en mares tropicales y poco profundos que dan lugar al Carbonato Cálcico, junto con restos de conchas y esqueletos de moluscos marinos) diversos fósiles del entorno (trilobites, ammonites, tronco de pino fosilizado u otros moluscos) o las cruzianas (huellas o rastros fosilizados de animales) son muestra de ello.
Y es que nuestro entorno ofrece tantas cosas por ver, que esta no deja de ser una más. Ya sabéis los lugareños donde está el Cerro San Blas. Para los que no sólo tenéis que ir, entrando desde Almagro por la calle Duque de la Victoria, girar a la derecha en la primera calle y continuar por la calle y camino que llevan al Bombo, el depósito del agua. Continuar hacia el cerro y pasando la ermita de San Blas, seguir subiendo en línea recta hacia el depósito del agua. Y arriba está una llanura llena de piedras rectangulares, mas o menos grandes bloques de piedra, y entre ellos La Piedra donde Aró Cristo, esa playa fosilizada.







Molino de viento. Ahí están sus escasas ruinas aunque ni los más ancianos del lugar recuerdan su funcionamiento.
Constaban de una construcción cilíndrica con muros de piedra revocados de cal, en los que se abrían los huecos de la puerta y alguna ventana. En la parte superior la cubierta es de madera superpuesta formando un cono. De la misma un cuerpo prismático, también de madera, sirve para soportar el eje de las aspas, y en el punto diametralmente opuesto, un fuste inclinado formado por un tronco de madera con el que se orienta el eje hacia la dirección del viento; este fuste se fija al suelo con cuerdas y estacas. Las aspas están formadas por dos troncos cruzados en ángulo recto; añadiendo a esta estructura principal otras tablas en forma de cuadrícula con formas alabeadas a las que se atan las velas.




D. Epifanio era el mayor de siete hermanos fruto del matrimonio de D. Antonio Novalbos Torralba y Dª Baldomera Balbuena Moreno. D. Antonio poseía una herrería junto a su vivienda situada en la calle del Carmen número 7.
Obtuvo el título de veterinario de segundo al terminar los 3 años el 16 de junio de 1858. Se matriculó en cuarto curso con siguiendo las máxima calificaciones. Para poder cursar el quinto curso contó con la inestimable ayuda de su protector ya que este curso solo podía cursarse en la Escuela de Madrid y las disponibilidades económicas de D. Epifanio eran mínimas. Antes de terminar el quinto curso opositó a las tres plazas de disectores anatómicos que para todo el territorio español se convocaron (Córdoba, Zaragoza y León) obteniendo el número uno y eligiendo la de Córdoba. Tomó posesión de la plaza el 16 de junio, unos días después de terminar la reválida para obtener el título de veterinario de primera clase.
